Capítulo 38

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La invitación.

Me sentí envuelto entre sábanas. Me sentí tan cómodo, pero pronto, mi cabeza dolía, tengo resaca, aunque no recuerdo beber mucho ayer...¿O si? No lo recuerdo.

Abrí los ojos, pero los volví a cerrar, la luz de la mañana me dio directo a los ojos, me volteé del otro lado de la cama, para seguir durmiendo, pero hay algo diferente, miré al rededor...esta no es mi casa, ni tampoco la de Samuel. ¿Dónde estamos? ¿Qué hice anoche? Me levanté de la cama. Me puse mi camisa, por alguna extraña razón, tenía puesto mi ropa interior...¿Por qué todo está tan elegante y lujoso? Salí de la habitación, observé detalladamente la casa, es como la de un millonario. Creo que estoy en la sala, pocos minutos pasaron, y salió de una habitación, Andrés, igual con su camisa, tenía el cabello un desastre, me miró y se desconcertó totalmente al verme, después de otra habitación salió igual con su camisa, Oscar quien al vernos nos miró confundido y por último de otra habitación...¿Cuántas habitaciones tiene está cada? Salió Héctor, él tenía una bata de baño, junto con su ropa interior. Pero tenía marcas de dientes y chupetones por todo su cuello, hasta la cintura, en sus caderas y piernas, marcas de manos, rojizas y muy muy marcadas, casi tatuadas en su piel. ¿Acaso está es su casa? No creo, su casa está un poco más pequeña y menos lujosa.

Héctor nos miró mucho más más confundido. Él habló primero con voz ronca
- ¿Qué rayos están haciendo todos ustedes aquí?
- Eso es lo que también queremos saber - Respondió Oscar, igual con voz ronca - No recuerdo nada de lo que pasó anoche
- Además, ¿Por qué casualmente todos estamos en ropa interior junto con nuestras camisas de los trajes que teníamos anoche? - Preguntó Andrés
- ¿Qué es lo último que recuerdan de anoche? - Pregunté
- Recuerdo que estábamos bebiendo en el bar, junto con nuestras parejas y después...no se que más pasó, me duele la cabeza - Comentó Oscar
- Vaya, al fin despertaron, creí que jamás iban a despertar - Salió de la nada, Adrián, creo que fue de la cocina porque traía dos tazas. Una se la entregó a Héctor y la otra se la llevó a los labios
- ¿Por qué no les diste una taza de café a ellos también? - Le preguntó Héctor a Adrián
- ¿Después de todo lo que hicieron anoche? ¿Quieres qué les de café? No, no, claro que no - Contestó de mala gana
- Disculpe, señor. Pero queremos saber que hicimos anoche. ¿Es mucho pedir que nos lo diga? Por favor - Le dijo Andrés
- Bueno, está bien. Se los diré, siéntense en el sillón, esto tomará un largo rato.

