Epílogo

5.8K 482 70
                                    

—Desde que fui un bebé, ni vida estaba llena de sufrimiento.
Yo, el hijo del gran sultán Suleiman, el hijo de la sultana más hermosa que se haya visto. Fui un desdichado desde que nací.
El principe más joven, que nació cargando con los pecados de sus padres en su espalda, el que nunca puso levantar una espada para luchar por su imperio.
El causante de muchas de las lágrimas de la sultana Hürrem.
Víctima de miradas y de malas opiniones ¿Realmente valía la pena vivir así?
Solía pensar en el día en que Alá me llamaría, imaginé una muerte dolorosa, dónde todos lo que alguna vez llamé hermanos, padres, estarían alrededor de mi viendo cómo daba mi último respiro y sus miradas seguían siendo de lástima e impotencia. Especialmente del sultán Suleiman, ni siquiera él, el sultán magnífico pudo encontrar una cura para su desdichado hijo.
Pero, Alá me otorgó la felicidad que nunca pensé que llegaría a tener.
Alá bendito, me dió a mi esposa.— El príncipe Cihangir miró a su esposa que miraba con lágrimas en sus ojos cómo él se despedía de ella de esa manera. —La mujer, más hermosa que había visto, sus cabellos rojos parecen la flama de la vela de mi vida, sus ojos verdes parecen dos bellas esmeraldas, su piel, es tan suave como la seda, y su aroma, es igual al de las flores de un amplio campo.
Cuando ríe le da color a mi vida, su corazón, es tan grande  y bondadoso.
Mi hermosa Deniz, llegó a mi vida para hacerme el príncipe más feliz de todos,
Me dió amor, me dio... Lo más preciado que tengo.— Los tres jóvenes se acercaron en cuanto su padre extendió su mano hacia ellos. —Gülbahar, mi hermosa flor. Heredaste la belleza de tu madre en todos los sentidos, uno de mis más bellos tesoros.
Mira que belleza... Le agradezco Alá, por permitirme ver este hermoso rostro.
Yildiz... Estrella que ha iluminado mi vida, eres resplandeciente, más que  cualquier lucero. Las estrellas están celosas de que mi hija Yildiz es la más hermosa. Tu gracia, tu bondad, tu cariño... Todo tu hermoso ser está guardado en mi corazón.
Ozan, mi valiente. La flama que representa la valentía que quema en su interior y que quema a todo aquel que se atreve a enfrentarlo, eres mi orgullo y mi felicidad, se que serás un gran líder, un protector... Un guerrero.
Mis, hijos... Nunca olviden que tienen la sangré de un príncipe, la sangré de los sultanes que han gobernado este imperio. Nunca permitan, que alguien los trate menos de lo que son.
Siempre, estaré con ustedes, aunque sus ojos no me vean, su padre los acompañara siempre.
Les dejo todo a ustedes, esta isla que confían en los tres... Y, a su madre.
Porque ella, ella es mi corazón...
No hay mujer que haya amado con las misma intensidad con la que te amo Deniz, mi corazón estará contigo, por siempre mi bello mar rojo. —El príncipe dejó caer la mano que acariciaba las mejillas de su esposa, de inmediato, la mujer pelirroja rompió en llanto junto a sus hijos, las lágrimas parecían no terminar.
Los tres jóvenes, miraron a su madre, los ojos verdes de Deniz miró a cada uno de sus hijos, estos la abrazaron y besaron sus manos que sostenía aquel frasco.

—Madre... Nosotros, hemos crecido.  Sabemos, que es lo que deseas.
Y aunque nos duele perder a nuestros padres, no podemos dejarte lejos de nuestro padre tanto tiempo.

—Mis valientes... Nunca, olviden a su padre, mucho menos a su madre. Que los aman con todo su ser— Deniz dejó un beso en las frentes de sus hijos, se acercó al cuerpo se su esposo el cuál beso por última vez.
El veneno que ingirió después, recorrió su cuerpo rápidamente y con la misma velocidad, fue apagando hasta la última llama de su vida... Dejó atrás aquel cruel mundo para reunirse con su esposo.

Los pájaros cantan una bella melodía, las flores se deslizan por aquel vestido blanco y las palmas de sus manos, delante suyo, la figura de su esposo la espera, un vez junto Cihangir tomó la mano de Deniz, luego de sonreírse mutuamente, la luz blanca comenzó a cubrirlos, miraron una última vez hacia atrás y posteriormente, caminaron al mundo sin sufrimiento que Alá les prometió.

...


Han pasado los años, desde que la familia del principe y algunos piratas repoblaron una isla ubicada en las costas del imperio.
Luego de que los padres de los tres fallecieran, mantuvieron aquel lugar seguro, Ozan, Gülbahar y Yildiz esperaban con sus espadas en mano a aquellos invasores que bajaban de aquél barco. Más una señal de paz hizo que esperaran a qué aquel hombre que dejó a sus guardias atrás se acercara a ellos.

—¿Ozan?

—¿Quién es usted? Diga su nombre y luego abandone nuestra isla— El hombre sonrió mirando a los tres hermanos, Yildiz ladeó su cabeza y luego de unos segundos hizo una reverencia

—Alteza... Murad

—los he buscado por muchos años, están con vida... Vine para llevarlos, a dónde pertenecen

—Nos negamos. Majestad, no deseamos nada del imperio. Nuestro padre fundó este lugar, para nosotros y aquellos que estuvieron a su lado y juntó al de nuestra madre. Somos un lugar pacífico, no buscamos nada más que libertad.— Ozan habló y sus hermanas asintieron. —Tenemos autorización del fallecido sultán Solimán, el sultán Selim nunca interfirio, le pedimos, usted haga lo mismo.

—Suponía, que dirían algo así. En ese caso, el registro de su existencia, será borrado de la historia de la dinastía. ¿Están de acuerdo con eso?  No serán conocidos como hijos del principe Cihangir, ni siquiera su madre, aparecerá en los registros.

—Preferimos que sea así. Nuestro padre dijo una vez a su majestad el sultán Selim, no estaremos del  lado, del gobernante de este imperio, lleno de sangre y sufrimiento. La palabra de nuestro padre es nuestra palabra también.  Puede borrarnos de la historia, eso para nosotros, será más que una bendición.

—Majestad, le deseamos un gobierno próspero. Lejos de nosotros.

...


Bueno, hasta aquí queda esta obra. Me divertí mucho escribiéndola, espero que la hayan disfrutado. Les dejo a los retoños de Cihangir y Deniz

 Les dejo a los retoños de Cihangir y Deniz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ozan

Gülbahar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gülbahar

Gülbahar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yildiz

El ángel del imperio Cihangir, El Sultán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora