Calamidades

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Narración primera persona

Después de las palabras del señor Joestar, este subió a un vehículo negro de donde habían descendido los doctores y personal de la fundación, sin ningún comentario todos imitamos sus acciones aunque era un poco complicado.

Con complicado me refiero a lo difícil que es meter a cuatro hombres fornidos en el mismo carro, sin embargo este no era un viaje de placer así que nadie dijo nada sobre la incomodidad y sin dar alguna queja yo también me apretujé dentro del vehículo.

Teníamos mucho en qué pensar y fue por eso que el viaje transcurrió en completo silencio, ni siquiera el hecho de estar viajando en un lujoso automóvil de una importante fundación de nivel mundial nos quitaba de la mente el recuerdo de Holly muriendo lentamente por culpa de su stand.

No puedo creer lo ingenua que fui, lo tonta que me ví. Todo este tiempo pensé que con mi Engel Violet podría ayudar a Holly y evitarnos todo este viaje a Egipto, los problemas, las peleas, el dolor, la muerte... quise creer que yo podría hacer un cambio pero creo que estuve mintiéndome a mí misma, pasé por alto algo muy importante y es que no sé si realmente puedo modificar la historia. ¿Habrá cosas que pueda cambiar? ¿Todo lo que sucede en el anime sucederá ahora sin importar lo que yo haga?

Lo único que puedo hacer es seguir esperando, por lo que ya ha sucedido puedo ver que la historia es casi como yo la recuerdo, el que yo esté aquí no alteró mucho las cosas, Jotaro fue a prisión, Kakyoin nos atacó, Holly está en cama aunque... si no me equivoco yo salvé a los estudiantes de la enfermería, si no mal recuerdo uno de ellos quedaba herido pero yo lo salvé en la pelea. Es un cambio pequeño pero aún así, un cambio de la historia original. Tal vez yo no sea tan inútil después de todo, debo intentar mantenerme serena para no perder la cordura.

¿Que si tengo miedo? Tengo tanto miedo que toda la saliva que resbala por mi garganta me sabe a veneno y se siente pesada como alquitrán pero, no es miedo por mí. No, por quien tengo miedo es por mis compañeros, por mi amigo. Porque sé lo se vendrá para ellos, todos los horrores que tendrán que enfrentar y al menos, mi única esperanza, es poder intentar salvarlos con mis conocimientos aunque debo recordar ser sutil y natural.

Si empiezo a tener actitudes sospechosas o de repente empiezo a predecir perfectamente el futuro, en vez de creer en mí me rechazarán y así perderé la posibilidad de ayudarlos. No sé cómo pero tengo que hallar una manera de cuidarlos sin ser muy obvia.

Solo me queda respirar para intentar calmarme, esta decisión es mía, yo solita me involucré en este viaje y si es por Holly lo haría mil y un veces. Aparte de que técnicamente ya he estado muerta, al menos tuve una segunda oportunidad y la disfruté muchísimo gracias a Jotaro, eso también hace que todo valga la pena.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que sin darme cuenta ya habíamos llegado al aeropuerto de Tokio. Me parecía que había pasado toda una eternidad desde que Holly y yo venimos a recoger a su padre y ahora nosotros estamos aquí dispuestos a empezar esta odisea para salvar una vida inocente.

-Iré a conseguir los boletos, esperen aquí- dijo el señor Joestar con naturalidad, pero el tono en su voz me hizo ver que estaba igual que yo, que todos nosotros, preocupado.

Y eso hicimos, nos quedamos sentados en la sala de espera como si no hubiera nada más interesante que ver la pantalla con los avisos de los aviones que iban y venían. Me desesperaba sentirme inútil, quería hacer algo, ocuparme en cualquier cosa -Voy por café ¿Quieren algo?- le pregunté a los demás.

Avdol y Kakyoin me respondieron medio distraídos y sinceramente no los culpo, el café es lo menos importante en estos momentos. Jotaro solo dijo un escueto -voy contigo- como toda respuesta y así empecé a caminar junto a Jojo para buscar un puesto o kiosco que vendiera café dentro del aeropuerto.

Segunda oportunidad, mi estrella guíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora