VI

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El segundo día en la provincia del príncipe Mustafa, ambos hermanos salieron de cacería acompañados de sus favoritas y la sultana Maidevran.
Balik observa recargada en un árbol la vista maravillosos de aquel bosque, aunque era agradable extrañaba ver el mar, solo se refugiaba en la sonrisa que Cihangir mostraba a lado de su hermano.
Sonrió un poco y continuó divagando, la sultana Maidevran la miraba pero ella solo hizo un pequeño movimiento con su cabeza.

—Hola... ¿Eres la favorita del príncipe Cihangir? Mi nombre es Mihrunnisa. — Balik miró a la mujer que había llegado a su lado, colocó una sonrisa Mihrunnisa se veía distinta a las demás mujeres de aquel palacio.

—Soy Balik, un gusto.

—¿Estas aburrida? No estas acostumbrado a este tipo de vida, puedo notarlo.— Balik comenzó a reír levemente.

—Si, ciertamente yo no soy de este tipo de vida.

—Con el tiempo de acostumbras a esto. Mírame a mi, aún estoy en proceso pero me he acoplado bien. Yo trabaje en el mar y en muchas batallas, mi padre es Comandante en Jefe de la Armada del Imperio.— Balik miró con sorpresa, entendia porque la joven se veía como alguien fuerte 

—Entonces eres alguien fuerte... Yo, no  vengo de alguna armada, mas bien... Fui un criminal. También fui criada de manera distinta a las demás mujeres. Pero, si tu puedes acoplarte yo lo haré también. ¿proteges al príncipe?— Balik quería saber más de ella, si debía proteger al príncipe Cihangir frente a ella no tenía a una favorita, podría ser un obstáculo y una posible amenaza.

—Podría decir que si. Mi vida le pertenece a su alteza.

—Creo que tu y yo, podríamos ser cercanas, eres lo mas parecido a mi que he encontrado en este lugar. Al igual que tú, daré mi vida por el príncipe Cihangir. Mientras mi corazón lata, le segurare de cuidarlo.— Mihrunnisa sonrió para ella, tal vez entendía el sentimiento, ambas miraron a los jóvenes príncipes que continuaban con su cacería.
Mientras de vez en cuando miraba a la sultana Maidevran debido a que podía sentir su mirada sobre ella.

—Debo proteger a su majestad, sin importar de quien.— Pensó mientras iba de regreso al lado del príncipe.

Después de dos días el momento de regresar a la capital llegó. La relación entre Cihangir y Balik había aumentado, platicaban de manera más abierta y aunque no habían tenido acercamientos más allá de sostener sus manos disfrutaban de la compañía del otro.

—Alteza debo felicitarlo, ayer mientras tiraba la flecha logró darle al ciervo, usted podría ser un buen arquero.

—No lo creo Balik, lo hice porque Mustafa me ayudó, además... Yo no estoy hecho para las armas.— Balik sostuvo la mano de Cihangir entrelazando sus dedos con los suyos.

—Alteza, creo que usted podría aprender, es alguien inteligente y talentoso.. Solo es cuestión de quiera.— antes de que Cihangir hablara el carruaje se detuvo de golpe y pronto las voces masculinas seguido de sonidos de espada llegaron a ellos.

—¡no permitan que lleguen al príncipe!

—¡Nos están atacando, alteza permanezca dentro!— Cihangir miró a Balik quien trató de mantenerse en calma pero los sonidos del exterior de aquel carruaje eran aterradores.

—Balik quedate aquí dentro, ellos nos protegerán— aunque estaba nervioso Cihangir se veía calmado. Balik sostuvo su mano con firmeza para dejar un beso sobre esta y después se colocó frente frente a la puerta del carruaje— ¿que estas haciendo? Balik!

—Alteza su seguridad es prioridad..— Levantó las telas del vestido tomando aquella daga sacándola de su estuche. De pronto la puerta se abrió viendo a uno de los hombres enemigos, lo supo por la vestimenta distinta. —¡Aléjate del príncipe! —aquel hombre no pudo reaccionar al verla lanzarse encima clavando la daga en su pecho, Cihangir abrió sus ojos un poco más al verla salir del carruaje junto con el cuerpo del enemigo. Todos los demás vieron también el vestido de aquella mujer romperse de un lado de la pierna y a la vez veían como se manchaba de sangre luchando con los hombres que se acercaban al carruaje

—¡¿quién es esa!? ¡Acaben con ella!

—¡Balik! —Cihangir gritó su nombre estando frente a la puerta, pronto los guardias del príncipe apoyaron a la chica luchando con todas sus fuerzas.

aquella daga era más pequeña que una espada, pronto la cambió por una de las espadas enemigas, finalmente estaba sacando su verdadero ser, no era Balik la favorita del príncip, era Balik el guerrero del mar.
Sus ropas estaban rasgadas y llenas de  sangre, su cabello había dejado de estar peinando debido a los movimientos tan bruscos pero a pesar de eso, Cihangir veía a aquella mujer como lo más hermoso en la tierra.

—¡Alteza! —Cuando terminaron con todos los  hombres enemigos Balik fue hasta el príncipe, soltó aquella espada e hizo una reverencia. —Lo siento mucho... Mi imagen ahora mismo, no es agradable para usted. Lamento que haya tenido que ver esto— los guardias reales se acercaron también haciendo reverencia.

—Levanta tu cabeza Balik... Ven aquí dentro, eres mi favorita.. Y nada cambiará eso. Continuemos nuestro camino... Lleguemos al palacio lo más pronto posible. Balik, te ayudaré a limpiarte, ven aquí— Balik colocó una sonrisa adentrándose en el carruaje, era un desastre ahora mismo, pero Cihangir tomó uno de sus paños para ayudarle a limpiar su rostro y sus manos. —como el mar Rojo, así es como te veo ahora. Eres un mortífero y hermoso mar rojo.

El ángel del imperio Cihangir, El Sultán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora