Capitulo 5

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Actos de amor.

Le dije que me gusta y que quería llevarlo a la cama. Nos besamos apasionadamente una vez. Me dio una confesión tan impactante que casi no dormí por imaginarme a Samuel
frente a su celular o computadora viendo mis fotos mientras se masturba hasta venirse. Con eso tuvo para que no me hablara en semanas. Otra vez.
Supongo que al recibir mi confesión y decirme la verdad de todo lo que hace y de lo que piensa sobre mi de una manera sexual hizo que cayera en un shock tan fuerte que su mente está hecha un lío. ¿Debería hablar con él? Pero si lo viera ¿Qué le diría? ¿Cómo debo de tener una conversación con él? Es difícil tener una conversación con él y ahora que nos hemos dicho
la verdad sobre los sentimientos y deseos que tenemos uno por el otro, es mucho más difícil sacar un tema de conversación y peor aún, es más difícil verlo a la cara después de todo.
Es una situación muy complicada que llevará mucho tiempo para que Samuel vuelva a verme igual. ¿Verme igual? ¿Igual con molestia y sin interés? Prefiero que mejor me vea
como la persona que le gustó y como su novio. Aunque para que me vea como su novio está difícil ya que él siente mucha atracción sexual por mi tanto, que si yo le pregunto "¿Qué
soy yo para ti o cómo tú me ves a mi?" Él diría "Compañeros sexuales" o "Una persona que me ayuda a liberarme de estos deseos y pensamientos malos sobre ti" Algo así..
¿Cómo le haré para que Samuel sea mi novio? Una persona a quien le gusta cumplir las reglas, no le gusta socializar, es inteligente, viste todo el tiempo con ropa oscura y con una
gorra negra todo el día. Le interesan los videojuegos, y no le gusta estar rodeado de mucha gente o con mucho ruido. No le gustan muchas cosas y las pocas que le gustan son muy poco comunes. Con una persona como Samuel es muy difícil llevarse bien.
Yo a duras penas lo intento, hago lo mejor que puedo. Pero esto no es suficiente, se necesita más, mucho más para que Samuel se fijé en mí. No solo sexual si no sentimentalmente. ¿Qué haré? ¿Qué haré? ¿Qué haré? Piensa… ¡Lo tengo!
Una tarde en la universidad, busqué a Samuel en la biblioteca, lo encontré en el mismo lugar de siempre. Con libros y cuadernos. Me acerqué a la mesa y mientras me sentaba a
su lado con voz amable, firme y casual le dije
- Hola
- Hola ¿Qué haces aquí? - Me respondió sin hacer contacto visual y con un tono diferente al que siempre me habla
- Vine a pasar un rato contigo
- ¿Por qué?
- No nos hemos visto en semanas y necesitaba saber cómo estabas
- ¿Alguna razón?
- Me preocupé por ti - Se quedó callado un momento, luego alzó su vista y me miró a los ojos
- ¿No me odias por lo que dije la otra vez?
- Honestamente creí que tú estabas enojado conmigo por todas las cosas tan intensas que te dije
- No estoy molestó, es solo que me quedé en shock. Pensé que yo era el único que sentía atracción sexual. Pero me equivoqué - Su respuesta fue honesta y con un tono de voz muy
dulce y gentil - Además me dijiste que te gustaba y yo lo dudé
- ¿Por qué?
- Porque tú y yo somos diferentes. Somos como agua y fuego o agua y aceite
- Es cierto, somos diferentes y no es que no le dé importancia a eso. Pero realmente así me gustas. Me gustas demasiado Samuel - Le confesé honestamente lo que sentía. Al principio no dijo nada, solo me miró
- Jean - Hablo mencionando mi nombre de manera dulce
- ¿Si?
- Bésame
Me sorprendió que me pidiera que lo besara justo ahora. Aquí en la biblioteca, aquí en la escuela. No hay personas cerca de nosotros. Así que ¿Qué tengo que perder? Me acerqué
lentamente hacia el rostro de Samuel, mientras con mi mano izquierda le quité la gorra. Mis labios tocaron los suyos, comencé a moverlos. No hubo respuesta por su parte, pero después los labios de Samuel se movieron haciendo que con nuestros labios y lengua se formara un beso largo sin que nuestros cuerpos se movieran. Solo éramos nosotros dos en una mesa llena de cuadernos y libros; sentados uno junto al otro, besándonos sin importar el qué dirán.
Nos tomó un tiempo separarnos, tal como la otra vez, dejamos un hilo de saliva entre nuestros labios. Nos miramos a los ojos un momento. Rompí el silencio diciéndole
- Samuel
- ¿Si?
- Tu y yo, tengamos una cita - Le pedí de manera dulce
- ¿Qué? - Se sorprendió tanto que abrió sus ojos
- Tengamos una cita
- ¿Cita?
- Si ¿Sabes lo que es una cita?
- Se lo que es una cita, pero nunca he tenido una
- Yo seré tu primera cita
- Está bien. ¿Cuándo?
- El próximo fin de semana, estoy libre
- Igual yo ¿A qué hora?
- A la una
- Bien ¿En dónde?
- Yo pasaré a recogerte a tu casa
- No voy a subirme a tu motocicleta
- ¿Por qué no?
- No me gustan
- ¿Estarás bien si paso por ti en un auto?
- ¿Tienes un auto?
- Si. Pero no lo uso
- Entonces te veré a la una el próximo fin de semana en mi casa
- Muy bien. Gracias
- Debo ir a clases
- Yo debo ir a mi práctica
- Bueno. Entonces, adiós
- Adiós Samuel

A la hora de la salida, en lugar de irme al trabajo fui al trabajo de Jessie. Otra vez, a pedirle que me de un auto por unas horas o tal vez días ya que a Samuel no le gusta mi motocicleta. Ella me recibió en su oficina y le expliqué la situación, por supuesto que al principio se negó. Pero aceptó darme uno y me dijo que solo me lo iba a prestar por unos cuantos meses. Me preguntó cuál de todos los autos que tenía disponibles quería y escogí
el mini cooper Country man en color blanco.
Después de eso me fui al trabajo muy feliz de que todo va a mi favor, al menos hasta el
momento. No quiero cantar victoria antes de tiempo.

No Mientas Sobre Lo Que Sientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora