CAPÍTULO 9

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SAMAY

El canto de las aves me despiertan de mi profundo sueño. Increíblemente, he dormido bien y cómoda. No sé cómo, pero esta vez, a diferencia de las otras noches, incluso teniendo una cama, no he despertado con dolor de espalda. De hecho, me siento bien descansada y renovada. Era algo que venía necesitando desde hace mucho.

Abro los ojos y entonces recuerdo que me encuentro dentro de la tienda de acampar. Con un poco de nervios, giro mi cabeza para observar mi lado derecho que está... vacío.

Esperen... ¿no fue un sueño, verdad? Recuerdo muy bien al chico misterioso diciéndome que su nombre es Killian y nuestra extraña conversación. Se había acostado a mi lado, sin camiseta.

Me incorporo estirando mis brazos y siento al sol queriendo colarse por mi tienda. Estrujo mis ojos un poco antes de abrir la puerta de tela y salir al exterior.

Por alguna razón, suspiro aliviada al ver Killian de espaldas a mí. Efectivamente no fue un sueño.

En cuanto poso los pies en la tierra, el sonido de un pequeña rama quebrándose hace que él se voltee a verme. Me dedica una mirada y luego se vuelve a lo que estaba haciendo.

-Despertaste.

-Gracias por resaltar lo obvio.- ni siquiera me molesto en ocultar mi humor.

Escucho una risa ronca de su parte. Intrigada, me coloco justo frente suyo para ver en dónde está puesta su atención. Me siento en un tronco y lo observo analizar una especie de flor.

-¿Qué haces?- pregunto mientras husmeo en mi mochila en busca de una lata de comida.

-Examino nuestro desayuno.- dice literalmente ojeando cada parte de la flor. Detengo lo que estoy haciendo. ¿Dijo "nuestro"?

-Yo ya tengo el mío, gracias.- sigo rebuscando pero frunzo el ceño cuando no encuentro la lata. Estoy segura de que la puse aquí.

Y entonces mi mirada se encuentra con la suya. En su rostro, una amplia sonrisa se expande. Idiota.

-¡Dame mi deliciosa lata de lentejas!

-Esto es mucho mejor.- parte la planta en dos y me extiende una parte. La suya, rápidamente, se la mete en la boca y mira a su alrededor- En cinco salimos.

-¡¿Quién te crees?!- no sé qué es exactamente lo que me ha pasado, pero es como si mi bestia interior hubiese despertado en mí. Me levanto de mi lugar y empujo su pecho. Ignoro el hecho de que apenas he logrado moverlo de su lugar- ¡No puedes venir y decirme qué hacer como si fueras mi jefe!

Su corpulento cuerpo se dirige al mío y pronto nos encontramos frente a pecho. Alzo la cabeza para mirarlo a los ojos y demostrarle que no me intimida.

Él medio sonríe- Así me gusta. A la defensiva.

Killian se da la vuelta para comenzar a desarmar la tienda como si nada, mientras que yo me quedo parada en mi lugar, plasmada.

-No te lo tomes como una obligación. Solo quiere que estés a salvo en tu torre.

-Este viaje tiene un objetivo y pienso cumplirlo.- me cruzo de brazos.

Killian se gira a verme con cierto brillo en sus ojos- Me lo prometiste.

Suspiro- Si me dijeras por qué es tan importante, tal vez querría hacerte caso.

Continúa en lo suyo, juntando con una mano las vigas y con la otra recogiendo el resto de la tela. Nuevamente no me responde y mi mal humor se incrementa.

No tengo por qué confiar en lo que me dice este tipo desconocido. ¿Quién sabe cuales son sus verdaderas intenciones? Hasta el momento, todo lo que ha hecho no han sido más que incoherencias.

SOLUM (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora