Era un nuevo día en las tierras heladas, en el palacio, en la habitación que quedaba en una de las torres de hielo, la segunda princesa caminaba de un lugar a otro, mientras que Amarylis, una de sus damas de compañía, la perseguía por detrás, tratando de terminar de culminar la vestimenta de la princesa.
- Kohaku, por favor. Quédate quieta - pidió
Cuando la princesa paró su andar al acercarse a la ventana y ver el cielo del día, Amarylis aprovechó en ponerle el listón celeste por la cintura.
Minami, quien también acompañaba a la princesa se estaba encargando de repetir la agenda del día y las actividades a realizar, la miró algo extrañada. Pues el comportamiento de la princesa era inusual.
Ver su rostro empapada entre una mezcla de preocupación e ira la confundía. Cuando Kohaku se dio la vuelta al notar su mirada en ella, frunció el ceño. Pero no era a Minami a quien en realidad la miraba llena de furia.
- mi vestido lo manchó... - murmuró haciendo un puño con las manos. - ese maldito desgraciado de las tierras de lava.
- de fuego - corrigió Minami, cansada de escuchar lo mismo.
- Kohaku ya, no te muevas. - rogó Amarylis.
- pero es enserio chicas - la princesa la ignoró volviendo a moverse otra vez en dirección a su cama y ver en ella el vestido que usó el día en el que aceptó el armisticio. Giró en dirección a Amarylis - me la hiciste tú con todo el esfuerzo del mundo. Debí haberlo cuidado mejor.
La mencionada suspiró.
- ya te dije miles de veces que no pasa nada. Solo es un vestido.
- lo sé, pero... era mi vestido favorito.
Las damas se miraron.
- si era tu favorito ¿por qué tuviste que usarlo el día de ese armisticio? ¿Acaso no dijiste que sería el peor día de tu vida?
- sí, claro que sí, pero me vi obligada a usarlo para que mi padre crea que de verdad estaba de acuerdo con la decisión que tomé.
- eso es un buen punto - comento Amarylis - pero no tienes que preocuparte tanto, Kohaku. Puedo hacer uno mejor. - observó la prenda antes de agarrarla, con una mano en la barbilla - tengo un diseño mejor que este y estoy segura que con los accesorios y el maquillaje natural harán que tu belleza resalte tanto como la nieve de nuestro reino.
- te lo agradezco y una vez... Perdón por haberlo arruinado.
- solo fue una mancha, Kohaku.
- bien ¿ahora si puedo repetir la agenda de hoy? - dijo Minami.
- no.
Las damas se miraron cuando la princesa volvió a quejarse de la situación en la que se encontraba por el armisticio. Pues, a raíz de ello, los futuros esposos estaban obligados a pasar más tiempo juntos.
Y si, ese día pronto llegaría, de hecho, era solo al día siguiente su primer encuentro con su ahora prometido. Es por eso que las damas necesitaban que la princesa terminara sus deberes lo antes posible.
En el almuerzo, mientras que el rey hablaba con la princesa de las posibles actividades a realizar en el encuentro que iba a llevarse a cabo, ella solo fingía escuchar y sonreír. Kohaku estaba cansada de todo y mentalmente maldecía al príncipe y al armisticio.
- ¿eso sería todo, padre? - preguntó cuándo su padre al fin terminó de hablar.
- no. El príncipe vendrá por ti mañana. Visitarán los jardines del reino juntos. Nuestra gente debe saber que con tu boda al fin tendremos paz, es por eso que los reyes de fuego pensaron que quizás podrían dar una vuelta al pueblo de ambos reinos si es que el tiempo les sobra.
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Pequeñas Historias
FanfictionHistorias cortas que nuestro ship favorito, espero que lo disfruten