Corazón de glaciar; un simple mortal también puede llevarte a la luna.

~Capítulo VIII : La sagrada biblioteca.

Me quedé pensando en el previo diálogo que tuve con Fairuz, de antemano debemos investigar a fondo para dar respuesta a nuestras incógnitas.

Desde el dorso de mi pegaso empleamos vuelo en dirección a la Alfelia, necesito recopilar más información de Las Infinitys en su sagrada biblioteca.

La escuela para hadas es un lugar muy extenso y a la vez deslumbrante, sus fortalezas y torres de color blanco con toques azules, acompañados de mínimos diseños estilo romano clásico en su interior. En su exterior tiene innumerables escaleras y pasajes, cada una de ellas conduce a talleres y aulas educativas, además de salas de entrenamiento y hechicería con el fin de promover la enseñanza y práctica de la magia blanca.

La Alfelia se encuentra en una mini isla, para su ingreso posee un puente floral sobre el agua, éste puente está hecho a base de una corteza multicolor propia del Eucalyptus deglupta, más conocido en la tierra como: Árbol arcoiris.

Desde el punto inicial hasta el final, el puente es muy vistoso por su magnífica floración, debido a la presencia de plantas trepadoras que se entrelazan en su barandilla, tales como: La Glicinia, Susanita de ojos negros, Dama de noche y la Clemátide.

A primera vista del instituto, resaltan sus diversas fuentes cristalinas que desembocan en el abundante mar.

Después de un suave y constante vuelo aterrizamos en el patio principal, muchos de los colegiales notan mi presencia y comienzan a saludarme y a dirigirme amplias sonrisas, a otros les escucho susurrar mi nombre, no todos me han visto personalmente, así que es normal encontrar rostros de sorpresa y admiración.

Sigo caminando por la entrada... cuando me dispongo a subir los primeros peldaños noto que algunos colegiales salen de la sala de entrenamiento, entre ellos distingo la presencia de un ser alto y mesomorfo de rizos verdosos que viene eufóricamente hacia mí.

Oh no, Mablung...

Hasta aquí llegó mi felicidad.

Yo apuro el paso en subir las escaleras pero me alcanza...

—Mi amada princesa ¿qué la trae por aquí? -exclamó.

—No es asunto tuyo. Él ignora por completo mi respuesta.

—¿Necesitas ayuda?, puedo ser tu guía cuando desees princesa, también tu apuesto galán —me guiña el ojo.

- ¡Preferiría ir con un ser sobrenatural que contigo!

- Tú te lo pierdes, ¿sabes cuántas hadas o elfas desearían estar conmigo? y yo solo me fijo en tí.

- Tu afirmación me hará sollozar -dije sarcásticamente, eso le hace rezongar.

- Aún tengo esperanzas contigo -murmuré.

- ¿EN SERIO? -preguntó sorprendido y emocionado.

- Sí, tengo esperanzas de que te calles y dejes de tocar éste tema o de lo contrario ordenaré a que te corten la lengua.

Su expresión cambió rápidamente y frunce el ceño. Yo trato de ahogar una risa ante su cara y su mirada verdosa enojada.

- No creo que la Reina tome en cuenta tu pedido -dice en tono burlón y orgulloso de su respuesta.

- Entonces lo haré yo misma. Su expresión vuelve a cambiar.

- Qué tierna expresión de amor hacia mi ser... -dijo suspirando.

- No era una expresión de amor, por mí que te arrojen al lago de los cocodrilos.

Antes de que pueda responderme, una directiva se acerca a él furiosa.