Capítulo 11: ¡Feliz cumpleaños!

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Sus labios recorren los míos con deseo, los muerde, succiona y lame con mucha sensualidad, sus manos se entierran en mi pelo e inclina su cabeza a un lado para profundizar el beso, su lengua encuentra la mía y me besa con más desesperación. ¿Cómo me siento yo? Bella es una mujer bonita, y un cuerpo bastante decente, podría volver loco a cualquiera, pero yo ahora mismo solo puedo pensar en una cosa, ¨… ella Isabella, mi mejor amiga…¨ 

En un momento como este me parece ridículo estar pensando en Nathalya, una niña a la que le tengo cariño, considero  i amiga, y sí, tengo que admitir que me atrae sexualmente, pero no, no me gusta, a mí no me puede gustar ninguna mujer, no me lo merezco. 

Me separo de Bella y tiro de ella hasta dejarla caer en la cama, la desvisto en un dos por tres, me quito mi ropa, me pongo un condón y entro en ella con brusquedad. Ella gime y arquea su cuerpo para pegarlo a mí. ¨Esto no está funcionando.¨ Paro y salgo de ella, me tiro a su lado en la cama y me cubro la cara con las manos, ¨qué demonios te pasa Nathael.¨

__ ¿Quieres que siga yo? – Se sube encima de mí y comienza a moverse contra mi miembro haciendo fricción, hacia atrás y adelante.-

__ Hazme olvidar. – Cierro los ojos cuando siento como vuelve a colocarme dentro de ella y comienza su movimiento salvaje y sensual sobre mí. Simplemente disfruto.- 

El sol de la mañana trae mi cuerpo de vuelta al mundo real, estiro mis manos y entonces me doy cuenta que no estoy solo en la cama, una melena roja cae desparramada sobre la almohada, Bella, su cuerpo desnudo está a mi lado boca abajo totalmente descubierto. 

Siento algo extraño en mi pecho, ¿culpa? No debería sentirme tan mal, Nathalya y yo solo somos amigos, ella no tardará en encontrar a alguien de su edad que le de lo que yo no le puedo dar, y yo, me sentiré feliz por ella. Eso espero.

Lo lamento mucho pero la vida es así, ella tiene derecho a algo más que mi oscuridad, encontrará a alguien que la pueda amar libremente, dedicarle su amor y total entrega sin tener que estar luchando con un pasado tan oscuro y una herida abierta que nunca dejará de sangrar, doler y alejar lo bueno de mi vida.

Mi vida antes de esa noche era aceptable, no buena ni perfecta, pero la podía sobrellevar, incluso después de lo que hizo, podría haber luchado por salvar la situación, por ayudarla a cargar con la culpa y darle todo mi apoyo, pero preferí acabar con todo destello de ilusión y pureza en su vida, cometiendo el pecado más imperdonable que pueda existir. 

La semana laboral finalizó sin novedades, hice motocross con Nathalya, comimos juntos en su casa y vimos películas de terror, resulta que le gustan tanto como a mí y que ninguna le daba miedo, también tuvimos su sesión de terapia y todo fue bastante bien, incluso comenzamos a hablar sobre el tema con las drogas, porque sí, esa era la razón por la que en un principio su padre la metió en terapia, estaba pasándola un poquito mal con ellas.

Ahora es sábado por la noche y después de recibir un mensaje de Nathalya con una ubicación en donde quería verme vine y aquí estoy, hay un club nocturno muy grande aquí, me gusta la idea de diversión lo que no entiendo es cómo piensa ella entrar.

__ ¡Nate! – Grita desde el otro lado de la calle.-

__ ¡Nat!, - ella cruza y me abraza con fuerza.- Luces genial.

Ella lleva jeans de mezclilla negros con un toque metálico, una blusa corta de encaje con tirantes que se cruzan en su cuello terminando en una gargantilla, botines negros y un collar de plata que llega a sus pechos con un dije de pluma, además su cabello cae lacio sobre su pecho  hasta la cintura. Su cuerpo se enmarca muy bien en esa ropa, de verdad que es bonita. 

__ No es por aguarte la fiesta, pero, ¿cómo se supone que vamos a entrar?

__ Tengo entradas. – Saca dos de su bolsillo.-

Psicológicamente InestableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora