25.

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El exceso de velocidad no le importaba.

Lo único que deseaba era llegar a aquel lugar y romperle cada uno de los huesos a Kev y rescatar a Seung. 

Tras veinticinco minutos manejando, llegó a una casa que estaba bastante alejada de la ciudad. De hecho era la única casa que podía observar. Pequeña, de madera, en muy mal estado y se notaba que nadie vivía allí desde hace un buen tiempo.

Dejó su moto estacionada y se quito el casco. Comenzó a caminar lentamente hasta la entrada, observando todo a su alrededor y cuando estaba a unos metros de la puerta, su celular sonó, asustandola un poco.

—Que rápida eres preciosa — escuchó esa asquerosa voz del otro lado del celular.

—¿Dónde tienes a Seung? — preguntó con calma. No quería echar todo a perder.

—¿Seung? —preguntó cínico — ¡Oh! Te refieres a ese niño de pelo claro que me suplicaba que no le hiciera nada a su hermanita...

—¡¿Dónde demonios lo tienes hijo de puta?! — le gritó casi desesperada a través del teléfono. Ese imbécil la sacaba de sus casillas.

—¿Por qué no lo averiguas tú? si entras podrás verlo... — respondió él. La chica acerco su mano a la manilla y la giró lentamente — aunque aún estás a tiempo de irte...

—Eso lo decido yo imbecil —Rápidamente abrió la puerta y sin pensarlo más, entró. Estaba todo oscuro y un escalofrío recorrió su cuerpo, estaba muy frío, el aspecto de esa casa daba muy malas vibras.

Miró el largo pasillo que había y comenzó a caminar. Al fondo, vio una luz encendida y caminó hasta ella, mirando bien que a su alrededor no hubiese nadie que la acechara por la espalda. Un nudo se le hizo en el pecho al ver a su hermano atado ahí, como un animal a la silla mirándola con los ojos abiertos, asustado, y con la respiración agitada.

—¡Seung! — exclamó y corrió a abrazarlo. Rápidamente le quitó la cinta de la boca para que el niño pudiese hablar — tranquilo enano que ya estoy aqui...

—¡Nana! Vete de aquí, ¡es una trampa! — gritó el niño desesperado.

—Mi querida Yongmin. — escuchó la voz de Kev a sus espaldas. Se giró y pudo verlo junto a sus dos amigos. Pero cuando sus ojos se encontraron con los del delincuente, el demonio le entró al cuerpo — pensé que nunca vendrías...

—¡Eres un maldito enfermo! Maldito bastardo las vas a pagar... — le gritó acercándose para golpearlo, pero los otros dos le impidieron el paso tomándola de un brazo cada uno.

—Tranquila preciosa... que si te quedas calladita, nada malo pasará — le susurró a centímetros de su cara. Yongmin tomó aire y le escupió.

—Deja ya el juego... ¿Qué quieres? ¿matarme? Pues hazlo, pero a mi hermano déjalo ir.

—No, no, no... — negó limpiándose el rostro — no quiero matarte — le dio una cachetada sin medir su fuerza, lo cual que hizo que el labio le sangrara. La chica volvió a escupir la sangre al suelo. — solo quiero ver como ruegas por tu vida...

—Jamás... jamás te rogaría a ti puto imbecil — le respondió seca. Kev volvió a golpearla.

—¿Ves? Así no llegaremos a ninguna parte. — dijo haciendo un sonido con su boca mientras negaba con su cabeza.

—Eres un...

—Si no quieres que le dispare, te callas y obedeces — la interrumpió apuntando al pequeño con un revolver calibre 36. una rabia inmensa se le estaba acumulando por no poder hacer algo en aquel momento. Estaba sola y nadie iría a ayudarla. Estaba obligada a obedecer a Kev para salvar la vida de Seung.

𝑰𝒓𝒐𝒏 𝒈𝒊𝒓𝒍 | 𝑱.𝑱𝑲 {𝑪𝑶𝑴𝑷𝑳𝑬𝑻𝑨} ►⸙͎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora