Capítulo 12

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¿Estoy sordo? ¿Enloquecí? ¿Estoy viviendo en un mundo paralelo en el cual Ohm está pidiéndome que sea su novio? ¿Cuándo saldrán las cámaras para atraparme cayendo en la broma? Seguro tengo cerilla en los oídos, unos tapones enormes.

Me quedo quieto contemplando sus ojos y esperando que se me derrame el cerebro.

—¿Q-qué? —Él sonríe al ver mi confusión y aprieta su agarre a mi alrededor. Justo ahora quiero correr muy lejos de aquí.

Coloco mis manos en sus hombros, intentando alejarme lo más posible, por alguna razón siento que no puedo respirar. ¿Desde cuándo soy asmático?

—Creo que escuchaste muy bien, precioso.

—Y-yo pienso que n-no deberíamos. —Sueno como un maldito disco rayado, el aire me falta, en serio quiero desmayarme.

Contrario a lo que pienso que pasará, Ohm se ve bastante divertido. Estoy muy enojado con él, no quiero que me guste de esta manera, no quiero que sus actitudes o su comportamiento me afecten.

Tenía tantas ganas de contarle y desahogarme con él, ni siquiera sé por qué me acerqué cuando vi a Hannah, fui muy iluso al pensar que la dejaría por mí. Sentí cómo me arrancaba el corazón y lo pisoteaba. Sin embargo, me siento tonto por sentirme tan molesto, después de todo, la chica ha sido su amiga por un largo tiempo y a mí recién me conoce.

Hay una parte de mí, la que piensa en cuentos de hadas y príncipes de colores, que quiere besarlo y decirle que sí, pero está la otra parte, esa que es muy al estilo de Cecile, que quiere chuparle la sangre y vomitarle murciélagos.

En todos mis sueños pasa esto, él me pide que seamos novios y después nos montamos en un caballo para seguir el arcoíris. Está pasando y no se siente como debería sentirse. No estoy emocionado, solo nervioso y triste. Ohm parece no ver que lo que menos necesito es un noviazgo para demostrar que siente algo por mí. A estas alturas no sé si de verdad le importo o lo hace para no quedarse solo.

 A veces me gustaría ser más como mi hermana, ella sabría cómo mandar a la mierda a un tipo que no se decide. Yo soy más del tipo que hace estupideces.

—¿Podrías darme mi espacio, Ohm? —pregunto, serio, incluso sueno un poco molesto, así que me aplaudo mentalmente. ¡Venga, chico rudo! Su entrecejo se frunce, asiente antes de soltarme. No se aleja, así que doy un paso atrás para poner distancia—. ¿Por qué me lo pides? ¿Crees que es un buen momento? No soy un chico complicada, soy muy simple, pero no soy tonto. No pretendas que me tape los ojos y me haga el ciego cuando es demasiado obvio que sigues enamorado de Hannah. Si estás enamorado de alguien, no vas y le pides a otra persona que sea tu pareja.

Justo en ese momento el timbre suena, suelto un suspiro y contemplo sus facciones impasibles. Sus pupilas están clavadas en las mías, ni siquiera pestañea, dudo que me esté mirando, supongo que está sumergido en sus pensamientos.

—Escucha, Ohm, me gustas y es genial que te guste... —Tuerzo los labios—. Sin embargo, no creo que estemos listos para tener una relación.

No dejo que hable, salgo del aula a tiempo, me topo en el umbral al profesor Carmichael quien me da una sonrisa que no puedo corresponder. Camino dando zancadas a la salida con el corazón disparado, un tanto aplastado.

Acabo de mandar a la mierda a mi crush.

Mecánicamente unto mayonesa en los panes, luego pongo mostaza y se los paso a Jackson, quien está frente a la estufa volteando carnes. Toda la tarde ha intentado que siga su conversación, ha intentado hacerme reír. No obstante, no tengo ánimos. El turno está a punto de terminar y yo no quiero ir a la casa de papá.

Miradas Azucaradas - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora