Vingt

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— ¿Y... Vale si leo lo que me escribí en la mano?

Bajando esas cartas que verificaba en sus manos, Taehyung ojeo a ese chico sentado en el sillón mirando la palma de su mano, con algunas palabras escritas allí. Eso lo hizo rodar los ojos.

— Claro que no, Petit.

Como señor regañón, Taehyung dio un golpe con las cartas sobre su mano y al instante Jungkook la volteó, apoyando la palma escrita sobre su muslo, sonriéndole travieso.

— Te enseñaré quince palabras. Veremos tu avance con la pronunciación.

En silencio Jungkook maldijo, siendo malo con los exámenes y más, relacionados con hablar en otro idioma.

— Pero mantengo charlas contigo seguido ahora. — Intento librarse.

— Sí, claro. — Soltó burlón. — Algo como "Hola, ¿Cómo estas? ¿Cuántos años tienes? ¿De donde eres? Adiós".

— Es un gran avance para mí.

Alzó las cejas orgulloso de su trabajo, y Taehyung negó con la cabeza. Se sentó frente a el y acomodo una vez mas esas cartas contra la mesita entre ellos.

— Empecemos.

Nervioso, Jungkook se relamió los labios y observo detenidamente la carta que Taehyung volteo, la figura que había en ella y sonrió por lo sencillo que se vio. Pan comido, como examen de primaria.

— Le chien. — Respondió al instante, dejándose caer contra el respaldo victorioso.

En su mente Taehyung le aplaudió con orgullo, mientras su expresión expreso cierta sorpresa por esa precisa pronunciación, puesto que era lo que más le costaba.

— Muy bien. — Lo halago, haciéndolo sonreír apenado.

Taehyung volvió a voltear otra carta, y Jungkook achico los ojos, recordando esa pronunciación un tanto más difícil.

— Une Volture. 

Consiguió un movimiento de cabeza de arriba abajo, y se sintió aliviado por conseguirlo. No se llevaba del todo bien con las "R", pero iba progresando. Taehyung continuó.

— A Lam.

— Lance. — Le corrigió, marcando las letras que olvidó.

— A Lance. — Lo imitó, justo con su mismo movimiento de labios, tal como un niño aprendiendo a hablar.

Taehyung asintió y volteo otra carta.

— La Chaíse. — Otro asentimiento, Taehyung prosiguió sin problema. — Bonnet.

De nuevo asintió, el ego de Jungkook fue alimentado.

— Pf, esto es pan comido. ¿No tienes algo más difícil?

Como siempre su arrogancia en los desafíos se hizo presente. Taehyung suspiro, mirándolo de mala gana cuando levanto sus pies sobre la mesa y se dejo caer hacia atrás, creyéndose un maestro.

— Mh... — Pensó y husmeo entre las cartas. — Dime esto.

— Ouh...

Como todo un campeón, Taehyung hizo que el ego de Jungkook cayera en picada cuando enseñó la siguiente carta. Escondiendo los labios, Jungkook achico la mirada en un intento por recordar el nombre en francés de la figura enseñada, bajando los pies de nuevo al suelo para inclinarse un poco hacia él.

— ¿Le Rinou? — Intento adivinar, pero solo llegó al fracaso.

Taehyung se cubrió los labios cuando no pudo contener una risilla por su adorable intento, su graciosa pronunciación y sus ojitos pidiéndole ayuda.

— Rhinocéros. — Corrigió como si se tratara de la palabra más fácil del mundo, dejándolo procesando.

— Ah, vamos, Hyung. — Se quejó. — ¿Cuándo yo nombraría a un rinoceronte en una charla normal en Francia?

Lo siguió con la mirada un tanto indignado cuando se levanto dejando las cartas en la mesa y camino hacia él, sentándose a su lado en el sillón.

— Siempre hay que estar preparado para todo, Petit.

Jungkook cambio esa expresión de enojo cuando vio su rostro sonreír ligeramente y su mirada mirándolo con algo de pesar. Conocía a Taehyung, sabía que eso significaría que aún tenia mucho que descargar, y debía ser oído.

— Sea bueno o malo. Solo debes saber pelear y confiar en la esperanza.

— ¿Cuál es tu mayor esperanza, Hyung? — Su curiosidad revivió de repente.

Taehyung ladeo la sonrisa y llevo su mirada a la ventana detrás de Jungkook, viendo ese hermoso sol que entraba por ella y el paisaje verde por fuera.

— Libertad. 

Jungkook llevo la mirada a donde él y suspiro, sabiendo cuanto le costaba salir de esa cabaña sintiéndose libre de andar por allí en calma.

— Dejar de sentir las cadenas que sostienen mi cuerpo y me hacen permanecer alejado de todos y todo.

Regreso la mirada a él y lo vio. Como miraba sus muñecas, como si estas estuvieran amarradas, al igual que sus pies y su alma, limitándolo a toda costa. Pero, esas cadenas solo eran parte de su imaginación, Jungkook estaba muy seguro de eso.

— ¿Las cadenas reflejan tu miedo? — Inquirió, descifrándolo.

Taehyung cerro las manos, bajando los puños y cerrando los ojos, suspiro.

— Sí... — Exhaló bajito.

El menor sonrió, y siendo muy bueno con la imaginación supo que hacer. Dulcemente sujeto sus manos, pidiéndole abrir los puños cuando le pidió que reposara sus dorsos sobre sus palmas y Taehyung volvió a mirarlo, viendo esa mirada brillosa que lo observaba con adoración.

— Estoy dispuesto a sostenerlas por ti.

Levantó sus manos, sintiendo su suave peso y enseguida, en el rostro de Taehyung se formo una sonrisa.

— Y si es necesario, construiré la espada más fuerte de todas para partirlas y liberarte.

Eso le sacó una risilla con la que Jungkook se sintió satisfecho. Ambos imaginando a ese adorable espadachín corriendo a su rescate los dejo encantados, porque lo más hermoso, era que Jungkook estaba totalmente dispuesto a hacerlo.

— Porque tu eres mi mayor esperanza y te necesito junto a mi. 

 

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⌱ Lágrima de Tigre. |  𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora