Capitulo 2

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Platica del proyecto.

Al parecer, Samuel es una persona muy diferente a todos los que conozco, le gusta seguir
las reglas y a mí me gusta romperlas. Su carácter es muy peculiar, dice lo que piensa sin miedo a lastimar a los demás, pero siempre a su modo, no las dice tal cual.
La mayoría de las veces que quiero tener una conversación con él, terminamos en desacuerdo o en pelea o simplemente no me hace caso. ¿Así cómo vamos a avanzar en el proyecto?
En la escuela, fui a la biblioteca en busca de Samuel para hablar del proyecto de manera civilizada. Lo encontré sentado al lado de la ventana, solo con un libro y unos cuadernos.
Me acerqué a él, y me senté a su lado. Me preguntó molesto sin hacer contacto visual:
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Vine para hablar contigo
- No quiero - Se alejó un poco de mi
- Tu y yo tenemos un proyecto
- Yo lo puedo hacer sin tu ayuda
- Lo dudo mucho
- Vete
- ¿Cuál es tu problema?
- Tu eres un parásito
- Que halago, gracias - Me acerque un poco a él diciéndole con sarcasmo
- ¿Qué es lo que quieres?
- Discutir sobre el proyecto
- Quiero ver tu investigación
- ¿Qué?
- Debemos hacer una investigación primero, luego planear una presentación y después
presentarlo ante todo el salón
- Te daré la investigación mañana
- ¿Por qué no hoy?
- La olvide
- Parásito
Gruño al final, tomando sus cosas y se fue de ahí. ¿Por qué es tan complicado hablar con alguien como Samuel?
Intenté hacer conversación con él, pero cada vez que lo intento, siempre termina huyendo de mí. No me rendí y seguí intentando tanto por mensaje como en persona. Mi paciencia se
agotó y si no quiere hablar conmigo por las buenas, lo haré a las malas.
Fui al estacionamiento de bicicletas con mi motocicleta con la intención de impedir que se fuera. Me miró muy enojado, alzó la voz:
- ¡¿Qué es lo que quieres ahora?!
- Tener una conversación contigo
- No quiero
- No me iré hasta que te decidas hablar conmigo
- ¿Por qué eres una persona tan molesta?
- ¿Y tú porque eres una persona tan irritante?
- ¡Quítate del camino!
- No
- ¡Quítate del camino, por favor!
- No
- ¿Vas a estar aquí todo el día?
- Si. A menos que cambies de opinión
Su rostro está extremadamente muy molesto. ¿De verdad está dispuesto a estar todo el día aquí por no tener una conversación conmigo? Vaya que es una persona irritante.
- ¿Tienes las cosas que te pedí hacer para el proyecto? - Me pregunto Samuel.
- Si. Aquí están - Saque de mi mochila unas hojas, estiré mi mano para que las tomara - Ten.
Dudó mucho el acercarse a mi. Tomó las hojas sin verme a la cara, pasó un rato y las guardo en su mochila
- Tu investigación está bien - Lo admitió de mala gana al verme a los ojos
- Gracias
- Hace falta hacer una presentación y con eso concluimos
- ¿Cuándo estás libre? - Le pregunte
- ¿Disculpa?
- Para lo que falta, es necesario que nos veamos. Así que escoge un día en el que tú y yo podamos trabajar juntos
- Mañana en la biblioteca a las once
- No puedo
- ¿Por qué?
- Tengo práctica de basketball
- No tengo disponible otro día
- Podemos hacer el proyecto después de la práctica o durante los descansos
- ¿No tienes otro día disponible?
- No
- Está bien. Iré a las once a tu ridícula práctica y hablaremos del proyecto
- Bien
- ¿Me puedo ir?
- Si. Adiós Samuel
Me puse mi casco y me fui directo a mi trabajo.
A la mañana siguiente lo estuve esperando, pero no apareció. Pensé que se había arrepentido.
Mis amigos y yo nos pusimos a jugar mientras platicamos de cosas. A mitad de práctica Oscar dijo al aire:
- ¿Alguien ordenó a un chico con gorra y con cara de amargado?
