Crecimiento, Parte 4

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¡Sexo! Aún luego de tanto que había pasado con Stacy, seguía emocionándome con la idea y la oportunidad. Éramos jóvenes y siendo honesto ella era una pequeña fiera cuando su estómago estaba a reventar.

Llegar al ascensor esa noche fue duro para ella, caminaba lento y estaba sin aire. El tipo de barba nuevamente miró con incredulidad a Stacy mientras ella avanzaba, su vientre iba desnudo ya que no teníamos manera de cubrirla, hasta yo estaba algo desconcertado por lo llena que se veía, era absolutamente brutal.

Al entrar en la habitación ella se acostó en la cama. Me pidió ayuda para retirar su short, la estaba matando por lo apretado que le quedaba. Sobre su piel quedó la marca rojiza y profunda que la tela había provocado, aunque con unos minutos iría desapareciendo. 

Luego llame al servicio a la habitación. 

"Nos ofrecen un pavo relleno, tienen también pizza y paella mixta. Esos son los platos grandes, son comidas para al menos dos personas personas. ¿Te atreverías a probar con uno de esos?" le dije mientras tenía la llamada en espera. 

"Crees que sería muy codiciosa si te digo que pidas los tres platos?" su dedo jugaba sobre la superficie estirada de su vientre mientras me decía esto. Así fue como esa noche pedimos tres platos enormes a pesar de que era claro que ella ya había sobrepasado su límite. 

Antes de que llegara la comida tuvimos sexo. No era sencillo, era la primera vez que lo intentábamos estando ella en semejante estado de llenura. Su barriga realmente se entremetía. Además su peso había aumentado mucho y estar abajo de ella era complicado, pero satisfactorio. 

Ella se vino un par de veces antes de que yo no aguantara más. La sensación de palpar su abdomen en aquel estado era mágica. 

Estuvimos unos minutos acostados conversando mientras esperábamos la comida. 

"Me siento tan llena y tan terriblemente sexy. Siento que voy a explotar y eso me calienta tanto que me quiero volver loca". 

"Te ves terriblemente sexy, me encanta cuando estás así, pero por favor no revientes, es lo último que quiero". 

Ella rió de mi comentario, pero en el fondo yo no bromeaba, mientras acariciaba su barriga realmente me cruzaba por la mente la posibilidad de que ella se podría partir en dos comiendo aún más, lo peor es que no habíamos pedido algo pequeño, venía una enorme cantidad de comida en camino. 

Acaricié la parte baja de su vientre, su piel estaba lisa y prácticamente rechinaba al tacto. 

"¿Qué haces? Me estas calentando de nuevo" me dijo para luego gemir. 

Tocaron la puerta de la habitación, lo que nos interrumpió. Abrí para encontrarme con el salonero, traía dos carros de comida con los platos que habíamos pedido. 

Coloque los platos en la cama al lado de Stacy. La preciosa rubia a pesar de estar al borde de explotar comenzó a tomar comida de cada bandeja. 

Comía cucharadas de paella, rebanadas de pizza y trozos de pavo. Turnaba lo que comía y avanzaba de manera lenta pero segura. 

Me tomé un rato para acariciar su entrepierna mientras ella continuaba comiendo. Respiraba de manera agitada y cada cierto tiempo gemía con mis caricias. 

Mi mente no estaba procesando correctamente lo que yo veía, no percibía de inmediato algún cambio en ella, me concentré en darle comida y acariciarla. Luego de un rato me volví a poner duro. 

"Finalmente, hagámoslo de nuevo" me dijo sonriente cuando se percató. 

Para esta ocasión ella era incapaz de incorporarse, en sus propias palabras, no podría doblarse aunque su vida dependiera de ello. Por lo que se acercó al borde de la cama y con sus piernas en el aire yo me acomodé de pie y tuvimos sexo, ella se sentía deliciosa y estaba sumamente sensible, al punto en que no requería mucho para un orgasmo. 

Memorias de StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora