Encuentros inesperados.
No ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos y ahora parece que nos
estamos viendo a cada rato.
Todo sucedió al principio del semestre, desde que dejé de ir a la misma clase que Samuel.
Primero, me lo encontré en un café internet. Yo iba a hacer una tarea importante con otros compañeros y cuando entramos al lugar, lo vi sentado en frente de una computadora, junto con otros chicos. Vestía como siempre, ropa oscura y gorra negra. Al parecer Samuel es el
encargado del lugar y los otros dos son los empleados. Es decir, Samuel está a cargo de las
computadoras y los otros dos chicos están a cargo de las bebidas .
Ahora ya se cual es su trabajo.
Me sorprende que alguien poco expresivo sea encargado de un café internet.
Supuestamente para este trabajo tienes que sonreir y ser amable con la gente, pero Samuel no es ese tipo de persona.
Me gustaría saber porque está en un trabajo en donde tiene que sonreír y ser amable.
Debido a mi curiosidad, lo miré demasiado. Especialmente no pude dejar de verlo y de pensar en ese cuello blanco descubierto que resalta por la luz del día. Me dan ganas de
besarlo, lamerlo y comerlo y dejarle una marca mía.Unas semanas después, volví a verlo y esta vez, fue en el lugar donde yo trabajo. Yo trabajo en un restaurante como mesero, este restaurante es popular ya que la comida es buena y el servicio es excelente. Samuel llegó al lugar con sus amigos. Me pagó con la misma moneda, pero yo sé cómo jugar este juego y no voy a perder contra él.
Me acerque a la mesa, les hablé amable y cordialmente, dándoles las carpetas del menú
- Buenas tardes. Bienvenidos al "Gorro Negro"
- Hola Jean - Me dijo Francisco sonriéndome.
- Hola Franck
- No sabía que trabajabas aquí. Creí que estabas en la sucursal del bar - Me comentó.
- En la sucursal del bar están Héctor y Andrés. En esta sucursal solo somos Jonhy y yo
- ¿Y el chico malo que todas las chicas quieren? - Pregunto Francisco curioso y con un tono de sarcasmo
- Oscar está en un supermercado. El lugar ideal para alguien que no le gusta mucho sonreír y convivir con la gente
- ¿No le gusta convivir con la gente y tampoco sonreír? - Intervino otra persona con una pregunta.
Bajé mi mirada para ver quien era. El chico bueno que todos en la escuela conocen por ser alguien irritante, tímido y poco social y por lo que sé del equipo Oscar se niega a acostarse
con él. Si le preguntara, me diría: "Porque es virgen y yo no me acuesto con virgenes, especialmente con niños buenos y mimados como Fernando".
Estoy casi seguro que esa sería su respuesta. Y aunque parece ser que a Alejandro no le da importancia, yo sé que muy en el fondo de su máscara de "niño bueno", el quiere que Oscar se lo lleve a la cama y se lo coja tan fuerte y tan duro como la bestia que es Oscar, pero su orgullo es mucho más fuerte que las ganas de tener sexo. No voy a decir nada, ya
que no voy a delatar a mi mejor amigo. Así que solo lo miré, le sonríe y le dije algo que pudiera sonar convincente
- No es que no le guste, es solo que a veces le molesta sonreír y más si lo hace por obligación o cortesía
- ¿Por qué?
- Nunca he sabido el motivo por el cual no sonríe
- Si ya acabaron con su plática, quisiera ordenar algo - una voz firme y molesta habló dirigiéndose a mi con esa mirada tan seria que siempre tiene cuando está conmigo.
- ¿Qué deseas ordenar, Samuel? - Le pregunté amablemente mirándolo a los ojos y tomando una libreta y pluma
- Deseo que te vayas y que si puedes me des algo de comer
- No me puedo ir aunque quisiera. Así que ¿Qué quieres de comer?
- Quiero que me traigas spaghetti, una hamburguesa y un té helado, por favor
- ¿Algo más? - Tomé nota de su orden
- Vete de mi vida. No te soporto - Dijo al final dándome la carpeta del menú
- Eso no va a pasar Samuel - Se la recibí
- ¿Por qué?
- Tendrás que esperar hasta el final si es que quieres saberlo - Gruñó y desvió la mirada.
Miré a Franck y a Fernando - ¿Ustedes que van a pedir?
- Lo mismo que Samuel - Me lo dijeron al mismo tiempo
- En un momento les traigo su orden
- Gracias
Les di los platillos y sus bebidas y después observé detalladamente a Samuel. Es muy formal y muy educado al comer, como si estuviera comiendo en una mansión millonaria de la historia antigua.
Me acerqué de nuevo a la mesa a recoger los platos., Mientras lo hacía, Francisco me dijo:
- Jean
- ¿Si?
- ¿Tu eres de diseño digital, no?
- Así es. ¿Por qué?
- Porque entre los tres, queremos hacer un videojuego
- Está bien
- Pero necesitamos tu ayuda para que el diseño quede bien.
- ¿Por qué específicamente a mi? - Me dio curiosidad, así que pregunté mientras levantaba la charola con los platos
- Porque he escuchado que eres el mejor en la clase de diseño
- Uno de los mejores, la verdad soy el tercer o segundo lugar de la clase de diseño - Aclaré
- ¿Nos vas a ayudar o no?
- "¿Nos?" - Pregunté con sarcasmo, mirando de reojo a Samuel
- Si, a Alejandro a Samuel y a mí
- Lo voy a pensar - Di mi respuesta
- ¿Me das la cuenta, por favor? - Su última pregunta dijo Francisco con una sonrisa
- Claro
Me fui de ahí a la cocina a dejar los platos y a traer la cuenta. ‘Tarde o
temprano, tú ibas a tener que pedirme ayuda algún día y yo por supuesto no te lo iba negar.
Pero no se vale que mandes a tus amigos a decir lo que tanto esperé escuchar, tienes un orgullo muy fuerte para decir las cosas que la gente espera escuchar de ti. Algo muy divertido porque yo estoy logrando sacarte esas mismas palabras que no quieres decir ante los demás. Ahora que me vas a tener muy de cerca, será mucho más fácil sacar todo lo que
tienes’
Regresé con la cuenta y les di mi respuesta con voz segura y firme:
- Voy a aceptar ayudarlos con su videojuego
- Genial - Exclamó feliz Francisco
- Pero quiero algo a cambio si es que voy a trabajar con ustedes - Les sugerí
- ¿Qué es lo que quieres? - Mire a Samuel, quién por supuesto no hacía contacto visual conmigo.
- Quiero que Samuel vaya a al partido de basketball este fin de semana - Se quedaron callados un momento, los ojos de Samuel se agrandaron, me miró muy sorprendido y a la vez enojado
- ¿Quieres que yo que? - Preguntó
- Ven a mi partido del fin de semana y te ayudaré con tu videojuego
- No - Declaró gruñendo.
- Samuel - Francisco lo llamó por su nombre al momento en que se levantó de la silla.
Afortunadamente no hay muchas en el lugar.
- ¿Nos dejarían solos un momento, por favor? - Solicite de manera civilizada, me miraron desconcertados - No le voy a hacer nada, confía en mí, solo voy a hablar con él.
- Está bien.
Se fueron del lugar. De pronto Samuel se levantó y me miró con mucha atención
- ¿Por qué dijiste eso enfrente de ellos? - Pregunto con esa voz tan dura y enojada que siempre pone cuando me habla.
- Recuerdo que le dije a un chico con una gorra que si necesitaba ayuda, me la pidiera y yo no sé la iba a negar. Al parecer olvidaste mis palabras y tus amigos tuvieron que hacer el trabajo por ti
- Te lo iba a decir
- ¿Cuándo?
- Después de tu partido - Eso sonó muy honesto. ¿Debo de creerle?
- ¿Es en serio lo que dices?
- ¿Hay alguna razón por la cual no sea cierto?
- Tú eres muy complicado, primero me dices que nunca me pedirías ayuda y ahora de la nada me dices que después de mi partido me ibas a pedir ayuda. Realmente eres alguien
muy complicado
- ¿Vas a ayudarme o no?
- Eso depende
- ¿De qué?
- ¿Vas a ir a mi partido?
- ¿Y si no voy qué?
- No te ayudaré - Aunque quisiera, me lo guardé en mi boca para ver su reacción - ¿Qué harías si me niego?
- Habría buscado a otro diseñador - ¡Ja! que reacción tan cruel.
- ¿Tus amigos estarían de acuerdo con eso?
- No me importa si lo están o no, el punto es hacer el trabajo y ya.
- Que buen amigo eres
- Responde a mi pregunta
- Tu responde a la mía
- ¿Solo tengo que ir a tu partido y eso es todo?
- Si
- ¿Después me ayudarás con mi trabajo?
- Así es
- Está bien. Iré a tu partido - Declaró al fin y sin gruñir.
- ¿En serio?
- Si
- Te veré el sábado a las cuatro
- Ahí estaré
- Yo espero que si
- Adiós
- Adiós Samuel
Dijo por último y se fue disgustado.Sábado, me encuentro en los vestidores del equipo poniéndome el uniforme, esperando
ansioso ver a Samuel en primera fila.
Salimos de los vestidores caminando a la cancha, estando en nuestras posiciones y algunos en la banca. Vi por un momento las gradas y lo busqué. Pensé que no iba a venir,
hasta que lo encontré en un asiento del lado izquierdo con una cara poco interesada en el partido, vistiendo su típica ropa oscura y su gorra negra. Sus ojos me miraron por un instante y yo le sonreí antes de que empezara el partido.
Cuando acabó el juego, yo volví a mirar a Samuel que por alguna razón bajó de las gradas
y se paró en frente de mi.
- Hola - Fue lo primero que le dije - ¿Y cuándo comenzamos con el trabajo?
- ¿Qué día estás libre?
- Domingos
- Entonces el domingo en la tarde iré a tu casa a trabajar
- Hecho. Te enviaré la dirección de mi casa mañana
- Está bien. Debo irme
- Gracias por venir a mi partido
- De nada
- ¿Te gustó verme jugar?
- Si - Su respuesta fue sincera - Eres bueno
- Gracias
- Adiós Jean
- Adiós SamuelSe dio la vuelta y se fue tan rápido como pudo. Muy bien Samuel. Pronto vas a caer rendido ante mi. Solo espera un poco y pronto serás mi novio.
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No Mientas Sobre Lo Que Sientes.
أدب المراهقينJean tiene una vida complicada, al tener que vivir con su media hermana y su hermanastra; que al parecer las dos lo odian, especialmente la hermanastra. Un día en la escuela, conoce a Samuel, a primera vista se enamoró de él, así que hará todo lo p...