Volteé a ver a la entrada principal, vi de pie a Samuel. Siempre vestido de colores oscuros y con una gorra en su cabeza. ¿No se cansa de tener una gorra todo el día?
- Y yo que pensé que no iba a venir a verme - Dije en voz alta, mientras sonreía. Samuel me vio a los ojos y de inmediato se fue a sentar a las gradas donde se sientan los espectadores. Miré a los chicos y les dije:
- Voy a hacer tarea, en veinte minutos vuelvo
- ¿Estás trabajando con él?
- Si ¿Hay algún problema?
- Ninguno, luego te decimos.
- Bien
Caminé, subí las escaleras y me senté a lado de Samuel mientras los demás seguían jugando.
- Pensé que no ibas a venir - Dije mientras sacaba de mi mochila unas cosas para el proyecto
- Acabemos el proyecto, de una vez - Declaro gruñendo
- Okey
Trabajamos el proyecto, yo le dije algunas ideas para la presentación. En algunas no estuvo de acuerdo pero las aceptó, ahora solo toca presentarlo mañana y por fin acabará su sufrimiento. 
- Gracias por el proyecto - Me volteó a ver directo a los ojos mirándome detalladamente.
- De nada - Pasó un rato y luego me siguió mirando todavía más - Me estás mirando
demasiado
- Estoy mirando el dibujo que tienes en el brazo - Mire de reojo a mi brazo derecho y luego lo volví a mirar con mucha atención
- ¿Te gusta?
- ¿Por qué te pintaste la piel?
- ¿Por qué quise? Puedo hacerte un dibujo en cualquier parte de tu cuerpo
- No, gracias - Piensa en algo más para conversar. No dejes que se vaya
- Si hay algo en lo que necesites ayuda, dímelo
- ¿De qué materia eres?
- Diseño ¿Tú?
- Informática
- Gracias
- ¿Cuándo vas a terminar de tomar la misma clase que yo?
- Hasta que acabe el semestre ¿Tanto así quieres que me vaya?
- Eres molesto
- Ya me lo han dicho
- ¿En algún momento vas a dejar de serlo?
- Tal vez ¿Por qué? ¿No te gusta que sea así?
- No
- ¿Tienes pareja?
- Las relaciones amorosas son una pérdida de tiempo
- ¿Alguna vez has estado en una?
- No y ni quiero tener una
- ¿Cómo estás tan seguro de que son una pérdida de tiempo si ni siquiera has estado en una?
- Ese es mi problema
- Yo puedo ayudarte con eso
- ¿Ayudarme con qué?
- En lo que tú quieras
- No es necesario
- ¿Por qué?
- No necesito ayuda en este momento
- ¿De verdad?
- Si - Concluyó con mucha seguridad
- Bueno. Está bien
- Me tengo que ir - Se levantó, tomó sus cosas y antes de que se fuera, lo detuve llamándolo por su nombre
- Samuel
- ¿Si?
- ¿Vendrás a verme en el partido del próximo fin de semana? - Tardó en responder
- Tal vez
Se fue de ahí tan pronto como me dio su respuesta. Sonreí y me reí por su actitud de hoy.
Por fin tuvimos una conversación.
En la clase, estábamos esperando a que nos llamarán. Fue nuestro turno y Samuel comenzó primero explicando el tema junto con una parte, luego seguí yo explicando el resto y el final de la presentación. Sacamos buena calificación.
Al final, me acerqué a Samuel casualmente antes de que se fuera, y le dije amablemente:
- Samuel
- ¿Si? - Hizo contacto visual conmigo
- ¿Tienes algo que hacer más tarde?
- Si ¿Por qué?
- Como agradecimiento por haberme aguantado demasiado en el proyecto, quiero pagarte
con una…
- No quiero - Me interrumpió bruscamente antes de que terminara la oración
- ¿Por qué?
- No quiero que me pagues
- ¿Estás seguro?
- Si. Ahora sí me disculpas, tengo que irme
- Está bien - ¿Por qué es tan difícil pedirle algo a este niño? Caminó unos pasos lejos de mi
- Gracias - Le agradecí, y se detuvo.
- De nada.

Eso fue sencillo, me sorprendió que él me dijera eso. Es un avance en nuestra relación.
El semestre terminó y yo ya no tuve que ir a la misma clase que Samuel, pero yo no me iba
a rendir fácilmente. Así que en este nuevo semestre, haré todo lo posible para que Samuel
y yo estemos juntos.

No Mientas Sobre Lo Que Sientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora