XII

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Habían pasado varios días desde que Deniz no veía a Cihangir, desde que se anunció la boda del príncipe y ella, las sultanas Hürrem y Mihrimah la habían llevado con las costureras para los atuendos, estuvieron con ella desde que se convirtió al islam y en la noche de Hienna y aunque aquellas dos mujeres eran agradables con ella aveces se sentía extraña, no estaba acostumbrada a ese tipo de celebraciones mucho menos si eran para ella.

El  día del desfile había llegado, el vestido que habían hecho para ella era diferente de los que solían usar las sultanas en sus bodas y es que Deniz se había negado a usar un diseño igual por su incomodidad ante estos.
Era una falda larga de un color bajo semejante al blanco, estaba cubierta de lentejuelas que le daba brillo a aquel bordado. La parte superior era una blusa corta del mismo color y estilo, el velo largo estaba colocado en la parte media de su cabello el cual había crecido un poco hasta la altura de los hombros exactamente.

—Deniz

—Sultana— Deniz tomó la mano de la sultana Hürrem dejando un beso en esta pegándolo en su frente.

—Eres hemosa, mi hijo sin duda será feliz contigo. Me has demostrado que eres una mujer valiente, amorosa y sobre todo, que quiere y adora a mi príncipe.

—Sultana, sus palabras me honran.
Es un día feliz, tal vez, mo tengo a mis padres o a alguno de mis amigos de la tripulación para que me vieran, pero, realmente agradezco que usted sultana este aquí para acompañar. Sultana Mihrimah, también le agradezco a usted.— Mihrimah sonrió mientras se acercaba a Deniz, colocó aquel collar que habían mandado a hacer para ella.

—Es de parte de Cihangir. Realmente espero que su matrimonio sea feliz.

—Alá mediante así será sultana.

—Seguramente, tus padres deben estar felices por ti. Aún no se sus nombres, debieron ser buenas personas.

—oh, bueno, mi padre se llamaba Pedro, un pescador y mi madre, Anastacia, yo... No recuerdo mucho sobre ella, murió cuando yo era muy pequeña, pero de que era muy, muy hermosa. Ow, sabe sultana, mi comentario tal vez sea imprudente, pero usted me recuerda un poco a ella, mamá tenía un cabello rojizo igual al suyo y al mío— La sultana Hürrem sonrió mientas llevaba su mano a las mejillas de la chica

—Me siento halagada. Ese nombre Anastasia... Mi hermana menor se llamaba así. Bueno, no queremos pensar en cosas tristes en este día tan feliz, vamos, el desfile empezará.

...

Las calles de la capital estaban llenas de personas, la mayoría de ellos susurraba, pues solían festejar bodas de las sultanas con pashas, pero esta vez, era uno de los príncipes quien se casaba y no sabían mucho sobre la novia.

—Es una rusa, igual que la sultana Hürrem

—otra bruja

—Escuché que es una mujer bella. El sultán la escogió para su hijo menor— comentarios de ese tipo se escuchaban por las calles.
El desfile pasaba, las personas podían ver a través de aquellas telas la silueta de Deniz, la cual miraba hacia los lados, aún no podía creer que era lo que estaba pasando.

Cihangir miraba el desfile desde aquella torre, afortunadamente tenía vista hacia la calle principal, sus vestimentas finas combinaban bien con aquella sonrisa que tenía.

—Querido hermano.— Cihangir miró a sus tres hermanos mayores, Mustafa fue el primero en abrazarlo segundo de Bayaceto y Selim.

—Cuando nos dijeron que ibas a casarte no podíamos creer que convencieras a nuestro padre de esto. ¿Fue difícil?— Bayaceto preguntaba

—No importa cómo lo hizo, nuestro hermano menor ahora es un hombre casado. Te lo mereces Cihangir, que la mujer que has tomado te haga feliz.

—Selim hermano, te lo agradezco mucho, a todos, les agradezco que hayan venido, también, espero que me visiten en la provincia que nuestro padre me asignó.

—Estoy muy feliz por ti hermano, que puedas gobernar una provincia es un buen regalo de nuestro padre. Alá mediante te irá muy bien— Bayaceto abrazó una vez más a Cihangir.
Los cuatro príncipes fueron al resto de la celebración hasta que llegó la noche, Cihangir se separó de ellos pues sería trasladado a su palacio.

Deniz ya estaba ahí, esperaba por su príncipe en aquellos aposentos, la puerta se abrió dejando ver al príncipe, Cihangir sonrió ampliamente, se acercó a la pelirrojo y levantó aquel velo que cubría su rostro recibiendo una sonrisa de parte de Deniz.

—Alteza...

—Deniz, esposa mía. —Cihangir tomó las manos de la chica dejando un par de besos en cada una, acarició su rostro con delicadeza sin perder su mirada de aquellos ojos verdes que caracterizaban a su ahora esposa. —Le agradezco a Allah, por dejarme ver este hermoso rostro, cada día de mi existencia he de agradecer por haberte enviado, por permitirme e contrarte. Deniz, mi mar, eres mi destino y mi amor. Mi corazón ahora es un cofre cerrado con llave, donde solo tú tienes la llave, solo tú estas dentro y nadie podrá entrar ni tú salir de él. Te amo Deniz, no existe mujer en este mundo, que me haya enamorado de esta manera tan intensa como lo has hecho tú.— Deniz se acercó al rostro de Cihangir para dejar un beso sobre su mejilla con ternura.

—Cihangir... Mi ángel. Usted ahora es dueño de mi vida, se cada uno de mis suspiros, mis ojos no pueden ver a nadie más que a usted. Mi corazón, late con fuerza cada que estoy a su lado. Tenga piedad de su esposa, la cual no puede estar ni un momento lejos de usted.
Mi esposo, lo amaré con toda esta intensidad hasta el día en que mi último aliento se presente.— Cihangir tomó ambas mejillas de la chica para poder besarla con intensidad, sus cuerpos de juntaron de nuevo, esta vez como marido y mujer.





Hola. Solo para decirles que como había escrito antes, cambiaré algunas cosas de la novela como el nombre de la hermana de Hürrem el cual no recuerdo bien.
También, no recuerdo cuales eran las provincias del imperio para darle nombre a la que gobernará Cihangir.
Bueno, los dejó con la boda y la ilustración del vestido de Deniz

El ángel del imperio Cihangir, El Sultán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora