De algo debe servir ver anime

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Narrador omnisciente

Despertaste un poco adolorida, aún antes de abrir los ojos tuviste noción de que estabas despierta, no se oía mucho ruido pero si prestabas atención se oían voces fuera de donde sea que estuvieras.

Abriste los ojos y viste un techo completamente blanco, así supiste que estabas acostada. Palpaste la superficie y por la suavidad te diste cuenta que era una cama.

"Claro, el accidente de carro" empezaste a recordar, era un poco aterrador empezar a tener imágenes de la discusión en el carro, recordabas haber tenido muchas heridas pero actualmente no sentías que tu cuerpo estuviera gravemente lesionado.

Así que había dos opciones, estabas en el hospital después de varios días o estabas en el cielo a punto de ser juzgada por tus pecados. Sea cual fuera la situación tenías que hacer algo, quedarte acostada no ayudaría a definir tu destino.

Al levantarte de la cama una señorita de cabello negro y corto con bata blanca se acercó a ti.

-Veo que despertó señorita ¿Cómo se siente?- empezó a hablarte.

Era de un tono de voz dulce y cantarino. Sin embargo había algo raro en su voz aunque no terminabas de descifrar qué era.

-¿Qué es lo último que recuerdas?- te preguntó la señorita

-Un carro, el carro que me chocó supongo- respondiste después de unos segundos, seguías tratando de acomodar tus ideas y los últimos momentos que recordabas antes del accidente.

-Vaya, al menos el golpe no parece haber afectado tu memoria, te daré una aspirina y podrás irte-

"¿Qué? ¿Solo una aspirina después de un accidente automovilístico? Se nota que el presupuesto médico es horriblemente bajo" pensaste, sin embargo tenías que admitir que no tenías ningún dolor, una pequeña incomodidad en la cabeza apenas. Sin ánimos de pelear asentiste para recibir la aspirina.

-Si quieres puedes quedarte pero solo una hora más, después tendrás que volver a clase- continúo hablando la señorita, aún no habías determinado si era doctora o enfermera pero sus últimas palabras llamaron tu atención.

-¿Clases?- preguntaste bastante confundida.

-Así es, afortunadamente el accidente no pasó a mayores, tienes suerte de que Jotaro haya podido jalarte a tiempo para evitar una desgracia. Sin embargo, solo fue un pequeño golpe en la cabeza así que no uses eso de excusa para perder el tiempo- dijo a la par que te ofrecía la pastilla y un vaso de agua.

"¿Será que me está confundiendo? Tal vez el paciente que busca está en otra cama" pensaste extrañada por la tranquilidad con la que te hablaba, no esperabas lástima pero sí un poco más de atención después de haber sobrevivido a un accidente vehícular.

Por cortesía tomaste la pastilla y después de eso la enfermera te sacó sin miramientos de la habitación, antes de cerrarte la puerta en las narices te dio un maletín escolar negro y eso fue todo. Así te diste cuenta de un par de cosas.

Número uno, no estabas en un hospital, por más deficiente que fuera el sistema de salud no te sacarían así como si nada.

Número dos, tu ropa había cambiado, llevabas una falda lila y una blusa de esas que te recordaban a los animes escolares.

Estabas bien, aunque la cabeza te doliera un poco no tenías las heridas y fracturas que creíste que tendrías después de un accidente tan aparatoso como el que tuviste.

Había muchas preguntas y pocas respuestas, empezaste a fijarte en el entorno para tratar de obtener alguna pista o respuesta de dónde estabas y viste un tablón de anuncios, solo que había algo raro.

Segunda oportunidad, mi estrella guíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora