SAMAY
Cuando intento subir la tapa, un sonido crudo me señala que hay algo impidiéndomelo. Me toma medio segundo darme cuenta de que, al otro lado de la caja, se encuentra la abertura de la misma... junto a un puto candado.
Lo más obvio fue pensar en despedazar la caja de herramientas hasta conseguir que lo que sea que estuviera dentro, saliera a la luz. Ya saben, revolearla, pisarla, agitarla con todas mis fuerzas con la esperanza de que se rompiera, pero era inútil e insensato, considerando el material del objeto: metal. La única manera era encontrar alguna especie de instrumento que me permitiera abrirla, u, obviamente, encontrar la llave correspondiente.
No sé cómo debería sentirme al respecto. O más bien, pensar al respecto. Lo único que divagaba en mi cabeza era... ¿a quién le pertenecía esta caja? ¿Por qué está ahora aquí? ¿Cuál era el propósito de enterrarla?
Esconderla, supongo. ¿Pero de quién?
Con un suspiro derrotado, coloco la caja debajo de mi brazo para llevarla conmigo. Esto se está volviendo cada vez más tétrico y la verdad estoy comenzando a retractarme acerca de la idea de investigar este bosque y sus habitantes. La idea de los exploradores era divertida, pero ahora que sé que estas personas estaban envueltas en asuntos un poco... oscuros, creo que es mejor apartarme por mi propio bien. Lo último que quiero creer es que eran una especie de tropa de delincuentes.
Me levanto del tronco y salgo disparada hacia la salida, obligándome nuevamente a escalar la cerca. Una vez fuera del campamento, a paso rápido, volví en dirección a mi torre. Necesitaba pensar y hablar con mi almohada.
Había decidido que la caja se quedaría conmigo, resguardada en mi torre. En caso de no encontrar algo con qué abrirla, se me había ocurrido la opción de llevarla a casa y hablar con la policía. Tal vez, ellos podrían investigar la escena y los hechos. O podría pasar todo lo contrario, que sería que me tomen de loca y ni se tomen la molestia de investigar.
Como no había recorrido mucho, no tardé en llegar a Sweet Day, y para mi dulce sorpresa, Killian se encontraba al pie de la escalera, mirándome fijamente a los ojos, y muy enojado. Tanto que hasta se veía sexy.
Definitivamente tiene que haber una planta por ahí que me hace decir y pensar estupideces.
-Te había dicho que te quedaras aquí.
-Creo que con esto te dejo bastante claro que tú no me dices qué hacer.
Con un movimiento brusco y rápido, se levanta para venir hacia mí. En un movimiento rápido, logra quitarme la mochila de los hombros y la caja de mis manos. Protesto en el proceso pero él solo hace oídos sordos, sube las escaleras, mete las cosas en la caseta y luego cierra la puerta con brutalidad, impidiéndome el paso.
-¡¿Qué mierda te pasa?!- empujo su pecho.
-Odio decirte qué hacer. Pero en este lugar, no me queda otra opción.- sus manos ahora se aferran a mis hombros- Dime algo, acaso... ¿no te has sentido observada?
Trago grueso analizando su pregunta. El cuello de Killian tiene unas pocas gotas de sudor, y su rostro está demasiado tenso. Me obligo a mantener la postura.
-Sí, eso creo. Pero sé que eres tú...
-Hay personas aquí que te vigilan el doble de tiempo que yo. Y no con el mismo propósito.
-¿Qué mierda quieres decirme con esto?- alejo sus manos de mi cuerpo, molesta- ¿Preocuparme? ¿Asustarme? ¡Porque si es así, créeme, ya lo estoy!
-¡Solo quiero que dejes el culo quieto!
-¡¿Aislándome en esta puta torre?!
-¡Pues por algo la hice para ti!
Su declaración me hace retroceder y abrir mis labios ligeramente. Él, en cambio, cierra la boca de golpe y maldice por lo bajo, como si estuviera arrepentido de haberlo soltado.
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SOLUM (+18) I COMPLETA I
Mistério / SuspenseAsí como existen límites en la vida, existen en las personas. Y a veces creo que sólo uno mismo es capaz de ponerlos. Llegó un punto en el que sentí que debía hacer algo con respecto a lo que me estaba sucediendo. Con cada día que pasaba, más destru...