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—Su majestad, su alteza el príncipe Cihangir está aquí.

—Que pase— Cihangir había estado muy feliz y animado en esos últimos días, le estaban pasando cosas buenas, desde que Deniz estaba a su lado Disfrutaba de su vida como príncipe, extrañamente veía todo mejor, incluso la relación con su hermano Selim y Bayaceto había mejorado bastante. Pero había algo importante que deseaba pedirle a su padre ahora más que nada.

—Su majestad— Cihangir se acercó a su padre tomando su mano para besarla, Suleiman lo recibía con una sonrisa, al igual que Hürrem, le gustaba ver a su hijo mejor mucho ama sonriente.

—Cihangir, ¿Ha ocurrido algo? Es muy temprano para que solicites verme

—Se que es muy temprano majestad, pero no podía esperar. Yo, quiero pedirle algo— Solimàn dejó los papeles que tenía entre sus manos para prestar atención a su hijo, Cihangir respiró profundo antes de continuar hablando. —Padre. Quiero pedir tu permiso, de verdad, quiero que me autorices, casarme con Deniz.— Ante semejante petición el sultán se puso de pie de su trono, se acercó a su hijo manteniendo su vista firme sobre la de él.

—¿Escuché bien? Tú, un príncipe, quieres contraer matrimonio con una de tus concubinas.

—Padre, se que no está en las tradiciones, pero las sultanas, como mi hermana Mihrimah, la sultana Fatma, la sultana Hatice, cada una de ellas puede contraer matrimonio. Yo soy un príncipe pero ni siquiera soy un candidato al trono, no puedo gobernar una provincia o ir a la guerra como mis hermanos mayores así que, lo único que pido ante usted, es poder casarme con la mujer que amo, sentir esa misma ilusión, que usted y mi madre sintieron. Padre...— Cihangir estaba nervioso, mas cuando la expresión de su padre no cambiaba hasta después de varios segundos

—Cihangir, tendré la respuesta más tarde.

—¡Majestad!— El príncipe levantó un poco la voz pero no lo suficiente para considerarse un grito o una falta de respeto ante el sultán. —Por favor prometame que siquiera lo pensara. Es algo que de verdad deseo.— el sultán asintió moviendo su cabeza, Cihangir sonrió e hizo una reverencia para salir de los aposentos del sultán dirigiéndose a los aposentos de su madre para iniciar su día con su bendición, mientras que en el caso de Deniz, desde que era un guardia personal tenía permitido estar a un lado de su príncipe todo el tiempo, esta vez Cihangir le había pedido esperarlo en el jardín.

Deniz contemplaba las rosas, no solía hacerlo antes, el aroma de estas le recordaba al perfume de su madre, de inmediato un sentimiento de nostalgia la recorrió.

—¿cómo era mi mamá?— No podía recordar el rostro de su madre, cuando lo intentaba lo único que veía era aquella cabellera roja que heredó, cuando sus ojos se cerraron la imagen de la sultana Hürrem apareció en su mente —Mamá tenía el mismo color de cabello que ella, estoy segura, que al igual que la sultana Hürrem era hermosa. — llevó sus manos entre las rosas blancas acariciando sus pétalos, sentía las miradas de las esclavas sobre ella, era entendible, en pocos días ella se había convertido en algo más que una combinan, posiblemente estaban planeado deshacerse de ella o tal vez sólo era paranoica, pero no podía evitarlo, en el cuartel, le habían enseñado a estar siempre alerta.

Sonrió un poco recordando sus últimos días con aquella tripulación que había sido una buena familia para ella y antes de que sus pensamientos tristes pasarán por su mente los brazos del príncipe Cihangir la rodearon por la espalda haciendo que se sobresaltara, pero de inmediato se calmó al saber quien era quien la abrazaba

—Mi príncipe

—Deniz, mi hermoso mar. Espero que no hayas esperado demasiado tiempo por mi. — Deniz se dio la vuelta para mirar al príncipe frente a ella, tomó sus mejillas con ternura y depositó un beso dulce y tierno sobre sus labios

—Nunca me hace esperar demasiado alteza. Solo, estaba un poco curiosa, mi príncipe ha estado un poco extraño estos días, diría que emocionado o ansioso por algo.

—Creo que es momento de que te lo diga. Deniz, hoy hable con mi padre.— La pelirroja se mostró interesada ante esa situación, días antes había hablado con el príncipe de muchas cosas que este quería.

—¿le ha pedido salir a navegar? O tal vez.. ¿Una provincia?— Cihangir negó repetidas veces con lentos movimientos de cabeza

—Le pedí algo más importante para mí, para ambos. Deniz, me presente ante mi padre para solicitar su autorización, para hacerte mi esposa.— La expresión de Deniz cambió, se sorprendió al escuchar aquello, se sonrojo y colocó una sonrisa de felicidad. El príncipe realmente quería hacerla su esposa.

—Alteza... Creo que soy realmente afortunada. Realmente lo soy. Mi príncipe, yo estaría más que feliz de ser su esposa. Mi corazón acaba de vibrar con escucharlo decir esto.— Deniz miró a los ojos a Cihangir mientras el príncipe tomaba sus manos con delicadeza. —usted ¿Realmente me ama tanto como yo lo amo alteza?— Cihangir sonrió, levantó las manos de la chica dejando un beso sobre sus nudillos.

—Te amo Deniz, estoy tan seguro de este amor que siento por ti.

El ángel del imperio Cihangir, El Sultán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora