Primer uso de la llave.
Martes.
Al día siguiente, acabó la práctica temprano y me fui a casa, por alguna extraña razón, Samuel no estaba en las gradas. Tal vez tenía algo importante que hacer.
Cuando llegué a mi casa, caminé directo a mi cuarto y al entrar, me quedé en la puerta parado sorprendido por la escena tan erótica.
Samuel está en mi cama, usando sólamente mi chamarra roja, no tiene pantalones ni boxer y además se está tocando mientras mira una de mis fotografías que me tomó Dylan un día.
No debo de hacer esto, pero saqué mi teléfono y lo grabé, se va a quedar en mi mente está escena, pero quisiera tenerla en mi celular.
Está gimiendo de placer, aunque se que se muere porque yo lo toque. Cuando acabe, prepararé su interior y después tendré sexo con él.
Unos minutos pasaron y Samuel llegó al clímax, dejando su semen en su abdomen. Cuando controló su respiración, deje de grabar, puse mi mochila en el suelo, me subí a la cama,
Samuel tenía los ojos cerrados, así que aproveche para robarle un beso. Después metí mis dedos en su interior, el cuerpo de Samuel se estremeció, separamos nuestros labios dejando un hilo de saliva entre ellos y de un momento a otro se lo metí. Arqueó un poco su espalda debido al placer y el dolor de la embestida y con su boca mostrando sus dientes apretados y el seño fruncido. Me miró molesto y grito como pudo debido a la excitación del
sexo.
- ¿En qué momento...ah...llegaste?
- Me alegra haber llegado
- Eres tan...ah ah haaaah
- Dilo Samuel
- Ah ah ¡Ahhh!
- Dilo
- ¡Eres molesto! ¡Ahhhh!
- Y así como soy, te encanta tener sexo conmigo
- ¡Ahhhhhhhhh!
Lo hicimos en mi cama, cinco veces. Después Samuel y yo nos tomamos una ducha. Él salió primero y después yo salí vestido con mi pantalón de deportes y con una toalla en la
mano secando mi cabello. Al entrar a mi habitación encontré a Samuel acostado en mi cama, yo me acosté a su lado. Estuvimos un rato en silencio hasta que se quejó
- Dime que no me viste
- ¿Eh?
- No me viste ¿Verdad?
- ¿De qué hablas?
- ¿Me viste tocándome?
- Y si te digo que si...¿Qué harías?
- Olvida esa escena mía
- ¿Por qué?
- No quiero que me veas de esa manera
- Pero fue increíble. Siempre había querido verte de esa forma
- Mentiroso
- Es cierto
- Eres molesto e irritante
- Así te gusto
- No es cierto
- Claro que sí
- Me voy a dormir, no me molestes en mis sueños - Se acurrucó con las sábanas dándome la espalda.
- ¿Sueñas conmigo?
- Voy a dormir
- Me encantaría saber cuáles son tus sueños conmigo
- Nunca lo sabrás
- Igual te los haré realidad
- Imposible
- Todos tus sueños y fantasías sexuales que quieras hacer conmigo, yo te las haré realidad.
- No tengo ninguna
- Eso dices, pero yo sé que si
- Buenas noches
- Sueña conmigo, por favor.
No respondió y solo se durmió. Mientras dormía, hice mi tarea y mi padre como siempre estuvo mandando mensajes todo el día sobre esa estúpida reunión a qué quiere que vaya. Igual no le hice caso. Una vez que terminé me puse una playera y me dormí junto a Samuel.
Miércoles.
Fui al trabajo casi todo el día y una parte de la noche debido a que estuve en la práctica del partido. Cómo mi padre me ha estado molestando, tomé unas cosas de su casa y las traje
al departamento de Jesse. Estoy empezando a considerar vivir ahí en lo que terminó la escuela, después buscaré otra parte en donde vivir. Así que esta noche estoy en su
departamento, junto a Samuel que está junto a mi haciendo tarea como siempre. Lo voy a molestar.
- ¿Terminaste la tarea?
- Aún no ¿Por qué? - No me está mirando
- ¿No quieres tener sexo en cima de tu tarea?
- No
- ¿Estás seguro?
- Si ¿Por qué tanta prisa por tener sexo justo ahora?
- Estuve trabajando todo el día, me lo merezco
- ¿Y te lo tengo que pagar con sexo?
- Si no quieres no. No te voy a obligar, me conformo con que me beses
- ¿Solo eso? - Me miró por fin
- Si
Nos miramos unos segundos y al minuto nos besamos tiernamente, Samuel se iba a alejar de mis labios, pero yo puse una mano en su nuca para que el beso fuera aún más largo y más intenso. Mientras lo besaba, acariciaba su rostro, después pase por su pecho encima de la ropa, le di un apretón a su entre pierna y al final acaricie sus muslos. Su cuerpo se
está estremeciendo, reacciona de una manera muy rápida cuando paso mi mano a su cuerpo. Cuando nos separamos, vi a Samuel quien tenía los ojos de lujuria y deseo.
- Quiero más - Se lo dije al oído con voz seductora, para luego darle una leve mordida en su oreja - ¿Me dejarías comer un poco más?
- No - Me negó para luego apartar la mirada
- ¿Por qué? - Le insistí mientras le lamía el cuello y le quitaba la tarea
- Dijiste que solo era un beso
- ¿No quieres más que solo un beso?
- Jean
- Dime
- Solo bésame y tócame
- Muy bien
Jalé a Samuel para que se sentara en mis piernas. Después lo besé apasionadamente mientras le acariciaba la cintura, espalda, pecho y rostro. Las manos de Samuel están en mis hombros, y sus labios juegan con los míos. Mientras que su respiración se está agitando. Separamos nuestros labios dejando un hilo de saliva entre ellos. Lo mire a los ojos, le quite la playera y le lamí y chupé sus pezones.
- Me gusta tu cuerpo
- Jean
- El sabor de tu cuerpo es dulce
- Oye
- Me gustas
- Basta
- ¿Por qué? - Lo mire
- Hay un problema - Bajé mi mirada a su entrepierna, se puso duro. Le desabroché el pantalón, saque su miembro erecto, comencé a mover mi mano de arriba a abajo - Espera ah ah
- Este es el problema
- ¡Ah! - Sus manos y sus piernas están rodeando mi cuerpo, como si se aferrara más a mi - Ah ah Espera
- ¿Por qué? Esto te gusta, solo que no lo admites
- ¿Qué? Eso...ah...no es...ah...cierto
- Claro que sí
- ¿Por qué?
- Porque se que te gusto. No lo dices, pero tú cuerpo te delata. Tu cuerpo estaba desesperado por mi toque. Pedías a gritos que te tocara y besara todo tu cuerpo. Tus ojos estaban llenos de lujuria, tu voz era tan excitante y tan erótica, tus jadeos y gemidos salieron de manera tan natural, tus manos me manoseaban y tocaban con tanto deseo. Tu no lo admites, pero yo sí me doy cuenta de como reacciona tu cuerpo ante mi toque, por eso se que aunque te niegues a aceptarlo o creerlo, yo lo
sé y eso me gusta de ti. No admites que te gusta, pero yo sé que muy en fondo de ti, te encanta tener sexo conmigo.
Mientras se lo decía, moví mi mano mucho más rápido, hasta que se vino en mi mano y justo después de que su respiración se controló me besó.
Samuel, espero que no te tome mucho tiempo decirme que te gusto. Estaré esperando ese día. Hasta entonces voy a disfrutar de este momento íntimo contigo.
ESTÁS LEYENDO
No Mientas Sobre Lo Que Sientes.
Novela JuvenilJean tiene una vida complicada, al tener que vivir con su media hermana y su hermanastra; que al parecer las dos lo odian, especialmente la hermanastra. Un día en la escuela, conoce a Samuel, a primera vista se enamoró de él, así que hará todo lo p...