~Capítulo XVI: La travesía.

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El frío de la madrugada inunda mi habitación, la tonalidad azul marina se hace presente en el delicado cielo.

- Es hora -exclamó Fairuz bostezando.- Mientras terminabas de alistarte, Falek se encargó de vigilar, todos los miembros de la realeza están dormidos, sin embargo tenemos a las guardias de la entrada del Palacio y las guardianas del portal principal.

- Y ¿cuál es nuestro siguiente plan? -pregunté.

- Tomaremos la poción de invisibilidad, saldremos por tu balcón y trataremos de llegar a la base secreta lo más rápido posible, antes que el efecto finalice.

- Dime que sabes cuánto dura el efecto -consulté preocupada.

- Mejor obviemos esa parte.

- ¡¿QUÉ?! -dije perpleja.

- Primero cálmate prima, Falek sin querer ha quemado las etiquetas donde decía el tiempo de duración.

- Y ¿crees que eso me va a levantar el ánimo?.

- No.

- Sin tener el tiempo del efecto ¿cómo vamos a calcular que nos dará tiempo llegar a la base?. ¡Por los celestiales!, ¿tenés idea del problema en que me voy a meter si nos descubren?.

- Si caes, caemos las dos Hazel.

- No sé si reír o llorar con tu respuesta definitivamente.

- Ríete.

- ¡Fairuz!.

- Vale, no creo que el efecto dure poco. La miré con desaprobación.- Anímate será adrenalina pura, además tiene un propósito -resaltó divertida.

- A mí no me parece divertido, ¿te has puesto a pensar en las consecuencias?.

- Claro, de ahí surge la adrenalina -comentó con esa típica sonrisa de atrevimiento .- Ten la poción prima, es ahora o nunca.

- Que Las Infinitys estén de nuestro lado -mencioné aceptando la poción.

- Lo estarán -afirmó. Ambas ingerimos la poción.

Antes de salir, Fairuz rápidamente hecha un vistazo al espejo para verificar si la poción funcionó.

- ¡Vuela! -sugirió.

Inmediatamente despego en picada para agarrar vuelo hacia arriba, las fuertes corrientes de aire facilitan éste método. Mi prima realiza lo mismo y llega velozmente a mi altura.

Felizmente nos vamos alejando del Palacio. Lamentablemente empiezo a sentir ese dolor.

- Fairuz, no tuvimos un aspecto importante -le resalté preocupada. Enseguida me miró con temor.

- Yo no puedo volar por mucho tiempo -mencioné adolorida y con una voz átona.

Lastimosamente mis alas no dan más y empiezo a caer y perder el control en ellas. Fairuz toma acción y me sujeta de la mano, evitando que tenga una dolorosa caída.

- Te tengo -suspiró aliviada.

Desde aquel enfrentamiento con las criaturas sobrenaturales, nunca me recuperé totalmente de mi alas agrietadas, las heridas fueron graves, las hadas curativas trataron de sanarlas y lo hicieron... pero no del todo. Solo puedo volar por un cierto tiempo, si me extiendo en la duración del vuelo, ese dolor vuelve a emerger, generando que pierda el control en cuestión de minutos. Por lo mismo, siempre voy con Perseus, él me lleva a cualquier lugar y me protege para evitar ésta situación.

De repente nos detenemos.

- ¿Qué pasa Fairuz?.

- Tenemos un breve problema.

Corazón de glaciar; un simple mortal también puede llevarte a la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora