Relación, Parte 4

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"Y está bien así, ¿o sería mejor así?" mientras decía esto empujó con sus músculos su abdomen, hizo un sonido de esfuerzo al realizar el movimiento y logró que aquella barriga descomunal sobre saliera aún más, desencajando de su propio cuerpo como una monstruosidad que quería crecer más allá de lo posible.

El resultado me pareció increíblemente erotico. Mientras ella sostenía esta pose la acaricié con fuerza, presionando alrededor de su cintura donde su sección media tenía unas curvas perfectas.

Le sonreí y luego pase suavemente mi lengua sobre la parte baja de su barriga para terminar con un beso. "Eres hermosa, si la quieres así de grande entonces seguiremos hasta que estés satisfecha. Y sí, me encantaría verte todo el tiempo así".

"Eres perverso, harás que mi pobre estómago explote si me haces comer un bocado más".

Ella relajó su abdomen y comenzó a moverse más rápidamente sobre mí. Colocó una mano sobre su costado y respiraba agitada. Requería un gran esfuerzo para ella mantener el ritmo del acto sexual en aquel estado, sin embargo lo lograba, manejaba todo lo que contenía en su interior y se movía con gracia, hábilmente. Contraía y movía su abdomen tanto como su abultada sección media se lo permitía. Puedo asegurar que era algo increíble el cómo se movía, es algo que se debe ver para creer. La vi estremecerse varias veces al llegar al punto del orgasmo.

Con su voz entrecortada y agitada me dijo "Y qué tal si aun siendo así de grande... sigo comiendo mucho mucho más, tanto que al final llego a ser muchísimo más grande que eso ¿aún así me vas a querer?".

"Como si verdaderamente fueras la Chelsea Charms de todas las barrigas del mundo, te amaré aunque no pueda rodear tu panza con mis brazos extendidos y lo disfrutaré tanto como tú".

Stacy se arqueo, por cuarta vez consecutiva, había tenido varios orgasmos y yo ya no aguante más. Esa vez terminamos allí mismo, juntos, de manera sincronizada.

Con cuidado y lentamente Stacy se acostó a un lado. Respiraba agitada mientras su estómago ascendía y descendía al ritmo de su frenética respiración.

Le di varios besos a su barriga mientras la acariciaba, a ella le gustaba eso. Volvió a esforzar los músculos de su abdomen, expandiendo su vientre tanto como podía, haciéndola ver absurdamente enorme.

"Así quiero terminar hoy, si aún puedo hacer esto es porque puedo comer más".

Para ese momento yo no estaba seguro de que ella pudiera comer un solo bocado más, pero si estaba dispuesta no sería yo quien la detendría.

Aún quedaba un último plato, los nachos. Saqué de la bolsa el envase portable en el que venían, era un tanto más grande que los demás y al abrirlo nos percatamos de que venía repleto. Había tanta comida que se desbordaba por los lados. Tortillas tostadas, queso derretido, frijoles molidos, y una cantidad descomunal de carne sobresalía entre la mezcla de salsas y condimentos que formaban el plato más grande de nachos que yo había visto.

Stacy lo miró unos segundos. Estaba tan sorprendida como yo, por un momento pensé que diría que no comería.

"Es grande, será mejor comenzar cuanto antes si queremos un último round esta noche". Me sonrió y con esas palabras me afirmó que estaba dispuesta a comer hasta que no pudiera más. Por mi parte, siendo la persona simple que soy, la promesa de más sexo esa noche me funcionaba perfecta para ayudarle en todo lo que ella me pidiera.

Debo admitir que fue una experiencia como ninguna otra en mi vida hasta este momento, era la primera vez que veía a Stacy comer desapareciendo todo límite, presionando más allá de estar completamente llena. En ese momento ella estaba al máximo, ya la había visto así antes, pero en esta ocasión ella pretendía seguir, ignorando todas las señales de advertencia que su cuerpo le enviaba. Hasta cierto punto era tortuoso para ella, se le notaba, pero también era claro que lo disfrutaba.

Memorias de StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora