Abrigo mis brazos desnudos con mis manos, caminando por la acera sin dirección alguna. Limpio las lágrimas que resbalan por mis mejillas, avergonzada de que las personas me vean. Es de noche, las calles se encuentran solitarias, sin embargo, es inevitable pensar que hay una sombra persiguiéndome.
Han pasado años, joder, no puedo seguir pensando en ello. Quisiera borrar mi memoria de una maldita vez y comenzar de nuevo, pero su voz me persigue con cada paso que doy.
Tropiezo con una roca, lo que hace que mi cuerpo se incline hacia adelante y pegue un salto. Antes de caer al suelo, me aseguro de recuperar la compostura. Aliso mi cabello y finjo que nada ha pasado.
Con aquella desconcentración, no había caído en cuenta de que había llegado al parque, el típico sitio donde solía pasar mi infancia, jugando en las atracciones con formas de animales. Donde la diversión no faltaba y los problemas no existían.
Con pasos rápidos, me siento en el banco más cercano y me dejo caer, suspirando.
Ya no es parte de mi vida. Ya no. Mientras menos piense en ello, más fácil será olvidarlo. Y superarlo.
Los minutos pasan y por primera vez en mucho tiempo me siento relajada. Cruzo las piernas y aspiro el aire fresco, mientras desvío la mirada al cielo.
De repente, siento un nuevo peso en el banco.
-Creí que era el único que visitaba el parque de noche.- una voz masculina me hace saltar. Un chico se ha sentado a mi lado como si nada. Lo miro con cautela- Es solitario.
Resoplando, dejo pasar el hecho de que un desconocido me trata como su amiga y alzo los hombros- Lástima que en el día vuelve el ruido, y las personas.
El chico me mira interesado- ¿Te gusta la soledad?
-No digo que me guste. Digo que la necesito.
-Considérame tu ángel milagroso.- dicho eso, extrae de su bolsillo un pedazo de papel doblado en cuatro- Creo que te vendrá mejor a ti que a mi.
Lo tomo, intrigada, y lo desdoblo para leer su contenido:
SE BUSCA GUARDABOSQUE
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SOLUM (+18) I COMPLETA I
Mystère / ThrillerAsí como existen límites en la vida, existen en las personas. Y a veces creo que sólo uno mismo es capaz de ponerlos. Llegó un punto en el que sentí que debía hacer algo con respecto a lo que me estaba sucediendo. Con cada día que pasaba, más destru...