Mi casa en huelga

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Las calles siguen vacías,

solo las recorren aquellos pasos

que diste cuando te dejé ir.


Han oído tantas historias estas paredes

que si hablaran ahora que te has ido

podrían hacerme compañía.

Creo incluso que sabrían mentirme mejor que tú.


Mis ojos se vuelven a trabar

y a enmudecer por segundos,

cuando se cruzan contigo

en busca de respuestas.

No saben ya cómo preguntarte

si vas a volver.


Como de costumbre las puertas

no se cansan de dar esos golpes,

llenas de esperanza no se cierran del todo

por si llamas tú la próxima vez.


Los espejos me dan la espalda,

dicen que no van a perdonarme

que tu silueta aún se pasee por aquí.


Empiezo a notar el frío,

y es que el hueco de la cama

se ha empeñado en hacerme reconocer

que te echo de menos.

Quererte en el desamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora