Capítulo 22: Encuentros inesperados

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—Te ves terrible

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—Te ves terrible.

Rio de escuchar la burla de MinHye, aunque no era su típica risa en la que seguía el juego, seguía siendo apagada y era demasiado amarga para el gusto de cualquiera.

—Jefe Jeon —volvió a decirle ella, él le prestó atención dejando incluso la cuestión de revisar ciertas cosas—. ¿Sabe algo de Jimin?

Pasó saliva con evidente incomodidad. De todo lo que había ocurrido, transcurrió una semana y a pesar de que había entendido que no podía seguir sintiendo un dolor tan inexplicable al que no debía prestarle atención, su estúpido lobo no parecía entender el mensaje.

—No, desde el día que me pidió el día libre, no sé nada de él.

—Entiendo —la Beta soltó un suspiro y una mueca de tristeza se dibujó en sus labios—. Tuvo que pasar algo malo como para que no regrese.

—Eso de por sí suena como un mal presagio.

—A lo que me refiero —se corrigió ella—. Jimin apenas hablaba de lo que le incomodaba, en parte, quizá usted haya tenido la culpa.

Jungkook enarcó una ceja, bastante curioso con esas palabras.

—¿Por qué yo tendría la culpa en sus decisiones? —cuestionó pareciendo indignado, pero en serio quería saber si todo lo ocurrido se debía a él.

—Bueno, usted parecía causarle cierta molestia a Jimin. Recuerdo que una vez lo vi salir de su oficina bastante indignado.

Esa respuesta llamó su atención. La única vez que lo invitó a su oficina fue aquel día que le dijo estúpidamente “déjame ser el padre de tu hija”, no podía golpearse en la frente teniendo a MinHye a su lado.

Tal vez sí tenía la culpa. Solo que ya era tarde para tomar responsabilidad por algo que creyó olvidado y perdonado.

El inconfundible sonido de la campanilla resonó, haciendo que ambos prestaran atención y para la mala suerte de Jungkook, no era un cliente que deseara ver en este día.

—¡Jungkook! —DuckYoung ingresó con tal alegría que incluso llamó la atención de algunos comensales cuando se acercó hacia la recepción— Amigo, ¿cómo estás?

—¿Desde cuándo soy tu amigo? —cuestionó con cierta extrañeza, en eso le pidió a MinHye que volviera a sus actividades— ¿Algo que deba hacer por ti?

—Aparte de intentar parecer amable —sonrió, aunque quisiera hacerla parecer sincera— bueno, vine aquí para comer y lo que eso involucra.

—Me gustaría decirte que no hay mesas pero como no es así, pasa —respondió un poco hostil fingiendo que escribía algo—. Me sorprende que no hayas regresado con tu esposa.

—Prometida —corrigió—. ¿En serio no piensas acompañarme a una mesa?

—Bien.

Muy a su pesar tuvo que hacerlo, salió de la recepción solo para acompañar a ese idiota que sonreía como si fueran mejores amigos de toda la vida.

¡Papá en Renta! ♡ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora