Plan B

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¿Cómo es que terminé en una situación como esta? Se preguntaba senku al encontrarse sentado en una silla con los brazos hacia atrás, totalmente inmovilizado.

Kohaku si que se había pasado esta vez ¿cómo se le ocurre semejante cosa? Senku no lo entendía, él estaba seguro que le había dejado claro que saldría un rato, pero en cuanto se había terminado de cambiar kohaku apareció con su típica mirada felina que indicaba que tramaba algo, y pues si, y eso era atarlo por completo a la silla que se encontraba ahora mismo.

—¿se puede saber que es lo que te ocurre hoy, leona?

—solo quiero sexo, Senku. Ya te lo dije—respondió al verlo tan inmovil, admitiendo por dentro  que verlo de esa manera no le desagradaba.

—¿y para eso era necesario esto? —alzó una ceja esperando su respuesta.

Porque en serio, atarlo a una silla si que le parecía una exageración.

—así es, ya me rechazaste una vez. No pienso correr el riesgo de que pase lo mismo.

De pronto la voz de su amiga volvió a sonar por su auricular.

—kohaku ¿pudiste hacerlo?

—por supuesto, lo tengo atado completamente.—se sintió orgullosa de eso.

—muy bien, ahora senku ya no podrá ir a la empresa.

—¿entonces eso es todo? —preguntó yuzuriha.

—pues... Suponemos que si, kohaku ya se encargará del resto —comenta kirisame.

—así es, por lo tanto, ahora si es el momento de cortar la comunicación.

—¿estas segura que podrás manejarlo, kohaku? —le preguntó Minami por el auricular.

—por supuesto, sé muy bien que hacer con mi esposo de ahora en adelante —se lamio su labio inferior, prestándole más atención a la mirada molesta de Senku.

—¿y ahora que se supone que me harás? ¿Me violaras? —cuestionó Senku sin ninguna pizca de vergüenza.

Por su parte, al escucharlo, kohaku se sonrojó levemente, eso le había tomado por sorpresa, kohaku sabía de lo directo que senku solía ser, eso era una de las cosas que le gustaba de él pero nunca pensó que llegaría un día en el que él le hablara de esa forma. Pero no se dejaría, no está vez.

-ja, deja de jugar conmigo, senku. Eso no te funcionará, no está vez. —se quitó el auricular, para dejarlo encima del escritorio que había en la habitación.

Una vez que lo volvió a ver, kohaku se acercó a Senku para sentarse en su regazo, con las piernas abiertas, acariciando su rostro provocando que este se estremeciera.

-¿q-que crees que estas haciendo, kohaku? ¿De verdad lo harás? —preguntó senku al ver lo cerca que su esposa ya estaba.

-shhhhh —ella hizo que se callara poniendo un dedo en sus labios antes de acercarse a su oído y susurrar — haré que te sientas bien, senku. Solo tomaré el control esta vez ¿si?

La voz tan sexi con la que ella pronunciaba sus palabras hicieron que senku se tensara y lo hizo aún más cuando empezó a sentir las manos tocarle el hombro y luego bajar lentamente hasta llegar a sus pantantalones, acariciandolo sin dejar de verlo con los ojos oscurecidos.

—¿k-kohaku? E-espera... — pero senku no pudo continuar hablando ya que soltó un gemido en cuanto sintió a Kohaku desabrocharle los pantalones para luego acariciar su intimidad.

Ella continuó haciéndolo y mirando como su él se sonrojaba cada vez más, al igual de como este emitía ciertos gemidos y jadeos con voz algo ronca.

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