⌱ Lágrima de Tigre. | 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

Vingt-Six

Jadeando desgarrado cuando sus piernas temblaron al levantarse, Jungkook dejo de lado todo dolor y debilidad cuando fue tras él. Intentaba hablar con su lobo, le pedía su ayuda, pero en su interior, su lobo lloraba asustado. El tampoco quería perder a la única persona que se había fijado en él.

Dentro del bosque Jungkook quedo rodeado de esos árboles que sentía enormes, como si de repente se abalanzaran sobre el. Su respiración se agito, estaba entrando en pánico. Un mareo nubló toda su mente y su mirada dejo de ver claramente, confundiendo los caminos de vida o muerte.

Taehyung se estaba yendo, lo iba a perder.

Sus piernas fueron su castigo. Desvanecido, Jungkook cayó sobre sus rodillas y su llanto se hizo más. Ni siquiera se percato de esos gruñidos a su alrededor que lo acechaban. Su cuerpo debilitado solo lo quería a él, quería que regresará. Mientras sus lagrimas mojaban la tierra a sus pies fue él causante de un caos sin darse un cuenta.

Un caos en él que Kim Taehyung le demostró lo que en verdad era.

Los ojos de Jungkook se agradaron cuando un rugido lo hizo mirar al frente y encontrarse con un Puma saltando hacia él para devorarlo, pero a su salvación, también estaba Kim Taehyung desgarrando la piel del cuello de ese puma con sus enormes colmillos. Todo paso como una película en cámara lenta. Su casi muerte, el ataque de Taehyung y la sangre que chorreo del cuello de ese animal que dio sus últimos respiros colgando de los colmillos de Taehyung.

Y de nuevo se encontró con esos ojos celestes.

Esos ojos celestes que lo miraron como si ya no tuvieran vida, oscuros y fríos, dejando caer a ese animal sin vida junto con la sangre que chorreo de sus dientes y esa lágrima de tigre que fue algo inimaginable.

Jungkook no vio a Kim Taehyung en esos ojos.

Vio a un depredador asesino.

Tomando aire con dificultad, Taehyung cayó débilmente sobre sus rodillas cuando regresó a su forma humana, y esas náuseas que sintió por la sangre que tenia en su cuerpo le dieron arcada.

Se sentía sucio.

Tan sucio que todo en el quería morir.

Su tembloroso cuerpo estaba cubierto de sangre, su miserable conciencia sucia y lo poco que le quedaba de vida colgando sobre un hilo. Se apretaba el estómago, solo quería vomitar. Ahora lo era, era un asesino. Ese asesino que siempre había visto cuando se miraba el espejo, en sus ojos, en su piel y alma, él cual no se podía arrancar por mucho que quisiera.

— Te lo dije... — Susurró, tan débil que apenas se escucho su temblorosa voz. — Soy un asesinó.

Jungkook, a pesar de la distancia y la discordia entre sus sentidos lo escuchó. Su corazón se oprimió cuando lo miró y lo vio llorar en silencio, cargando con esa sangre que lo torturaba.

El no quiso creer, todavía no.

El confiaba.

— Fue en defensa propia. — Siseó negado.

— No, deja de hacerlo. — Apretó los ojos con fuerza. — Deja de intentar cubrir todo de mi con algo bueno.

— Eres bueno.

— ¡No, no lo soy!

Desgarrado, Taehyung se levanto, tambaleándose torpemente en su lugar cuando lo volvió a ver arrodillado, teniendo sus ojos hinchados y su rostro triste. Sintió tantas ganas de abrazarlo que lo devoraron por dentro, pues tuvo que contenerse porque no era capaz de manchar a ese hermoso ser con la asquerosa sangre que tenía encima.