Que bonita era ella
a las cuatro de la mañana
con el rímel corrido
y enredada entre sábanas.
Que preciosa estaba
con los tacones en la mano
a las dos de la madrugada
después de haber danzado
en cualquier boca despeinada.
Y como salía, bebía, corría
y luego se esfumaba.
Y cómo reía, lloraba y la perdías
en la misma balada.
Cantaba,
todas esas letras que no tenían sentido
si no se gritaban a pleno pulmón.
Y amaba,
con todas esas fuerzas
que acaban rompiéndote el corazón.
Se hacía querer y esperar
como la noche de los viernes,
llena de vienes y vuelves.
Ella estaba hecha para que la sacaran a bailar.
Se iba a dormir sabiendo
que no despertaría nunca al lado de la misma mirada.
Y era fría, helada,
como sus manos,
como cada rincón de su piel.
Ella era tormenta
no conocía la calma.
Dolía,
pueden decirlo todos los poetas,
los que escribieron sobre
el precipicio de su sonrisa,
que se estrellaron entre sus piernas.
Era guapa,
bostezando, riendo,
tirándote los zapatos o los tejos.
Era pura sencillez
pero estar con ella era complicarse la vida.
Y la quería,
como nadie y de verdad.
Y cuando dormía con ella
pensaba con quien deben despertarse los ángeles
y cómo evitan romperse las alas.
Porque su corazón estaba más que roto
y entonces entendí que el huracán
no solo sabe dañar,
también sale herido.
Y que sin duda alguna
a ella le faltaba alguien
que le besara las cicatrices.
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Quererte en el desamor
PoetryHice arte de mi dolor y ahora tengo un jardín lleno de margaritas.🌼 Poesía o intento de ello:) En mi primer poemario te cedo un pedacito de mí. Los poemas tienen el mismo sentido que enamorarte y dejar de hacerlo, a veces ninguno. Espero que te gus...