Capítulo 25

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Vigilando muy de cerca.

Al día siguiente en la escuela, busque a Dylan, lo encontré en la cafetería, pidiendo un café
- Hola Dylan
- Hola Jean - Me saludó con una sonrisa - ¿Qué ocurre?
- ¿Tienes un momento?
- Depende de lo que vayas a decir
- Te quiero pedir un favor muy grande
- ¿Qué es? - Tomó su café, pagó y agradeció para luego caminar en dirección a nuestras clases
- ¿Tú crees que puedas vigilar a Samuel por mí? - Se detuvo, parpadeo muchas veces, me miró muy confundido
- ¿Qué quieres que yo haga qué?
- Que vgiles a Samuel, solo hasta que termine la obra en la que estoy, quiero que estés con él y que evites que se encuentre con Kelly y Hanna
- Déjame ver si entendí. Tú quieres que yo vigile a Samuel, durante tres meses en los que vas a estar en la obra, también quieres que te avise que está haciendo y con quién está,
además de enviarte fotografías porque no crees mucho en mi palabra y que evite que vea a Kelly y Hanna, ¿Cierto?
- Así es, eso quiero que hagas ¿Puedes?
- Antes de que acepte, hay varias cosas que comentarte - Seguimos caminando - Uno, en dado caso de que Kelly esté con Samuel, y yo intervenga, lo hará sospechoso, peor se volverá si lo hago cada vez que Kelly tiene oportunidad, así que ella va a empezar a investigarme y hará cualquier cosa para que yo esté lo suficientemente distraído para
aprovechar un momento a solas con Samuel, lo cual quieres que yo evite porque puede pasar algo peor
- Es poco probable eso, pero igual no dudo que pase
- Jean, las personas hacen cualquier cosa por dinero, no importa el precio, no importa si lastiman a alguien, el dinero puede hacer muchas cosas
- Si, eso lo sé, pero tú no eres así, ¿Verdad? - Llegamos al salón de Dylan, se recargó en la pared y me miró como si estuviera
decepcionado
- Lamentablemente, yo sí soy así
- ¿Qué hiciste por dinero?
- El año pasado, mis abuelos me corrieron de la casa por ser bisexual, yo había apartado un departamento cerca de aquí, pero me faltaba la mitad del pago, aún así el dueño me dejó vivir ahí, una vez que le termine de pagar, me dara el contrato de vivienda.
- Lamento lo que te paso
- Pudo haber sido peor, pero ¿Recuerdas que a Yovani le rompieron el corazón?
- Si, estaba saliendo con un chico y él le rompió el corazón. Sufrió mucho ese día, le dio depresión
- Bueno, yo lo ayude a salir de la depresión y como pago por ayudarlo, me propuso que me daría la mitad del pago que faltaba de mi departamento si yo salía con el chico que le
rompió el corazón
- Osea que tú estás saliendo con ese chico a cambio de que te dé el dinero que te falta para pagar tu departamento
- Así es, no pude evitarlo, era eso o vivir como un esclavo en un lugar de mala muerte con una paga tan miserable
- Por eso te veías tan pálido que te desmayaste un día de práctica de deportes
- Correcto
- Al menos tú lo haces por una buena causa
- Supongo que si, pero volviendo al tema original. No puedo intervenir muy seguido, se verá muy sospechoso y habrá problemas, así que solo voy a ayudar a Samuel cuando sea peligroso, de igual forma te mantendré informado de todo lo que pasa con Samuel
- Gracias Dylan
- Pero, ¿Cuánto me vas a pagar?
- Tenía que ser - Me sonrió de manera burlona - Te daré $2,500 y descuento de 30% en la compra de cada café que compres en el restaurante donde trabajo por tres semanas
- Hecho
- Genial, gracias
- Un placer hacer negocios contigo

Sonó la campana de la escuela, cada quien se fue a la clase que le tocaba.
Así me sentiré más seguro mientras yo estoy ensayando con la obra.

Primer día de ensayos.
Empezamos con la presentación. Nancy, la protagonista principal, empezó a caminar desde donde terminan los asientos del teatro hasta llegar al escenario, cantando el tema principal con movimientos seductores con el abanico que tenía en las manos.
Para cuando llegué al escenario, Oscar y yo teníamos que hacer varios pasos de bailes de tango, mientras nos lanzaba una rosa roja.
Unas horas más tarde, todos nos fuimos a casa, quedó la presentación exacta y precisa tal como quería el director.
En el camino a mi casa Dylan envió fotografías junto con su informe de Samuel. Diciéndome que Samuel había estado en su trabajo casi todo el día. Y al parecer, Dylan se enamoró de uno de los empleados que trabaja en ese lugar.
Así pasaron los días, Samuel estaba en su trabajo casi todo el día, mientras yo me la pasaba en la escuela ensayando las escenas románticas y dramáticas.
Hasta el momento todo iba bien, pero tenía un mal presentimiento ¿Ninguna de las dos
había hecho nada durante unas semanas? Eso era muy raro.
- ¿Estás bien? - Me pregunto Samuel mirándome preocupado
- Si, ¿Por qué?
- Porque estás jugando con tu comida
- ¿Eh? - Miré mi plato, es cierto, había hecho un desastre con la comida.
Había olvidado que Samuel me invitó a comer a un pequeño restaurante, me lo propuso cuando termine de ensayar la presentación de la obra.
- Jean
- Dime - Estábamos en mi casa, arreglando el videojuego
- Cerca de la escuela hay un restaurante pequeño, ¿Tú quisieras venir conmigo?
- ¿Es en serio?
- Si, ¿No quieres?
- No, si quiero, es solo que es la primera vez que me invitas a algún lugar
- ¿Después de los ensayos de tu obra, iremos?
- Claro que sí, no me lo perdería por nada
- Bien.
Fue lo que pasó, y ahora no he comido nada de lo que trajeron, me estoy distrayendo con cosas sin sentido, en lugar de disfrutar de su compañía.
- ¿Hay algo que tú quieras hacer? - Me propuso
- Lo que yo quiero es estar contigo a solas en mi cuarto, haciéndote gritar de placer, besar esos labios suaves y adictivos que tienes en tu atractiva cara, lamer y acariciarte todo el
cuerpo hasta dejar mi marca en ti, para que todos sepan que tú eres mío y que soy el único que te provoca ser tan explícito en la cama, a pesar de que por fuera eres la persona más
irritante del mundo.
- ¿Ah?
Maldita sea, se lo dije mirándolo a los ojos con profundidad y lujuria que tanto le gusta, porque cuando lo miro de esa forma, traga saliva de golpe y me mira con deseo.
- No es lo quise decir
- Yo...quiero que me hagas todo eso
- ¿Qué?
- No he estado contigo por un tiempo y cuando estoy solo, yo...me estoy tocando, pero no es suficiente con mi mano
- ¿Quieres ir a mi casa está noche?
- Si, por favor
- Terminando de comer, podemos comernos el uno al otro
- Bien
Le sonreí de lado, después de comer, fuimos a mi auto directo a casa y al poner un pie en ella, nos estábamos devorando el uno al otro y en cuestión de minutos, terminamos en la
cama, dándonos placer carnal que tanto habíamos deseado casi toda la noche.

No Mientas Sobre Lo Que Sientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora