XVI

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Los días habían pasado rápidamente y con ello los problemas en el imperio habían salido a flote.
El sultán se había enfadado con sus dos hijos el príncipe Bayaceto y el príncipe Mustafa por contraer matrimonio a escondidas pero eso solo había sido el comienzo.

El sultán habían caído enfermo una temporada y con ello el inicio de una posible rebelión a favor del príncipe Mustafa se dio, fue donde Deniz y Cihangir tuvieron que elegir su bando, mantenerse neutral no era de ayuda y aunque Cihangir había pensando en apoyar a Mustafa Deniz intervino para hacerle cambiar de opinión.

El método que había usado no había sido de su agrado pero no tuvo otra opción, no podía dejar el destino de su esposo y su futuro hijo en las manos de Mustafa quien era fácilmente manipulado por su madre la sultana Maidevran.

—Decide ahora Deniz. Que bando vas a elegir.— esa fue una de las veces que la sultana Hürrem le hizo ver lo que le esperaba si apoyaban a Mustafa.

Cuando eligió tuvo que poner en contra del príncipe mayor a su esposo Cihangir y lo logró con ayuda de guardias sobornados, un ataque especialmente a la esposa del príncipe Cihangir quien estaba embaraza. ¿Quién querría dañarla? La respuesta que aquellos guardias dieron.

—La sultana Maidevran teme por qué el príncipe Cihangir sea un candidato al trono ahora que tendrá un hijo.— Era mentira pero había funcionado, Cihangir se habia puesto en contra de Maidevran y su hijo. Esa acción sería el secreto que Deniz se llevaría a la tumba.

El sultán se recuperó tiempo después, pero las cosas seguía mal, la traición del príncipe Mustafa se dio a conocer a todos, el día de la ejecución Selim no tuvo que entretener a Cihangir, porque ese mismo día, Deniz había entrado en labor de parto.

—¡No puedo!— Los gritos de Deniz podían escucharse, Cihangir estaba ansioso y aunque la sultana mihrimah trataba de calmarlo eso no funcionaba.

—¡Vamos Deniz! ¡Vamos!— Su cuerpo estaba cansado y el sudor había empapado las telas, el rostro de Deniz estaba rojo y de este caían lágrimas, el llanto del bebé por fin se había escuchado en la habitación. —¡es un niño!— Pero el dolor y los lamentos de Deniz no paraban. —¡viene uno más! — habían pasado horas, luego de que el primer bebé saliera vino otro más. —¡Una niña! El segundo es una niña

—Cihangir..... ¡Ahh! ¡¿Por qué no deja de doler?!— La doctora analizó un poco más, al parecer, no eran dos, venía uno más.— Deniz estaba a su límite pero tenía que seguir pujando, apretó fuertemente las sábanas y su último grito fue más fuerte. El llanto el último bebé sonó después de este.

—Otra niña... Ha dado a luz a dos niñas y un niño.

—Niñas... Niño.. Mis hijos— Deniz dejo caer su mano sobre las mantas, sus ojos se cerraron no pudo mantenerse más despierta.

—¡Sultana..! ¡Sultana!— Ahora era llamada así por el niño, lo único que Deniz podría escuchar era a la doctora llamándola a lo lejos.

La puerta de la habitación se abrió, Cihangir entró para ver a su esposa la cual estaba inconsciente.

—¡¿por qué está asi?! ¡Hagan algo!— Cihangir miró a los niños en los brazos de las criadas pero su atención no podía estar en ellos ahora. —¡Deniz! ¡Deniz!

Deniz abrió sus ojos mirando extrañada aquel lugar, un campo de flores, el ambiente estaba lleno de tranquilidad, su mirada recorría todo alrededor hasta ver una mujer de espaldas, está tenía un vestido blanco y su cabello era un rojo idéntico al suyo.

—¿Sultana Hürrem?— La mujer volteó, no era la sultana, pero la sensación era familiar, después de pensar un rato, una sonrisa se colocó en el rostro de Deniz. —¿Madre?— La mujer extendió sus brazos, Deniz fue hacia ella abrazándola, era cálido, agradable.

—Si, soy yo. Deniz, Balik... Mi hija.
¿Qué haces aquí? Aún no es tu momento.

—¿Mi momento?

—Tienes un esposo... Acabas de tener a tus hijos... Debes regresar con ellos.
Yo estaré esperando por ti, hasta que sea el momento de partir.

—pero madre, acabo de ver tu rostro de nuevo... De verdad, eres hermosa. Eres igual a...

—La sultana Hürrem... Me llamaste así— Aquella mujer sonrió para su hija. —El destino, es muy extraño. Yo siempre pensé en protegerte para que no fueras raptada como mi hermana lo fue, pero terminaste siendo elegida por ella, terminaste siendo la esposa de su hijo.
Alexandra... Mi hermana mayor, la que ahora cuida de ti. 
Quién diría que el destino tenía eso preparado.

—Entonces...

—Shhh... Vamos querida despierta, te necesitan con vida.

—¡Deniz!— el llamado de Cihangir y aquellas medicinas que la doctora pasaba por su nariz hizo que sus ojos se abrieran, estaba un poco desorienta, al ver los ojos azules de Cihangir sonrió débilmente para él.

—Alteza...

—Deniz... Mi sultana. Estas con vida— Cihangir sonrió tomando su mano dejando besos sobre esta.

—alteza debe salir, debe reposar, los príncipes serán limpiados para que pueda verlos. Sultana Deniz, felicidades, por sus tres hijos.

Perdón por el skip time. Hice lo mejor que pude para no alargar mucho hasta el nacimiento de los bebés.

El ángel del imperio Cihangir, El Sultán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora