Se quejaron los vecinos
de todas nuestras discusiones.
Que en realidad nunca acabaron mal
a pesar de que siempre empezaban
de la peor forma imaginable.
Ellos odiaban nuestros gritos de guerra,
fuese cual fuese el motivo de la batalla.
Y también las risas,
las que no nos aguantabamos
cuando alzábamos la bandera blanca,
y te suplicaba paz,
y te pedía una noche de reconciliación.
Y ahora no los oigo quejarse.
Ahora que esto retumba más
que tu último golpe en la puerta,
y mi último suspiro,
que resuena en cada rincón.
El maldito silencio,
detrás de tu marcha.
El silencio que marca
el final más sincero,
el de verdad,
porque después de él
ya no existe nada.
O bueno,
tal vez exista esa posibilidad
de intentar encontrarte en
cualquier otra persona,
pero ambos sabemos
que no funcionaría.
Y todo eso ya no me interesa.
Joder,
¿Por qué no llaman
quejándose a la policía?
¿Por qué no bajan a verme
insistiendo en qué molestamos?
Si no aparecen
o se acaban yendo como tú,
y nadie vuelve a picarme a la puerta,
¿A quién voy a contarle cuánto
te echo de menos?
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Quererte en el desamor
PoetryHice arte de mi dolor y ahora tengo un jardín lleno de margaritas.🌼 Poesía o intento de ello:) En mi primer poemario te cedo un pedacito de mí. Los poemas tienen el mismo sentido que enamorarte y dejar de hacerlo, a veces ninguno. Espero que te gus...