Eri ahora vive una vida feliz, cada mañana visita a su padre en los dormitorios de la clase 1-A, sin embargo una duda salvaje apareció en su cabeza, ella e Izuku son una familia de padre e hija, las familias están compuestas de un Papá, una Mamá y l...
El tiempo establecido para el entrenamiento junto a la clase B había terminado, los 3 días de plazo habían culminado y muchas cosas ocurrieron durante el viaje al campamento, una de ellas fue que el peliverde logró hacer una reciente amistad con Kendo, Reiko y Kinoko, donde la fantasmagórica chica a pesar de su promesa, continuó teniendo algunos accidentes estando en presencia del peliverde.
Midoriya soltó un suspiro de cansancio, enserio que habían sido días muy largos y cansados, al menos podía caminar después de usar dos días seguidos la maldita máquina que Tiger le había hecho usar para ganar más flexibilidad, ahora solo esperaba que enserio dicha flexibilidad le funcionara para los combates.
Lentamente padre e hija bajaron con cuidado del autobús, Eri miraba a su padre y avanzaba como si estuviera en modo automático, al peliverde le dolía el cuerpo en general, ahora solo quería llegar a su habitación, tirarse en cama y dormir el resto del fin de semana, pero desafortunadamente eso no iba a pasar.
- Animo Izuku-kun, ya casi llegas -Dijo Kinoko sacándole la lengua de forma juguetona haciendo que el peliverde sonriera de forma cansada, pero la sonrisa no duró mucho incluso para sonreír estaba exhausto.
- ¿Te gustaría que te acompañe a tu dormitorio? Fuiste un miembro de la clase B por tres días, soy responsable de ti también Izuku-kun -Mencionó de forma amable la joven pelinaranja mirando a su compañero.
- Si, así puedo enseñarle a tía Itsuka mis juguetes -Dijo la pequeña mirando a la artista marcial y a su padre.
- Si no te molesta no tengo problema Kendo-san -Mencionó el peliverde queriendo verse amable ante la presidenta de la clase B.
- Llevare tus cosas -Dijo Yui de la cual nadie se había percatado estuvo ahí, esta simplemente tocó la maleta de Itsuka haciéndolas pequeñas para cargarlas con facilidad.
- ¿Cuánto tiempo tenías ahí Kodai-san? -Preguntó el peliverde sorprendido por la presencia de la pelinegra silenciosa.
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- No hago mucho ruido, lo que me hace pasar de forma imperceptible gran parte del tiempo, por cierto, extrañaré tus desayunos, lo haces bien papi, nos vemos después Eri-chan -Respondió la chica avergonzando al peliverde mientras se retiraba junto a sus amigas, donde Kinoko se despedía de Eri.
- Bueno Midoriya, Eri, yo me retiro, fue un viaje divertido, por cierto... Mandalay me dio algo para ti, pero no recuerdo donde lo puse, cuando lo encuentre te lo daré -Dijo Midnight mirándose como en la habitación que uso la heroína +18 donde sobre la superficie de un tocador, parecía haber una carta con estampado de la pata de un gato.
- Oh, si, descuide y gracias por ayudarme con Eri, lamento haberle quitado su tiempo -Se disculpó el peliverde pero hacia una reverencia de agradecimiento con la mujer.
- No es ninguna molestia, quiero mucho a esta pequeña diablilla y haría lo que fuera por ella, después de todo, es mi mejor amiga -Dijo la mujer desordenándole el cabello a Eri ante la mirada de Kendo, enserio que esa pequeña sabia ganarse con rapidez a todos.
