CAPÍTULO 17

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SAMAY

Desperté de una forma diferente el día de hoy. Sin dolor de espalda, como es habitual.

Me encuentro apoyada en un pecho duro y firme, y sobre mi cintura, un brazo con las mismas características reposa allí. Los pequeños ronquidos de Killian apenas se oyen en mi oído, su respiración es tranquila. Me estiro un poco antes de incorporarme y bostezar. Creo que no dormí tanto como hubiese querido pero por lo menos estuve cómoda.

Veo al hombre junto a mi aún sumergido en su sueño mientras que los recuerdos de anoche sacuden mi cuerpo. Automáticamente mis mejillas se tornan rosadas sin poder creer que de verdad pasó. Habíamos, de alguna forma, intimado. Yo le había dado permiso para que me tocara y así lograr que él me diera la bienvenida al placer, uno que al parecer anhelaba.

Estaba nerviosa, pero cuanto más tiempo pasaba, más segura me sentía y más lo disfrutaba. Ni siquiera nos habíamos besado en los labios y por eso se me hacía raro pensar que sí habíamos hecho algo más cercano y sensual. O bueno, hablando técnicamente, él hizo todo el trabajo.

Cuando me levanto de la cama, el sol se cuela en la tienda, a través de la tela. Cuando miro hacia abajo me percato de que solo me encuentro en bragas y rápidamente voy en busca de mis shorts.

-Te ves graciosa.- una voz ronca habla, haciéndome saltar. Fulmino a Killian con la mirada, quien se encuentra sobando su ojo... y sin camiseta.

Cierto, él una vez me dijo que duerme sin camiseta por el calor.

-Buenos días. ¿Has visto mis shorts?- pregunto revolviendo las sábanas en la punta de la cama.

-Nop.- dice y cuando lo miro, los tiene sobre su cabeza, sonriente.

-Tonto.- cuando hago un movimiento para tomarlos, él los agarra con su mano, y luego tira su brazo hacia atrás- ¡Tengo que vestirme!

-Así estás perfecta.

Me cruzo de brazos- ¿Quieres que el resto del campamento me vea en braguitas?

Algo en su rostro cambia de repente y me aguanto la risa. Claramente la idea lo ha puesto celoso.

-Joder, no.

Finalmente los recupero y me los coloco. Killian es el siguiente en vestirse y lo espero ya que no quiero salir de la tienda sola porque sigo sintiéndome el bicho raro en el lugar. El sonido de los demás campistas ya se escucha en el exterior y debo admitir que es un poco intimidante. No conozco a nadie y la mayoría la única bienvenida que me ha dado ha sido alguna que otra mueca extraña. La verdad no sé si me apetece seguir estando aquí. Digo, siendo sincera, me encuentro bien en mi torre.

-Creo que me iré a Sweet Day.- comento rascándome el brazo- Gracias por...- el orgasmo- la estadía.

-Te acompaño.

-No es necesario, de verdad. Debe ser tedioso para ti ir y volver a cada rato.

-No lo es. Disfruto estar contigo más que cualquier otra cosa- me lanza una mirada antes de pasar por mi lado, tomar mi mano y tirar de ella para salir de la tienda- Al menos quédate a desayunar. Hay buenas tostadas.

No puedo decirle que no a unas tostadas.

Sonriente, salimos tomados de la mano para encontrarnos con las miradas de los demás. No paso por alto el aparente odio de una pelinegra a lo lejos, que no nos quita los ojos de encima y nos examina de pies a cabeza. Indignada, voltea la cabeza y los ojos para seguir la conversación con su amiga.

Son los exploradores más amargados que he visto en mi vida.

-Daphne, nos das un desayuno a cada uno, por favor.- en cuanto llegamos a una pequeña choza, Killian le pide amablemente a la chica detrás de la barra.

SOLUM (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora