⤷ Capitulo 3 - 𝐖𝐨𝐮𝐧𝐝𝐬

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− Veo que estas siendo muy inservible, no veo razones para que sigas aquí -

No obedecer era suicidio asegurado y venia saliendo de un intento, vestía un suéter cuello de tortuga color café, con unos pantalones negros y zapatillas negras, debajo de la polera no traía ropa interior, ya que ellos no eran tan amables, pero traía una polera delgada de tirantes para reemplazar un sujetador, mi cuerpo ya estaba desarrollado, me causaba vergüenza, pero me saque el suéter, dejándolo caer al suelo, para luego sacar la polera a tirantes, pero antes de eso Sanzu salió del baño pegando un portazo, sentí un alivio inmenso, me saque la ropa, y me acerque a la bañera, era muy linda, pero lo mejor de todo es que tenía agua caliente, encendí el agua con emoción y me metí dentro, sintiendo cada gota de agua calentita cayendo en mi cuerpo, definitivamente era el cielo, olvide la ultima vez que me bañaba con agua caliente, ellos llamaban ducha tirarme agua helada con una manguera, al fin y al cabo era solo para sacarnos la sangre de los cortes y el sudor, observe la estantería junto a la bañera, contaba con una variedad de shampoos junto acondicionadores, y lociones para el cuerpo, todo olía demasiado agradable, me tomo tiempo escoger.

Sanzu

Me metí al baño junto a ella solo para conocerla mejor, no por un show porno, pero al ver esas cicatrices en su cuello sentí impotencia, ver las quemaduras y moretones en sus brazos, ¿es enserio? Maldito destino en que mierda me metiste, Sali de la habitación yendo al salón, note que los hermanos Haitani y Kakucho se fueron, pero Takemichi y Koko me miraron de reojo, ellos ya sabían mis intenciones, pero me seguía jodiendo la desconfianza que tenían sobre este asunto.

− Sanzu − Mikey me llamo - Te estaba esperando, Konashiro apareció− ese hijo de puta había aparecido, nadie traicionaba a Bonten y se iba libre, solo yo podía entregarles esa libertad, me acerqué a Mikey, quien me entrego mi katana.

− Volveré enseguida− y salí rápidamente del salón camino al auto, se encontraba en un departamento no muy lejos de aquí, Koko se encargó de enviarme la información por mensaje, seguía teniendo rabia, ella normalizaba sus heridas, ¿paso un infierno sin saberlo? ¿Qué mierda paso? ¿Por qué me importa? ¿Por qué la salve? Abrí rápidamente el almacenamiento del copiloto sacando una bolsa de allí mientras conducía a la dirección de Konashiro, en la pequeña bolsa había dos pastillas azules de 10 miligramos cada una, me tragué enseguida las dos. No podía fallarle a Mikey, debía concentrarme.

Me tomo menos de lo que salía, los semáforos en rojo no eran lo mío, subí al piso 4 buscando el departamento número 20, toque despacio la puerta para no asustar al dueño de honor, quien abrió con mucha confianza, si fuera un concurso de quien estaba mas drogado seguramente seria el perdedor, su cara de tormento fue tan linda, quiso gritar al verme entrar, pero antes de eso mi katana atravesó su pecho, era un perdedor, saque la katana detenidamente, esparciendo la sangre que sobraba, su cuerpo cayo delante mio como un saco de papas, iba a guardar la katana en el estuche, pero mi mente se borro con los recuerdos de mis horribles cicatrices, para luego imaginar cómo se las habían hecho a ella, la rabia se apodero de mis pensamientos, ni yo pude controlar lo que sentía, no sabía si eran efecto de las pastillas o del dolor.

T/N

No calculé el tiempo que llevaba en la bañera, pero mis dedos estaban arrugados, sentí que pude sacar todo el dolor y la suciedad de años, saque las toallas del colgador, una dejándola en mi cuerpo, otra en mi cabello corto y mojado, camine hacia la ropa que me trajo Sanzu, aquello era un traje, con camisa y corbata, abrí la caja de zapatos y eran unos formales con calcetines negros nuevo dentro, no me demore en vestirme, también me había dejado unos bóxer nuevos talla S, al parecer no contaban con ropa de mujer, no me molesto ponerme la ropa sin sujetador, ya que el traje tapaba muy bien mis senos, me senté en el sillón donde estaba Sanzu unos momentos atrás para ponerme los zapatos, deje la caja vacía junto al sillón, me levante acercándome al espejo de cuerpo entero y colocarme la corbata, la ropa estaba linda, era solo un traje negro, me quedaba un poco grande pero bien lo único malo es que mi cuello con cicatrices estaba a la vista y algunos cortes se encontraban sanando, es horrible verlos o que los vean, aún casi me alegro que mis brazos y piernas estén cubiertas, intente ponerme la cortaba lo cual fue inútil, nunca antes me había puesto una yo sola, intente hacer el nudo pero quedo horrible, después de tres intentos la deje en mi cuello sobre puesta, me seque el cabello con el secador, era muy potente y mi cabello muy corto se seco enseguida, las toallas que ocupé las deje de donde las saque, abrí la puerta y vi a Sanzu limpiando una katana con un paño el cual estaba teñido de color rojo, no me tomo ni un segundo en volver a meterme al baño despacio para que no notará mi presencia.

−Si tienes miedo sigues tu - me dijo antes que pudiera cerrar la puerta por completo, abrí nuevamente saliendo del baño, estaba sentado en el sillón donde me dormí, cerré la puerta tras de mi y el guardo la katana en su estuche.

−Eres alguien completamente diferente ahora - me dijo en tono burlón, me señalo la cama y me senté a los pies de ella.

− ¿Como te llamas? ¿Qué edad tienes? Y ¿De dónde vienes? - me pregunto directamente sin apartar la mirada de mí, al parecer había notado que la corbata no estaba puesta correctamente, pero no veía intenciones de ayudarme con ello.

−Me llamo T/N, tengo 16 años y vengo de ______- el solo asintió al oír mis respuestas, para seguir con el mini interrogatorio en vivo.

− ¿Por qué me seguiste? ¿Y cómo llegaste al puente? - no sabia por donde empezar, mi cabeza estaba procesando aun donde estaba, ya que ni siquiera sabía eso con claridad.

− Te seguí por que no tengo mas a donde ir, llegue a Japón por unos problemas personales, no quería suicidarme, pero tampoco sabia que mas hacer, el que me hablaras me trajo de vuelta, recuperé un poco de mi conciencia y si me quedaba allí hubiera sido en vano volver a vivir - le respondí con sinceridad, si mentía podía literalmente cortarme la cabeza, desde que llegue aquí no confiaba en él, no sé si está en todos sus cabales.

− ¿Y podrías decirme porque no tienes padres, acaso los mataste? ¿Y de dónde vienen las heridas de tu cuerpo? −

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Saquen teoriasss, que creen que tuvo que pasar la protagonista?

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"𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒗𝒊𝒅𝒂"  [ʙᴏɴᴛᴇɴ] ➤ 𝗘𝗻 𝗲𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora