Veintiséis poemas repetidos

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Últimamente me he encontrado

con varias de ellas,

y no del tipo de ella que eres tú.

Si no de las primeras.


Las que me conocieron

en las noche de desvelo,

escupiendo reproches

sobre el folio en blanco.

Esas que aguantaron

mis ganas de querer huir,

pero que al final acabaron huyendo.


Me invitaron a alguna que otra copa,

dijeron eso de: -¡Cuánto tiempo!

Y yo pensé:

No más del que perdí con lo nuestro.


Estaba en busca de la excusa perfecta

para plantarlas,

pero esta vez no me servía su:

No eres tú, soy yo.


Hasta que dejaron caer aquello de:

"Te he estado leyendo..."

Me miraron con recelo,

veía en ambas como les quemaba

que no sea su incendio

el que me hace arder.


Me escondí detrás de

mi mejor sonrisa fingida,

creo que lo saben.

-Para lo breve que fue con ella

si que te ha durado poemas.-

Y los que te quedan...

Les he dado lo que pedían,

tienen suficiente con esta

y la siguiente estrofa.


Corrijo,

ya no lo sospecho,

sé que lo saben.

Supongo que debe doler

que después de todo

no les dedicase ni

unos malos versos,

pero solo hice justicia.


Ellas solo me enseñaron a sumar

y siguen creyendo que en una relación

1 más 1 es igual a 3.

De ahí viene el que repitan sus errores.


Contigo aprendí el resto,

contigo comprendí el verbo querer,

después de tanto descubrí

que nunca antes lo había conjugado bien.


Todas hablan de aquel par de poemas,

con par me refiero a unos veinte-i-seis,

-justo los besos que te olvidaste en mi espalda-.

Como si tú no los merecieses.

Como si no valieras las penas

que lloran hasta mis comas,

que no van a morder más tu piel.


Voy a regalarte uno más

por si la próxima vez tengo suerte

y con quien me cruzo es contigo.

Y te lo explico todo,

y te digo que sí, que es cierto

eso que hablan

que escribo sobre ti.


Mientras no llega esa noche,

ellas pueden seguir quejándose.

Al menos cuando lo lean sabrán la verdad,

tú no eres mi verso repetido.


Tú,

siempre fuiste,

eres

y serás,

la odisea entera.

Quererte en el desamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora