⌱ Lágrima de Tigre. | 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

Seize

— ¿No me va a doler?

De nuevo ese drama yendo de su mano. Taehyung solo rodó los ojos, acostumbrado a él.

— Venimos practicando tus cambios hace tiempo, y el dolor no aparece hace  bastante, ¿Lo olvidas? 

— Sí, pero esta es la primera vez que lo voy a hacer aquí mientras también estás en tu segunda forma.

Señaló el punto en el que se encontraban, al interior del bosque algo alejados de la cabaña de Taehyung, pasando a otro paso en sus prácticas.

— Petit, calma.

Con una risilla, Taehyung acarició sus brazos, enternecido con los nervios que cada parte de su rostro expresaba. Jungkook abulto los labios, soltando un pesado suspiro sabiendo que estaba siendo dramático de nuevo, pero no podía evitarlo. 

— No te voy a dejar solo, y estaré así hasta que estés seguro, ¿Sí?

Dio un pequeño apretón sobre la mejilla que acarició y aunque a Jungkook lo reconfortó, expreso algo totalmente diferente.

— Ya, pero no es necesario que me trates como niño, Hyung.

Haciéndose el ofendido, Jungkook se cruzo de brazos e hizo más grande su puchero. Taehyung negó con la cabeza por sus berrinches y le dio un empujoncito, haciéndolo reír.

— Bien, hay que hacerlo.

Tan nervioso como en las primeras veces, Jungkook cerró los ojos y se concentro al buscar a su lobo y de paso, pedirle que no sea tan malo con el ya que ahora eran "besties" y los besties se trataban bien. Cuando estuvo en su segunda forma, como llevaba un tiempo todo se sintió normal y familiar, sin ningún malestar. Al parecer su lobo ya lo había perdonado por haberlo trata como "Una cosa sin importancia" toda la vida.

— ¿Lo ves? Todo esta bien. — Taehyung sonrió aliviado cuando lo vio bien. — Lo estas haciendo muy bien, Petit.

Animado por los halagos de su Hyung, Jungkook se concentro en la razón por la que estaban ahí. Taehyung le dijo que en el interior del bosque todo se sentía más natural y puro. Fue por lo que lo llevó, quería que experimentara eso que a Taehyung tanto le gustaba. Por ello el menor dio unos pasos sintiendo esa tierra húmeda y sintió, olfateó, vio y escuchó.

Sus instintos se habían vuelto aún más agudos y cada vez lo sorprendían más. Cada pureza del fresco aire de ese lugar llenando sus pulmones, el apocado sonido elogiando sus oídos, la tierra cosquilleando sus patas y el dulce aroma acariciando su interior.

Emocionado Jungkook abrió los ojos y se sintió en un sueño. Con ilusión, brinco como un cachorro emocionado y se dirigió a su orgulloso Hyung, quien carcajeó y lo recibió con caricias cuando se paro en dos patas para sujetarse de su pecho.

Listo para la mejor parte, Taehyung se transformó junto a el, haciendo que se vea más que pequeño al lado de su tigre. Jungkook se sorprendió un poco, pero lo dejo de lado cuando Taehyung cabeceo un camino y enseguida, corrió hacia allí. El lobo lo siguió, corriendo entre arboles, arbustos y rocas, conociendo nuevos caminos, paisajes, ríos y arroyos.

Hasta que Taehyung le enseñó el lugar mas mágico que conocía.

El entusiasmado lobo quedo fuera de órbita cuando llego a ese lugar detrás de unos arbustos un tanto grandes por los que el tigre desapareció por un momento en donde tuvo que frenar sus patas al instante, encontrándose con un hermoso paisaje que les permitía ese lugar elevado en el que estaban.

Fue como su segundo amor a primera vista.

Casi al borde de un precipicio, Jungkook vio un lugar de cuento de hadas. El bosque en su mejor versión, con sus arroyos y ríos, fauna y flora. Con su vida. 

Sin poder creerlo, llevo la mirada a ese tigre que contempla ese lugar cada vez que puede, quien esta vez contemplaba ese hermoso ser a su lado y, en sus adentros, sonrió enternecido por lo tierno que se vio expresando su impresión, exactamente igual a la que había sentido la primera vez que vio esa maravillosidad.

El lobo lo siguió con la mirada cuando camino, acercándose más al borde de ese precipicio y aunque eso en un principio lo preocupo, el tigre solo hizo que su encanto aumentará. Lo dejo completamente atónito con su potente rugido, ese con el que Taehyung vacío cada sentimiento que se podría llevar su felicidad y en su idioma, fue un gigantesco "Gracias, Jungkook", a quien le agradecía todos los días aunque no lo supiera por haber llegado a su vida. Una horda de aves voló de los arboles en los que reposaban más cerca del acantilado por las magnitudes que había tomado ese rugido que Taehyung acabó como nuevo.

Jungkook aun fuera de órbita apenas pestañeaba, aunque seguía con la mirada a ese tigre que ahora retrocedía con la mayor calma del mundo y se sentó frente a él. Ladeando ligeramente la cabeza, Taehyung alzó una pata y la movió hacia ese lugar del que había regresado, al que Jungkook le regaló una mirada fugaz entendiendo ese "Te toca".

Tragando en seco, Jungkook movió sus patitas más cerca del borde del acantilado, sintiendo una cosquilleante adrenalina al ver más profunda la altura de ese lugar. Volvió a mirar al tigre, quién asintio con la cabeza y solo observo. Entonces Jungkook inhaló profundo y solo... Aulló.

Con ese melodioso sonido, sintió su corazón acelerarse y una increíble sensación que le dio paz. Ahora entendía la calma del tigre, en quien no dejo de pensar ni un segundo al aullar, porque de cierta forma... Fue su razón más hermosa de hacerlo.

Cuando quedo satisfecho Jungkook se detuvo lentamente y volvió a abrir los ojos, esos que se volvieron a perder en la belleza de la vista. Sintiendo su corazón a mil, Jungkook terminó de ser reconfortado por una suave caricia. El tigre que se acarició contra su cuerpo hasta llegar a su lado y sentarse junto a él, volviendo a su forma habitual.

— Es hermoso, ¿Cierto?

Jungkook lo siguió, regresando.

— Lo es. — Siseó, con una mezcla de emociones. — Fue como segundo amor a primera vista.

— ¿Segundo amor a primera vista? — Inquirió confundido.

— Sí. — Confirmó confiado. — Porque nada igualara lo que sentí cuando me enamoré a primera vista, de ti.

Con esa sonrisa se lo dijo todo.

Taehyung no pudo creer lo mucho que una sonrisa y una mirada podían transmitir pero Jungkook le había demostrado tantas cosas que por el, incluso podría creer en la magia. Pues sus ojos lo tenían hechizado, casi como magia, y por eso sus mejillas ardieron cual incendio y se escondió en su pecho apenado como un tonto enamorado, haciendo a Jungkook sonreír.

— Siempre serás el primero, Kim Taehyung. Sin importar qué.