Comienzo

274 21 17
                                    

El cielo se oscureció ante la entrada de la noche, dejando que el rojo claro del atardecer se mezclase con el azul del cielo que empezaba a volver con el tiempo.

Ya no era rojo fuerte, ya no era ese color desesperante y horrible, sino un azul esperanza que les ayudaría a empezar su nuevo futuro, juntos.

Hinata miró al cielo, centrándose en intentar hallar el mínimo rastro de 'ella' en ese nuevo mundo que se abría paso, pero no había nada. Solo huellas lejanas de lo que hizo.

Un común y aburrido final feliz, pero le gustaba ese final. Sin emociones fuertes, tensión o giros argumentales, solo paz y tranquilidad a partir de ahora.

-¡Corre Jataro, que Masaru nos pilla!

Bueno, puede que tranquilidad no tanta.

Desvió su mirada del cielo para mirar hacia la proa del barco, sonriendo divertido al ver a los niños de ciudad Towa corriendo en círculos por la zona. Justo antes de irse Makoto le pidió pasar por allí para rescatarles, y bueno, no podía negarse ante la persona que salvó a su clase.

Sí, puede que en su época de estudiante no fuera con ellos, no tuviera su nivel de talentos, no tenía derecho de llamarlos 'compañeros', pero eso ya no importaba. Porque, como él mismo dijo:

"Un compañero de clase no necesita tener derechos".

Mitarai era ahora su nuevo compañero, y al parecer ahora esos cuatro niños también. Lo prefería, no tenía ni idea de las cosas que podrían hacerles los adultos después de todo lo que hicieron y no iba a esperar a averiguarlo, obedeciendo a la orden (ruego) de Naegi de que vivieran con ellos hasta que la situación en Towa estuviera controlada. Vamos, ¿cómo decir 'no' a la persona que prácticamente salvó tu vida?

-Buenas noches, Hinata-kun.

-¡Ostia!- el castaño se giró asustado ante el llamado del otro, dándose la vuelta para ver al sonriente Nagito apoyado en la barandilla, mirándole con tranquilidad- No hagas eso Komaeda, menudo susto.

-¿No me notaste, esperanza definitiva?

-Oye, no significa que vaya a usar los talentos siempre- el castaño suspiró, imitando al albino para ver el mar. El reflejo de la Luna empezaba a notarse ante la falta de luz solar, dando un ambiente relajante-. ¿Qué haces aquí, por cierto?

-Terminé de cenar, así que decidí salir a tomar un poco el aire, es... algo que suelo hacer antes de dormir.

Hinata soltó un 'hmm' mientras asentía, llevando la palma de su mano derecha a su mejilla para apoyarla ahí. Komaeda soltó una risita, fijando su mirada al océano.

Y fue en ese justo momento, cuando sus ojos se posaron en la enorme masa de agua, que admiró la secuencia de un par de delfines saltando en un perfecto semicírculo, salpicando el mar con pequeñas gotas plateadas al volver a sumergirse en el agua. Hinata saltó sorprendido por la escena, llevando ambas manos a la barandilla para así estirarse, como un niño pequeño que intenta mirar por encima de una mesa para localizar su postre.

Sin embargo, Komaeda no parecía tan impresionado, mirando la escena como si fuera lo más normal del mundo.

Entonces Hinata lo entendió.

-¿Fue tu suerte?

-Seguramente, aunque... ahora debo tener cuidado con mi mala suerte. Tal vez el barco se hunda, o un iceberg rompa el barco y nos aplaste.

-Dudo mucho que por aquí haya icebergs, Komaeda.

-Hinata-kun, ya me desmayé por insolación a temperaturas bajo cero, todo puede pasarme.

Hopeful 「Komahina」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora