—¿Qué clase de idiota eres?
Esa pregunta se hacía mientras estaba frente al espejo del baño, mirando su reflejo creía encontrar algún defecto del que pueda renegar, aunque la única culpa que tenía es que sus genes lo ayudaban demasiado. Jungkook le había dicho que era hermoso, así se haya sentido un poco cohibido y algo rechazado por sus propias inseguridades. Incluso lo había molestado en la noche pensando en sus necesidades sin cuestionar si el Alfa tenía algo más que hacer.
Lo fue a molestar en plena madrugada por cierto temor que sintió en una habitación grande. El silencio de cierta manera, lo abrumaba, pero cuando llegó a la alcoba del Alfa jamás creyó que se comportaría de esa manera echándole la culpa a su celo que, estaba seguro, en cualquier momento llegaría. No tenía otra explicación con su forma de actuar con Jungkook.
Idiota. Idiota.
Secó su rostro con una toalla y peinó su cabello notando lo largo que estaba. Tal vez debería cortarlo y arreglarse para las vísperas de navidad. Salió del baño y recién recordó que no estaba en su casa y que la única ropa que tenía era el traje que usó además del pijama. ¿Estaría en pijama todo el día?
—Papito, papito —dijo SoYeon para subirse a la cama y saltar sobre el colchón dejando su cabello saltar—. ¿Qué haremos hoy?
—No estoy seguro —confesó—. Primero deberíamos desayunar. Vamos.
SoYeon asintió bajando de la cama y corrió bajando las escaleras, él la siguió a su propio ritmo sonriendo mientras prestaba atención al lugar. La casa era grande, de eso no tenía duda, tampoco negaba el hecho de que no imaginaba que una persona tan linda tuviera un lugar así para vivir y, sin nadie quien le haga compañía incluso en el invierno que suele ser frío para cualquier persona.
La primera vez que estuvo ahí, no recordaba haberle prestado atención a lo que había a su alrededor, solo se preocupó del hecho de ver a Hoseok ahí y querer escapar a futuras preguntas que no pensaba responder.
Ahora que había aceptado esto, ¿tendría que quedarse en Seúl? Claro que podría regresar a Busan, sin embargo, ya fue egoísta mucho tiempo y tampoco quería obligar a alguien a que cambie toda su vida solo por ser un cobarde. Seúl era la ciudad de las oportunidades, así se solía escuchar, por mucho que deseara no encontrarse con su pasado, este de alguna manera lo perseguiría.
Abrió el refrigerador encontrando que estaba llena de diferentes productos ya sea para preparar un buen desayuno o un delicioso almuerzo y cena. Parecía un sueño, ya que este tipo de cosas no eran tan frecuentes de ver, por lo menos hasta que obtuvo un buen trabajo. Conoció a Jeon Jungkook cuando apenas llenaba un pequeño refrigerador con unos cuantos huevos y leche a días de caducar. Ahora, estaba husmeando en su cocina como si esta fuera de verdad su casa.
Si era un sueño, esperaba no despertar pronto y que la magia acabe.
Preparó algo junto a SoYeon, quién decía cualquier cosa que mencionara al Alfa, sin dejar de llamarlo “¡Papá Jungkook!”. Aquello le provocaba más de una sonrisa y un corazón alegre por la situación.
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¡Papá en Renta! ♡ Kookmin
Fanfiction𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 | ❝Jungkook sabía que lo que hacía podía parecer malo, pero no le gustaba tener que ver los rostros de niños y niñas tristes porque no tenían un papá. Así que, ¿por qué no ayudar a las y los Omegas solteros aunque sea unos días? No t...