Vingt-une - Une.

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- ¿Sabes en dónde estamos?

Esa voz, causándole un ligero susto lo hizo abrir los ojos y su corazón se agito. Su respiración se sintió pesada, esa clara imagen frente a él, ese viejo lugar que reconocía bien y por inercia, retrocedió.

- E-Es... La casa de mis padres. - Jadeó Taehyung, identificando el lugar.

- Exactamente.

El castaño, Jungkook a su lado se lo confirmó, mirando esa casa cómo si la conociera de toda la vida. Taehyung lo miró desconcertado. Nunca le había hablado de ella, ni siquiera le había enseñado fotos, solo le había dicho que quería borrar todo recuerdo de ella.

Entonces, ¿Por qué lo había llevado ahí? ¿Por qué estaban ahí? ¿Cómo rayos habían llegado allí?

Tenía tanto por pensar que su cabeza se averió por un momento, y blanqueo todo su procesamiento cuando a Jungkook se le dibujó una sonrisa en el rostro al ver la llegada de otro individuo. Taehyung llevó la mirada donde él y sus ojos se agrandaron, tambaleándose hacía atrás cuando vio a ese hombre que había jurado no volver a ver.

Era su padre.

- ¿Estás asustado?

Taehyung veía de reojo que él castaño observaba cada uno de sus movimientos, pero no movió la mirada de ese hombre mayor que se acercaba cada vez más. No le quiso dar la obvia respuesta, solo quería huir y llorar.

- Vámonos de aquí, por favor. - Suplico en un susurro.

- Que raro. - Indago irónico. - Viniendo de un asesino como tú.

- ¿J-Jungkook...?

Su pecho ardió y ya no pudo ver con claridad al mover su mirada al castaño. Solo veía ese rojo líquido esparciéndose por la ropa rasgada de Jungkook. Marcas de garras y dientes en su cuerpo, e incluso en su rostro herido, desvaneciendo el brillo en esa mirada que Taehyung no reconoció.

No era su mirada, no lo miraba con adoración como tanto le gustaba. Lo miraba con odio y dolor.

- Hyung, yo solo buscaba ayuda y tu me hundiste junto más problemas.

Aturdido, Taehyung volvió a tambalearse al retroceder, cuando una desconocida figura se asomó detrás de Jungkook sosteniendo dos cadenas. Dos cadenas conteniendo las muñecas de Jungkook, a quien tenía encarcelado con tortura y dolor.

Su padre.

Olvidó su miedo, y enfocando sus pocas fuerzas en su mayor prioridad, Taehyung intento ir por él y rescatarlo de ese hombre que era su perdición. Pero el también estaba atrapado, estaba perdido.

- ¡Suéltame! ¡Petit! - Grito, desgarrado.

Intento luchar. Puso todo su empeño forcejeando como una fiera contra las cadenas que estaban deteniendo sus muñecas y piernas, siendo manejadas por el hombre que ahora estaba detrás de él queriendo llevarlo consigo dentro del lugar que era su peor pesadilla.

- Un demonio no puede estar con un ángel. - Escuchó, proveniente de la persona detrás de Jungkook.

Persona a la que el castaño cedía como si no existiera otra salida, por lo que le dio la espalda, dejándolo.

- ¡Espera, Jungkook! - Intento llamar, sin creer que en verdad su amor lo estaba abandonando.

- Te voy a sacar ese demonio hasta que te pudras. - Espetó peligroso ese hombre que tiraba de sus cadenas.

Taehyung apenas sentía el aire, comenzaba a desvanecerse tanto como para sentir las fuerzas innecesarias para luchar. Lo vio, y el pánico lo devoró. Ese cobertizo detrás de la casa, al que su padre lo llevaba y lo encerraba después de darle lo que según él merecía, sin que su abuela pudiera impedirlo.

Pero a Taehyung no le importaba su tortura física, sino la emocional al ver irse a su amor.

- ¡No! ¡Jungkook por favor! - Suplico, sin perder la esperanza. - ¡Por favor!

Gritó, lloró y suplicó, pero le fue inútil. Jungkook ya no lo oía, no lo miraba, no le importaba. No se habían podido ayudar, ya nada tenía sentido para él, y solo lo abandonaba.

O al menos, así sucedía en la peor pesadilla de Taehyung.

Porque todo fue mentira.

Solo un sueño.

- Hey, ¡Hey! Hyung, despierta. ¡Despierta!

Eso fue lo que escucho cuando sus ojos pegados por las lágrimas secas lucharon por abrirse consiguiéndolo de golpe y su inconsciente pataleta en un intento de huir era detenida por unos cálidos y amorosos brazos.

Abrió los ojos asustado, y lo vio.

Jungkook estaba ahí.

Con esa mirada de adoración tan dulce y viva como nunca, aunque ahora también enseñaba algo de preocupación.

- P-Petit... - Murmuró sintiendo tanto alivio de verlo ahí con él que su alma pareció flotar.

- ¿Estas bien? - Preguntó inquieto. - Tranquilo, solo es una pesadilla.

Una pesadilla de la que Jungkook lo había despertado después de correr tras él al oír sus gritos, rescatándolo. Corrió su cabello alborotado y limpio las lágrimas que se escaparon de sus ojos, estando aún shockeado y asustado por esa terrible pesadilla.

Creyó que lo había perdido.

Sintió que lo había perdido.

Se sintió culpable por haberlo herido.

- Tranquilo...

Esa dulce voz acarició su oreja y sus dedos su cabello cuando Taehyung se lanzó a sus brazos, necesitando de su incomparable comodidad.

- Ahora creo entender porque no duermes hasta tarde. - Dijo algo jocoso, queriendo aliviar el ambiente. - Me desperté hace unas horas y me pareció extraño que siguieras durmiendo. Te hice el desayuno pero no quise perturbar tu sueño, te veías tranquilo.

Apretó los labios, algo apenado cuando Taehyung asomo los ojitos sobre su pecho y vio que todavía se notaban asustados.

- Me equivoqué. - Asumió sintiendo culpa por esa mirada. - ¿Necesitas hablar?

Taehyung movió la cabeza de lado a lado, intentando humedecer su boca seca cuando se apartó un poco de Jungkook, superando lo aturdido que estaba después de ese despertar tan caótico.

- Estoy bien... - Murmuró sin poder mantener la mirada en alto. - Solo se sintió muy real.

Jungkook no lo presiono y mucho menos busco sentir lástima. Solo le dio apoyo y entendió, sabiendo cuan horrible puede ser una pesadilla. Por eso le dio una caricia en la espalda y dejo un beso sobre su frente antes de levantarse, sabiendo que necesitaba algo de distracción.

- Ven, vamos. - Cabeceó hacia la puerta del baño. - Necesitas refrescarte para estar mejor.

Le entregó sus manos y le dio una ayudita para dejar la pereza y levantarse, acompañándolo hasta el baño.

- Luego desayunarás algo e iremos a pasear, ¿Quieres?

Ya tenía grandes planes para la tarde, Taehyung se sintió intrigado por ello. Jungkook haciendo planes antes que el, no era algo que sucedía seguido.

Por lo que asintió al instante, sabiendo que la distracción junto a el era la mejor.

Por lo que asintió al instante, sabiendo que la distracción junto a el era la mejor

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⌱ Lágrima de Tigre. |  𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora