Un día como este, pero dentro de unos cuantos años, voy a contraer matrimonio. El catorce de febrero es la fecha perfecta para jurar amor eterno, adoro recorrer las calles y mirar los globos con forma de corazón, los vendedores de flores, los grupos musicales que cantan en los parques. Adoro ver todo decorado con color rojo y rosa; pero, lo que más amo, es la celebración que hacen en la escuela.
El inicio no es divertido, la directora da un discurso aburrido que dura dos horas y, después, abre las puertas del enorme gimnasio y nos deja volvernos locos. No en el sentido de realmente enloquecer y subirse a las gradas para imitar a Tarzán; pero sí en aquel en el que podemos atascarnos de comida y jugar juegos bobos de San Valentín.
Todo va genial hasta que Jasmine ve a Greg con una chica, mi amiga intenta huir como últimamente ha estado haciendo.
—¡Oh, no, estás mal si crees que voy a permitírtelo! —La cojo del brazo, luego la suelto y comienzo a caminar hacia esa escoria de la humanidad, araña lampiña.
Jas intenta detenerme quejándose y estirando mi brazo, sin embargo, logro escapar de su agarre.
Greg abre los ojos con terror cuando ve que empiezo a acercarme.
—¿Sabías que a este pequeño chico le gustan los flamencos y tiene un gorro que utiliza cada vez que va al baño? —le pregunto a la misma pelirroja del otro día, quien lo observa con horror. El mencionado abre los labios con asombro—. Corre, chica, ¿o quieres vivir toda tu vida junto a un tipo al que le gustan los pájaros rosas?
—Eh... te llamo luego —dice y se escabulle entre el gentío.
—¿Qué demonios, Fluke? ¿Ahora eres el súper vengador? —pregunta él, sus ojos me miran furiosos, la verdad es que quiero carcajearme.
—No, soy tu peor pesadilla, ¿qué fue lo que te dije cuando empezaste a salir con Jas? —Alzo una ceja ante su mudez—. Te dije que te recortaría las bolas con tijeras de zigzag. La has lastimado, ¿qué demonios te pasa?
—¿Lastimado? —pregunta, descolocado, como si hubiera dicho la peor de las barbaridades.
—Gran imbécil, cuando un chico te ignora en el pasillo porque va a lado de una pelos de sandía, después de mandarte a la mierda porque está cansado; y, para rematar, no te busca ni te llama... Dime tú qué crees que esté pensando ella.
Sus ojos azules centellean, niega, confundido.
—Pero de verdad estoy cansado, he estado entrenando muy duro, no he tenido tiempo y creí que estaba enojada, no... no quería molestarla más.
Miro al techo y suelto un respiro profundo, estos muchachos de ahora son insoportables.
—¿Por qué tienes que tener un cacahuate en la cabeza? Ve con la chica y habla, esto me pone mal, si engordo y me arrugo será por tu culpa.
Una vez hecha mi tarea, me dirijo hacia un puestito de frituras ignorando lo que tiene por decir, pero luego veo otro de helados, al lado uno de hot-dogs y de banderillas que me llaman y me juran amor eterno, por algún lado vi uno de tacos y no puedo no mencionar el de pizza.
Le hago caso a quien jura cuidar mi corazón, así que pido una banderilla y le pongo mostaza y cátsup. Me quedo a mitad de camino, estorbándole al resto de los estudiantes porque la primera mordida es lo más importante. Gimo con deleite al saborear el manjar.
—Eso fue súper sexy —dice Ohm a mis espaldas, quiero girarme para carcajearme, pero me envaro y me quedo quieto en cuanto uno de sus brazos me rodea y sostiene una gerbera rosa frente a mí—. No sé cuáles son tus flores favoritas, vi esta y pensé en ti.
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Miradas Azucaradas - OhmFluke
FanfictionA lo largo del día pasan muchas cosas en la vida de Fluke: pelea con esos odiosos trolls a los que llama hermanos pues lo molestan porque le gustan los unicornios, se quiebra la cabeza en la clase de matemáticas, hace como si no le importara el divo...