Capítulo 21

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Primera batalla ganada.

No me molesta que se quede de pie mirándome con la boca abierta y que sus ojos muestren deseo, vergüenza y lujuria. Al contrario, me encanta, así guardará este momento en su mente que no olvidará jamás.
Luego de un rato, tomó de su cajón lubricante y condones, se acercó a la cama, aventó las cosas, trago saliva, me quitó la galleta de la boca y se la comió.
Después se quitó la ropa, menos los boxers, no entiendo porque no se los quitó, se subió arriba de mi, besó mis labios con hambre, yo le acaricié la espalda y los muslos. Separamos
nuestros labios dejando un hilo de saliva entre ellos, luego empezó a lamer y comer la crema de mi cuerpo. Su lengua me hace cosquillas, empezando desde el cuello, luego
lamió y chupó mis pezones, me estremecí y me salió un gemido.
Siguió besando, lamiendo y acariciando el resto de mi cuerpo hasta que llegó a mi miembro, el cual ya está erecto.
- Samuel
- Cállate
Me quitó el boxer, lo miró y luego se agachó completamente hasta mi miembro, ¿Realmente está haciendo esto? Yo quería que esto pasara, pero no pensé que pasaría rápido.
Me estremecí ante su boca tibia y pequeña, su lengua pasaba por todo el largo de mi miembro, enrrollado, lamiendo y chupando.
Jadeaba fuertemente, de momento cerraba los ojos con fuerza, pero quería guardar está imagen de Samuel. Aumentó la fuerza de su boca y de mi boca salió un gemido fuerte de la sorpresa.
Me vine en su boca, se atragantó y tosió al momento de sacar mi miembro de ahí. Le puse
la mano debajo para que escupiera, pero lo único que vi al verlo a los ojos, fue que se lo trago todo, varios rastros se veían en su boca.
No me dijo nada, así que solo rodeé su cara con mis manos para besarlo con
desesperación.
Salado y amargo, era el sabor que había en nuestras bocas. Separamos nuestros labios. Le quité el boxer, su miembro erecto estaba deseando que lo tocara.
De repente, me empujó a la cama. Tomó la cuchara del pastel, poniendo crema en ella, se la metió a la boca, y me besó.
Me senté en la cama, Samuel puso sus piernas de cada lado de mi cuerpo, sus manos están en mis hombros. Tomé el lubricante, puse un poco en mi mano y metí mis dedos dentro de él,
- ¡Ah!
Un rato de mover en su interior, saqué mis dedos, miré a Samuel y lo besé con dulzura.
Para después tomar mi pene erecto y meterlo de poco a poco en su interior. Sus manos están apretando mis hombros, siento que me está arañando.
Una vez que estuve adentro completamente, tomé la cintura de Samuel y lo moví de adelante hacia atrás. Al principio fue lento, pero después lo hice rápido, mientras lo besaba apasionadamente.
Las manos que me apretaban a tal punto de rasguñar y dejar marca, me empujaron de nuevo a la cama, está vez el movimiento de Samuel fue más fuerte y rápido, que me estremecí y comencé a gemir al mismo ritmo que Samuel.
Nos venimos juntos al mismo tiempo, se agachó a mis labios para besarlos con pasión, aún cuando nos faltaba el aire. Nos separamos, nos miramos a los ojos, acaricié su rostro y le dije
- ¿Te gustó tu regalo de cumpleaños?
- Es el mejor que he tenido
- ¿Quieres otra ronda?
- Si, por favor Jean
Le sonreí y lo volví a besar apasionadamente, para después voltearlo, que el quedará acostado en la cama. Me quité el condón, me puse uno nuevo, y luego le metí mi miembro otra vez.
Sus manos abrazaron mi espalda con fuerza, creo que de nuevo me arañó la espalda. Sus gemidos y jadeos se escuchan fuertes, dejando los únicos sonidos en su habitación durante
toda la noche.

Al día siguiente amanecí con Samuel a mi lado, durmiendo pacíficamente, le acaricié su cabello, y las facciones de su rostro.
Vi la hora, son las 11:30 am. Me alegra que sea fin de semana. Me senté en la cama a sobarme el cuello, mientras miraba a Samuel, se ve tan bonito mientras duerme, lástima que no lo sea cuando se despierta.
Se despertó Samuel con un poco de quejido, me miró y me miró con un poco de mala cara.
- No debí tener sexo contigo toda la noche, me duele todo el cuerpo
- Yo te pregunté si querías otra ronda, y me decías que si. No fue mi culpa
- ¿Y no tienes humanidad? Debiste haberte detenido
- Si, echame la culpa, pero dime ¿Quién era el que me decía entre gemidos y jadeos "Jean Jean, hazlo más rápido ah ah haaaah Jean justo así ah ah ah"
- ¡Basta! - Se sentó a la cama de golpe para gritarme - ¡Ay! - Se quejo un poco, su cara muestra dolor
- ¿Estás bien?
- ¿Te parece que estoy bien?
- Te voy a traer algo para el dolor, vuélvete acostar
- Me quiero bañar
- Te ayudaré a bañarte
- Okey
Me levanté, me puse unos pantalones deportivos que encontré, le quité la sábana. Puse una de mis manos en su pecho y otra en medio de sus rodillas, lo cargué hasta el baño.
Después de que lo bañé, lo volví a acostar en su cama. Fui a la cocina, le hice el desayuno y busqué en su botiquín de emergencias que darle para su dolor. Tal vez si me pase un
poco anoche.
Volví a la habitación. Dejé el desayuno a la cama y se sentó, le levanté su playera y le puse un parche para el dolor. Después le di de comer en la boca mientras revisaba su celular. Su
rostro se notaba un poco de preocupación
- ¿Está todo bien?
- Mi mamá me estaba llamando ayer, junto con mi padre y mi hermana. tengo diez llamadas pérdidas de cada uno
- ¿Y si llamas ahora? - 'Genial, yo soy el culpable'
- Eso haré - Llamó a su mamá - Hola mamá, ¿Por qué me llamaste ayer?...¿Qué?...No escuché el celular, lo siento...De todas maneras llegué tarde a mi casa - 'Llego a las nueve y
media a su casa' - Lo siento mamá. El próximo año. Si, adiós.
- ¿Qué pasó?
- Kelly organizó una fiesta sorpresa por mi cumpleaños, pero no escuché el celular, así que ahora mi mamá está molesta conmigo
- ¿Tuve la culpa?
- Claro que no, de todas maneras ni quería ir. Tú me conoces, odio las fiestas
- ¿Todavía te gustó el regalo que te di?
- Si, claro que me gustó
- Genial
- Pero no me gustó que no pueda caminar
- Lo siento
- La próxima vez, no me dejes sin caminar
- Está bien
- Gracias
Jamás olvidaré este precioso momento que tuve con Samuel. Le gané a Kelly en el cumpleaños de Samuel. Quería guerra, ya la tiene, gané la primera batalla, y no pienso
perder esta guerra.

No Mientas Sobre Lo Que Sientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora