5 de octubre 2013
21:00
Bajo la luz de la noche estaba en la orilla de un puente, mi vida no podía seguir, era inútil mi existencia, los rostros de mis padres venían a mi cabeza, me detuve a sentir la última brisa de esta noche, solté mis manos de aquella barandilla dejando mi cuerpo liviano caer al rio, no lo soportaba más, el aire frio de esta calmada noche invado mi nariz, experimentando mi último suspiro.
—¿Qué haces? — dijo una voz desconocida sosteniendo mi muñeca antes que mi cuerpo cayera. Estaba extrañada, el me ayudo a salir del peligro y yo cedi sin más, mi cuerpo temblaba no sabía del frio o por tener la muerte tan cerca, solo era capaz de mirar al suelo ante tal vergüenza, no estaba presentable y ya me había rendido. —Si le tienes miedo a las alturas no deberías hacer esa mierda, te acusare a tus padres— dijo llevando un cigarro a la boca y escuche el sonido del encendedor hacer su trabajo. Sentí su fuerte mirada por todo mi cuerpo, a los segundos me digné a mirar, su cabello era blanco, sus ojos celestes con un verde menta me cautivaron, mi atención se fue a las cicatrices que tenía en la comisura de sus labios, eran bastante extrañas...
— Gra-gracias— mi voz era baja, no salían más palabras de mí, podría ser sin duda el miedo o el shock de tener a alguien como el frente mío, me acaba de salvar la vida ¿Qué haces cuando alguien te salva?
— Sígueme— comenzó a caminar mientras fumaba, camine tras él, ya no tenía nada más que hacer, mientras avanzaba detrás solo quería demostrarle lo agradecida que estoy.
--
El peliblanco me trajo a un restaurant y pidió una reservación al nombre de un desconocido, pase por medio de mucha gente elegante mientras estaba en las peores condiciones, pero tenía hambre y esas miradas las soporte por un largo tiempo.
—Pide lo que quieras, yo invito. — busque en el menú algo familiar, al encontrarlo le indique con el dedo y también para beber un jugo natural de fresa, él se pidió solo un vaso de whiskey.
Terminé de comer, llevaba cuatro días sin ingerir ningún tipo de alimento, mi cuerpo estaba muy débil esta comida me hizo recuperar parte de mi fuerza cotidiana, solté un suspiro al terminar de tomar el ultimo sorbo de mi jugo.
—gracias— de nuevo... le dije aun disfrutando de esta situación, su expresión fue de desprecio mientras soltaba el humo de un puro, ya no sabía que hacer o pensar, los nervios comenzaron a consumirme lentamente— ¿C-como te llamas? — el apago su puro y me miró fijamente.
—Mi nombre no importa ahora, y no agradezca...— mire confundida, solo me hacía sentir curiosa hacia su persona.
—¿y eso? — pregunte aun algo nerviosa, su mirada era aún más intimidante.
— eso porque eres mi conejillo de indias—
--
Al principio no me tome enserio lo que dijo, pero ahora caminaba por un pasillo bien lujoso de este edificio, al final del pasillo había una puerta amplia, el me hizo esperar y al abrirla salió mucho humo provocado por cigarros o algo parecido, fue inevitable toser un poco. Me hizo pasar y ahí estaban... un montón de hombres, al verlos y sentir sus miradas en mi Sali corriendo. Antes de poder correr un poco más el peli-blanco agarro el cuello de mi prenda superior evitando mi huida. Mierda.
—No huyas. — su voz seria me hizo calmarme un poco, me hizo dar cara aquellos chicos más intimidantes, solo uno estaba de espalda.
— Llegas tarde y traes a una maldita mocosa— dijo uno que tenía pelo rubio con mechas celestes.
— Te dije que no hicieras desvíos. — dijo un peli-negro con una laptop en sus piernas, me miro levemente de reojo.
— ¿Es en serio? — dijo casi riendo un peli-castaño al lado del que tiene cabello rubio, en el fondo les veía un parecido.
ESTÁS LEYENDO
"𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒗𝒊𝒅𝒂" [ʙᴏɴᴛᴇɴ] ➤ 𝗘𝗻 𝗲𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻
FanficEscapas de tu secuestrador una noche para terminar en manos de una organización criminal de Tokyo, ¿podrás superar tu pasado y soportar lo que se te viene encima? ¿Ellos te salvaron o te condenaron? ¿Realmente es amor? - Fanfic de Tokyo revengers. ...