Toma, te toca

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Después de todo

soltó aquello de:

"Pensándolo bien...

La verdad es que sí,

soy un cabrón."


Pero es que si lo hubieras

pensado mejor,

habrías avisado de tu mala puntería

antes de disparar.


Me enredé durante tanto tiempo

en tu mentira,

que acabé llamándola hogar.


No es fácil de entender

que finalmente me buscaras,

si estando a centímetros

nunca me supiste ver.


Todavía me pregunto,

¿De qué te sirve haber

rozado tantas pieles,

si no sabes como dejar

a alguien con tacto?


Huyes,

en busca de la salida rápida,

esa que evita la mirada

que te hace frenar.


Intentas olvidar esos ojos,

pero por mucho que frotas los tuyos,

no despiertas,

no es una pesadilla.


Hoy vuelves a soñar conmigo,

y en otro vago intento te repites

que esta si que es la última vez.


El final de la historia

es bastante distinto al resto.

Tu te has encerrado en tu propia prisión,

tragándote así la llave.


Atado de cadenas,

el arrepentimiento sale caro

y más si la cuerda son

todas las penas

que en algún recuerdo aún compartimos.

Quererte en el desamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora