~Capítulo XIII : Recámara prohibida.

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Durante toda la noche, no dejé de preguntarme que se esconde detrás de esa puerta. Por una razón el espectro me guió hasta ella, no es pura casualidad. Por lo menos ya amaneció y es hora de desencadenar éste misterio.

Llego a la base rápidamente, y distingo entre los árboles la silueta de mi prima, lleva puesto un vestido bustier corto de color negro, que resalta perfectamente en su piel blanca, revelando parte de sus hombros, además de su intenso cabello rojo cubriéndole la espalda. Porta en su mano izquierda el brazalete que le regalé, haciendo juego con sus ojos claros azulados. Siempre tan fabulosa.

- Buenos días, Fairuz. ¿Dormiste bien?.

- Buenos días, Hazel. He dormido bien, aunque no se calma esa chispa en saber que vamos agregar a nuestra investigación. Por tu cara se nota que no dormiste del todo.

- Estuve pensando mucho -aclaré.

- Es notable. Ven subamos, te prepararé un café -exclamó.

- Sí que te ha gustado el café desde que lo probaste en la tierra -mencioné.

- No lo negaré, amo el café. Además es caliente como yo, somos dos llamas conectadas -mencionó divertida.

Me río ante su comentario.

- Así como yo amo el café, tú amas las marquesas.

- Las de chocolate me encantan, y lo mejor de todo esto es que Sarah las sabe preparar al igual que otros postres -exclamé.

- Concuerdo, Sarah es una magnífica hada repostera.

- Totalmente.

Subimos a la base secreta. Fairuz termina de preparar su amado café y lo sirve dejándolo en la mesa, incluyendo una taza para mí.

- Y bien, ¿qué debemos agregar a la investigación? -preguntó.- Soy toda oídos.

- Debemos averiguar que se esconde en el piso más vigilado del Palacio. Fairuz casi se ahoga con el sorbo que le dió a su café.

- ¿¡Qué!? ¿Hablas de la habitación prohibida?.

- Sí.

- Uh, ¡me encanta la idea!, aunque puede ser arriesgado entrar ahí. Dime, ¿a qué se debe tu curiosidad por entrar allí? -cuestionó.

- He vuelto a soñar despierta.

- Esas visiones tuyas o conexiones con seres del más allá, sí que son fuertes. Pero cuentas conmigo. Siempre me ha dado curiosidad saber que mal existe en ese cuarto.

- Me imagino que la llave debe estar en su recámara -comenté.

- Pensé lo mismo.

- Tenemos la suerte de nuestro lado.

- ¿Por qué?.

- La reina ha salido a atender unos asuntos reales.

- Perfecto, entonces puedes ingresar por el balcón, mientras que yo vigilo por si regresa -sugirió Fairuz.

- Listo, no perdamos más tiempo.

Salimos de la base y nos dirigimos al palacio, exactamente a mi habitación.

- Desde aquí empleas vuelo y entras por el balcón de la reina. A ésta hora no hay muchos seres paseando por la entrada principal, en cambio los pasillos están súper vigilados -indagó Fairuz.

- Tienes razón.

- Por el comunicador te aviso si vuelven.

- De acuerdo.

Corazón de glaciar; un simple mortal también puede llevarte a la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora