Treize

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— ¿Sabías que en la escuela también nos enseñan a transformarnos?

Terminando de sacarse los zapatos, Jungkook no aguanto a preguntar mientras veía como Taehyung dejaba su diadema en esa linda cajita de cristal sobre una pequeña mesa en el porche de la cabaña, donde siempre la dejaba segura cuando iría a pasar un momento en el bosque en su segunda forma.

— ¿Ah, sí? ¿Ahora lo hacen?

— Seh. — Sonó orgulloso. — Esta no sería mi primera vez transformándome.

Con sus pies descalzos en el ultimo escalón, Jungkook bajo de un brinco para sentir ese fresco césped cosquillearle los pies. Estaba nervioso. Después de unos días caminando con Taehyung por el bosque mientras aprendía nuevas cosas, Taehyung le dijo que si quería conectarse con su animal era hora de que comenzarán a practicar su transformación.

Antes de cualquier cosa Taehyung le dio una resumida clase con todos los malestares y dolores que podría conllevar su transformación, y aunque Jungkook parecía muy atento tomando apuntes, solo escucho el sonido de su voz y después de la paso haciendo garabatos en un cuaderno.

— Aunque... Nunca nos permitieron hacerlo por mucho tiempo. — Recordó. Sus nervios fueron peores.

— Y dime, ¿Es así con todos o solo con los depredadores?

Esa pregunta lo tomo por sorpresa. Arrugando el entrecejo miro a su Hyung, quien lo observaba interesado en saber más de como eran las cosas por donde el estudiaba. En la ciudad era normal que a los depredadores se los prive de más cosas que a las presas. Eso era algo que Taehyung odiaba.

— Uhm... — Pensó. — Creo que ahora que lo dices, es extraño que solo hagan con nosotros.

— No lo es. — Contra dijo.

Jungkook se sintió desconcertado.

— Aunque seamos humanos como ellos todos las presas temen que los depredadores sean controlados por su instinto. — Incrementó. — Ya sabes, como dicen, es la naturaleza de un depredador.

— Eso suena tonto.

— Lo es. — Coincidió con pesar. — Pero aún así no dejamos de ser un peligro, Petit.

Taehyung lo tenía claro.

Por mucho que odiaba la idea del desplante a los depredadores por solo verlos como asesinos, le pesaba más la idea de hacerle daño a personas inocentes por cualquier tipo de incidente. Porque por más dócil que fuese, un instinto a veces es imposible de controlar.

Pero no se quiso atormentar con ese tema, por lo que volvió al tema principal.

— Entonces, si tanto dices saber, ¿Por que no me enseñas? — Propuso, haciéndolo abrir los ojitos con nervios.  

— Esta bien. — Sonrió, caminando al frente, sin poder esconder los nervios. — Pero no vayas a desmayarte por lo hermoso que es mi lobo.

Aunque estuviera nervioso, como siempre buscaba la manera de hacer reír a Taehyung. Taehyung se rio por esa arrogancia que acompaño con una graciosa expresión en el rostro y lo siguió con la mirada cuando se acomodo en un lugar seguro. Como Taehyung le había aconsejado se saco la camisa y la dejo a un lado. Cerró los ojos e inhalando profundo se concentro como le habían enseñado y, en su interior, busco a su lobo.

Taehyung quedo encantado cuando vio esa criatura en cuatro patas tambalearse hasta acomodarse firme en la tierra, siendo torpe con esa postura y como Jungkook le había advertido, su lobo era tan hermoso que podrías desmayarte. Su pelaje castaño en el lomo descendía aclarándose hasta convertirse en un blanco e incluso había un poco de este color mostrado como manchitas en su lomo. Ambos colores se mezclaban de tan perfecta manera que en ambos lados de su cabeza había pequeñas manchas, casi como pecas, que lo hacían ver adorable. Su tamaño estaba alrededor de 70 cm de altura y a Taehyung le sorprendió, puesto a que su edad todavía podría seguir creciendo.

Jungkook se tomó unos segundos para acostumbrarse a esa postura y cuando se sintió bien, levanto la cabeza

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Jungkook se tomó unos segundos para acostumbrarse a esa postura y cuando se sintió bien, levanto la cabeza. Taehyung sonrió al ver que parecía sonreirle con orgullo, manteniendo el hocico un tanto abierto. Dio algunos pasos, presumiendo su supuesto control frente a su Hyung y Taehyung negó con la cabeza, ni siquiera en su segunda forma podía dejar de ser arrogante.

Pero, por un momento había olvidado que nunca había permanecido mucho tiempo en esa forma.

— ¿Estas bien, Petit?

Inquieto, Taehyung se acerco al instante cuando lo vio regresar a su primera forma precipitado, agarrándose la cabeza que mantenía gacha odiando sus piernas temblorosas. 

— Bien, Hyung. — Siseó.

Sin querer preocuparlo, Jungkook tomó su mano, esa con la que Taehyung intento ayudarlo a mantener el equilibrio e intento sonreír aunque fuera débil, dejando de segundo plano esa tormenta en su cabeza.

— Es solo que... Aún me mareo un poco.

— Te lo dije. — Exhaló preocupado. — Tranquilo, pasará con la práctica.

Con cuidado Taehyung lo ayudo a llegar a los escalones del porche y lo sentó allí, para descansar esas piernas temblorosas. Al instante fue por su camisa y cubrió sus hombros y espalda un tanto fría. El cambio aún lo afectaba demasiado. Pero Jungkook era muy persistente.  

— ¿Vamos a practicar juntos?

Como si nada hubiera pasado alzó la cabeza entusiasmado. Taehyung arrugo el entrecejo por esa pregunta.

— Pero yo ya controlo a mi tigre, ¿Lo olvidas? — Se rio.

— Aún así quiero que me acompañes.

Le enseñó esa expresión. Esa dulce y adorable expresión a la que Taehyung nunca se podía resistir. Por eso cedió cuando Jungkook tiro suavemente de su mano, pidiendo que se siente a su lado en su recuperación de fuerzas. 

— Esta bien. — Accedió, dejando que la cabeza de Jungkook se reposará sobre su hombro. — Entonces te acompañaré.

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⌱ Lágrima de Tigre. |  𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora