Hielo y Fuego 3

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El reino de fuego está rodeado de llamas y es gobernado por un poderoso rey de fuego, que es capaz de controlar las llamas con sus poderes mágicos.

El castillo está hecho de piedra negra resistente al fuego, que brilla con un rojo intenso que se ilumina por las llamas esparcidas alrededor del reino. En este castillo, hay salones cavernosos con paredes de fuego que cambian de color y formas, según el estado de ánimo de su gobernante.

El pueblo de este reino está compuesto de seres mágicos, que son expertos en la creación y el control del fuego. La flora de estas tierras es única, ya que está hecha de flores y árboles que pueden arder eternamente sin consumirse. Estas plantas son capaces de brindar luz y calor al reino y son fundamentales para el equilibrio ecológico del mismo.

Aunque parezca que en este reino todo pudiera estar ardiendo a simple vista, en realidad nada se quema ni hace daño, excepto cuando la magia es usada para ataque y ciertas piedras y minerales mágicos en específicos. Por tal motivo, reino de fuego quizás sea considera uno de los reinos más peligrosos e impredecibles en este mundo, pero también es uno de los más hermosos y mágicos...[...]

Mientras Liliam, la reina, continuaba soltando alguno u otro dato sobre el reino de fuego, Kohaku la escuchaba atentamente. Ambas se encontraban de camino a tomar el desayuno y la curiosidad de Kohaku sobre la arquitectura y algunos otros detalles del castillo fue la causa para que la reina de fuego, empezará a hablar de ello.

Liliam sí que tenía muchas cosas que decir al respecto, y eso a Kohaku no le molestó, ya que después de todo, necesitaba obtener toda la información posible del reino que algún día sabía que iba a gobernar.

Sin embargo, tal pensamiento acabó cuando llegaron al desayuno y notó que el príncipe está ahí, en la mesa. Dando como consecuencia el recordatorio de lo sucedido la noche anterior.

Y todo empeoró en cuanto cruzaron miradas, las mejillas de la princesa empezaron a calentarse. Pero no duró demasiado ya que el bastado de su futuro esposo, luego del saludo, desvío su mirada, desinteresado.

¿En serio ni siquiera le importaba en lo absoluto? ¿Acaso no tenía vergüenza el muy miserable? Kohaku se sentó haciéndose muchas preguntas, las cuales se esfumaron en cuanto uno de los reyes, le dirigió la palabra.

— ¿y qué tal la noche, querida? — se trataba del padre de Senku — ¿dormiste bien?

No

— sí, su majestad. Estar aquí es... — miró al príncipe y fingió una sonrisa — agradable.

— ¿lo dices enserio? Qué bueno— el rey suspiro, aliviado — porque ayer escu... — la reina le dio un leve golpe antes de reprimir a su esposo con la mirada.

— porque estábamos preocupados por ti, querida. — sonrió nerviosa — solo eso.

La princesa no sabía si podría considerarse una situación incómoda, pero pensarlo no tenía caso. El príncipe ni siquiera le daba importancia ya que una vez que terminó de comer, dio una excusa y se fue. Así, sin siquiera darle, aunque sea, una mirada de disculpa.

Gen y Ryusui suspiraron pesadamente antes de seguirlo silencio, quizás planeando alguna forma de persuasión. Mientras tanto, Kohaku estaba indignada y en silencio les rogaba a los dioses no volver a toparse con él el resto del día. Sin embargo, tener un encuentro con él era inevitable.

— ¿enserio no te disculparas por lo de anoche? — la pregunta de Kohaku salió por impulso cuando volvieron a toparse en los pasillos.

— ¿de verdad es necesario hacer todo esto? — replicó él — fuiste tú quien solo tenía una capa cubriendo su cuerpo.

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