Cada uno se sentó en el sillón, después Adrián fue a la cocina y trajo más tazas, nos dio una a cada uno y luego se sentó cómodamente en el sillón individual. Y comenzó a hablar mientras tomaba café.
- ¿Quién quiere saber que fue lo que hizo anoche?
- Yo - Dijimos todos al mismo tiempo
- Bueno, después de que todos nosotros bailamos la canción que le dediqué a Héctor. Nos pusimos a beber y a beber y a beber. Hasta que empezaron a emborracharse, sus parejas estaban ahí con ustedes, ellos no estaban ebrios, desafortunadamente.
- ¿Por qué? - Preguntó Oscar
- Porque se empezaron a quejar de sus parejas - Dio un sorbo de café, hizo su cabeza hacia atrás y luego habló - El primero en quejarse fue Andrés y luego fue Oscar y al último Jean
- ¿Héctor no lo hizo? - Cuestioné
- Él si lo hizo, pero a diferencia de ustedes, yo sí le di una lección. Que lástima que su mente no lo recuerda. Aunque su cuerpo le cobrará factura con intereses
- ¿Por eso tiene marcas y chupetones por todo su cuerpo?
- Así es - Tomó otro sorbo de café con una sonrisa burlona, mientras Héctor desviaba la mirada con sus mejillas sonrojadas
- En fin, como decía. Andrés, tú te estabas quejando de como Christopher te engañó con su mejor amigo. De él empezaste a quejarte, decías que odiabas que todo el tiempo siempre Chis prefería a su amigo que a ti, que no te dejaba ir a fiestas, que te celara por cualquier mínima cosa, que nada de lo que hacías le parecía bien. Omar te miraba incómodo, sintió que todavía no lo habías superado. Así que tomó su última copa y se fue decepcionado porque pensó que no lo amabas como él te ama a ti
- ¿Qué? ¿Eso hice? - Preguntó Andrés
- Si, cuando se fue, estabas llorando en silencio y después querías ir a buscarlo, pero ya era tarde. Se había ido a su casa con tu motocicleta
- ¿Él tiene mi motocicleta?
- Si - Andrés tenía cara de poder creerlo, se sentía la peor persona del mundo. Unos minutos más y después habló de nuevo Adrián - Oscar, tu fuiste el siguiente que se empezó a quejar de todo
- ¿De qué me quejé? - Comentó con molestia Oscar
- Empezaste a quejarte de tus padres, diciendo que desde que te fuiste de la casa, hasta la fecha, no han ido a buscarte. Odiabas sentir que los extrañabas, odiabas que todo el tiempo estabas luchando por ser el hijo perfecto que tú mamá quería que fueras. Pero que no te arrepentías de lo que hiciste, estabas demasiado feliz y libre de tu decisión. Aunque después dijiste que por ser el chico malo, mucha gente te empezó a tratar de romper el corazón, pero no te dejabas de nadie, hasta que conociste a Fernando. Decías que él era la peor persona que pudiste conocer, y que estabas muy feliz de haberle causado una depresión, que se la merecía y que al haber conocido a Alejandro fue tu mayor alegría en la vida y que darías lo que fuera con tal de estar con él por el resto de tu vida
- Wow, ¿Eso fue todo? Creí que había hecho más
- Después de eso, empezaste a cantar y a bailar, tanto tus canciones como la de otros artistas
- Cielos
- Y por último Jean. Tú te empezaste a quejar de tu familia y un poco de Samuel
- ¿Qué?
- Si. Decías que odiabas que Samuel nunca podrá decirte que te amaba, aunque tú se lo decías todo el tiempo, él no. No te gustaba la idea de tener que dar todo en la relación y él no. Tampoco te gustaba que Samuel era muy sumiso con sus padres, siempre queriendo ser el hijo perfecto que ellos quieren que sea. De hecho crees que Samuel todavía planeaba la boda con Kelly, solo para mantenerte a salvo o para que sus padres fueran felices. Aún si eso significaba dejarte atrás, mostrándote una vez más que él jamás te amará tanto como tú lo amas a él y que no podrá tener el valor de decir que quiere estar contigo, y que no le importa dejar atrás su carrera o su familia.
- Genial. Ahora no querrá verme, tampoco hablará conmigo y está molesto - Exclamé desilusionado
- Si yo fuera ustedes, iría con sus parejas y les pedía perdón
- Tiene razón. Voy a ir a disculparme con Samuel. Adiós y gracias por lo que hizo por nosotros, se lo debemos

Le dije a Adrián y fui a la habitación donde estaba el resto de mi ropa, me cambié y me salí sin más. Pese a que la luz de la mañana era muy molesta, busqué mi auto, al entrar observé algo que me llamó la atención en el suelo del copiloto.

Al tomarlo, casi sentí que me desmayaba. Era una invitación que decía

"Está usted invitado, junto con su familia a la boda de Kelly y Samuel, el día 24 mayo a las tres de la tarde en el salón "Classico", lo esperamos con una gran bienvenida". 

No Mientas Sobre Lo Que Sientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora