CAPÍTULO 19

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KILLIAN

Básicamente, salí de la cabaña maldiciendo a los cuatro vientos. Cada vez me siento más y más cerca de Samay y cuando por fin siento que se da un buen momento entre nosotros, uno realmente intenso, vienen a cagarmelo.

Ashley me había contactado a través de la radio para insistir en que vuelva al campamento. Eso jamás sucede, solo utilizamos los aparatos para verdaderas emergencias y cuando precisamos que todos los exploradores se encuentren en el punto para lo que sea que haya que resolver. Lo que se me hace muy extraño es que, por lo general, yo soy quien da esos llamados, pues estoy a cargo y tengo todo controlado. Sin embargo, hoy fui llamado como uno más. A mí esos imbéciles no me dan órdenes.

Esa es una de las mayores razones por las que acepté ir, para entender qué rayos está pasando en Crawford, o qué fue lo que ha pasado durante mi ausencia.

Sí, admito que no he estado con el grupo últimamente solo para estar junto a Samay, y que puede que haya descuidado algunas de mis responsabilidades. Pero todos ellos sabían que esto iba a pasar y ninguno se atrevió a objetar cuando tomé el cargo. No quiero que me vengan con lloriqueos ahora.

Tuve que trotar para llegar al campamento lo más rápido posible para terminar con lo que sea que tenga que terminar, y así poder volver con Samay. No tolero dejarla ni un segundo sola. No luego de lo que sucedió con Abby y todo lo que podría pasar. Ya no respiro tranquilo en este bosque como solía hacerlo. Creí que traerla aquí antes de lo previsto sería un poco más tranquilizador, al menos para mi. Pero ahora estoy todo el tiempo despierto, preguntándome si su hermoso corazón sigue funcionando como debería.

Paso por la puerta de la reja hasta descender hacia Crawford y finalmente escuchar los murmullos de mis compañeros. Cuando los veo, están reunidos en grupos pequeños, parloteando. Creo que estaban esperando mi llegada porque en cuanto todos me ven llegar, se callan de repente.

Respiro profundo. Los veo y siento un pinchazo en el pecho. Ya no somos el grupo que éramos antes, después de tantos años. Solíamos divertirnos, aprender, explorar, vivir y disfrutar de algo que todos amamos en común: la naturaleza. Pero todo se fue a la mierda por una serie de eventos que lo desencadenó todo.

Realmente extraño los deportes, las carreras que hacía con ellos. Los talleres de cocina, las competencias de remo, comer malvaviscos en las noches, conocer animales, acampar... absolutamente todo. Pues fue por eso que me uní al grupo en primer lugar. Mas no la razón por la que me quedé.

Aquella razón tiene nombre y apellido.

-¿Qué está pasando aquí?- pregunto alzando la voz para asegurarme de que todo el mundo me escuche con atención. Las miradas extrañas que me dedican algunas no las paso por alto.

-Se ha tomado una decisión de grupo.- Dalton es quien me responde, el mismo que me desafió el otro día en la fogata. Por mucho que no quiera, retengo las ganas de rodar los ojos. Ese tipo lo único que me ha generado durante los últimos años son migrañas. Nunca le caí bien, pero tampoco se molestó en ocultar la clara envidia que tiene hacia mi. A veces intentaba sabotearme en algunas experiencias, pero claramente nunca le di el placer de lograrlo. Solo se humillaba él aún más.

-Las decisiones se toman en conjunto.- me cruzo de brazos, caminando hacia él- Yo no estaba aquí.

-La cosa es, Killian, que esta decisión se trata justamente de ti y tu comportamiento dirigiéndonos.

Tenso mi mandíbula ya que no me gusta por donde va esto. No me preocupo por él porque sé que Dalton está por lejos de tener un poco de autoridad aquí, sin embargo, sé que puede ser un poco persuasivo e intento descifrar qué es lo que le ha dicho a estas personas que pudiera ponerme en la cuerda floja.

SOLUM (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora