capítulo 11

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Tratando de llegar a mí destino siguiendo los gritos desesperantes.  Logre dar con  una especie de garaje si se le podría llamar así de donde provenían esos gritos y probablemente el disparo. Cuidadosamente rodee el "Garaje", hasta dar con una puerta. En otro momento no hubiera entrado pero ahora todo era diferente y tampoco tenia mucho que perder.

La vieja pelirroja se encontraba nuevamente en mi vida pero esta vez, no estaba sola. Un hombre con cabellera pelirroja aparentando su misma edad, quien tenia un arma en su mano, mientras apuntaba a un pobre chico de cabello también pelirrojo quien se encontraba atado en una silla.

- Sabia que algo escondías, zorra - Logre soltar, llamando la atención de las tres personas involucradas en la escena.

- No va a cambiar mucho, eres nueva nadie te va a creer y aparte tampoco creo que vivas como para contarlo - Exclamó Penélope con una expresión de burla en su rostro. Solo escuche un - Hazlo - De parte de ella, para que el viejo pelirrojo levantara su arma hacia la cabeza del pobre chico.

Rápidamente empuje al viejo con intensiones de que no logre disparar hacia el pobre chico, pero era muy tarde cuando lo logre hacerlo. La bala quedo enterrada en mi hombro. Ahora era yo la herida y esta vez no era un sueño. 

En un rápido movimiento el arma del viejo pelirrojo termino en el piso, dándome oportunidad de agarrarla. Cuando la tuve en mis manos sentí el poder, yo tenia ahora el poder de la situación y sin mi pulso temblar les apunte cosa que hizo que se vallan y esfumen entre los arboles que rodean el rio.

Gire hacia el chico pelirrojo que se encontraba todavía atado a la silla. Me arrastre por el piso para desatar el nudo y dejarlo libre. Algo que yo no había podido ser jamás. A veces siento que la oscuridad me persigue y me pasan cosas como estas.

Aun con la bala en mi hombro y sangre derramando por mis brazos, el chico pelirrojo con nombre desconocido me levanto entre sus brazos hasta esperar a la ambulancia, la cual el contacto unos segundos atrás. Para curar la herida o mis heridas aun que algunas nunca se van a poder curar.

Al llegar la ambulancia, el chico pelirrojo me acompaño, esta iba tan rápido como si mi vida dependiera de eso, aunque en verdad  si estaba dependiendo. La ambulancia debido al poderoso trafico, no podía avanzar y debíamos esperar, debía esperar. Solo me percate de donde estábamos parados pero algo hizo que una herida se abriera mas. 

Ahí se encontraba el chico de gorro gris con su dulce y supuesta ex besándose como si el mundo acabaría, o el mío ya estaba acabando. Me encontraba ahí como una estúpida mirando por la ventana de la ambulancia como el  chico que dijo que su novia le corto. Quien me beso y durmió conmigo la noche anterior. ¿ que mas podría esperar de este pueblo ?.

Finalmente cerré mis ojos, entrando en un profundo sueño que desearía no volver a despertar. 

[...]

- ¿ Y Stella ? - Pregunto mi amiga pelinegra que se encontraba en el colegio.

- Seguro se quedo dormida - Descarto Jughead, quien hace unas horas atrás había besado a Betty.

Los chicos estuvieron hablando de su vida cuando se escucho el sonido del timbre que daba aviso a la primera clase. Pero valla sorpresa se van a pegar mis compañeros cuando se enteren que estoy en un hospital con una bala en mi hombro.

- Chicos, no se si saben pero es mi deber informarles que una de sus compañeras tuvo un accidente y esta en un estado peligroso - Dijo la profesora de geografía, haciendo que el grupo de amigos se miraran entre ellos. Tal vez no me quede dormida como Jughead lo aseguro minutos antes.

- ¿ Quien ? - Pregunto Jughead a la profesora, aunque ya era obvio quien seria, solo necesitaba aceptarlo.

- Stella - Exclamó la profesora generando que Jughead y mis amigos corran al hospital.

[...]

Había hablado con Jason, no podía volver a la casa de su familia, no era seguro para el, por eso opte por ofrecerle que se quede unos días en mi casa hasta que encuentre un nuevo lugar seguro. Realmente me dolía toda la situación principalmente por Jason, por que de alguna forma se supone que la familia es un lugar de amor, protección y principalmente seguridad, así que descarto la idea de que esa sea una familia.

Me encontraba mirando el techo del lugar donde me encontraba internada con mi madre afuera con muchísimo miedo y mis amigos que no tardaron en llegar. En cuanto pestañe lo tenia a Jughead a mi lado con sus ojos vidriosos. Antes de que me pudiera decir algo, dije.

- T-te vi con Betty - Le dije como pude, aun el hombro me dolía y vi lentamente como su expresión cambio a una de arrepintiendo. El y yo no éramos nada, no se por que le dije eso.

- L-lo siento - Dijo con lagrimas que inundaron sus mejillas en unos pocos segundos.

- Ándate Jughead - Le dije tratando de sonar lo mas fuerte posible aunque podía escuchar como mi corazón se fisuraba con cada palabra. 

Llego una enfermera bastante tapada para mi gusto, por como iba vestida parecía que me abriría con un bisturí en dos. Le pidió a Jughead que se retirara quedando solo yo y la enfermera envuelta en tela celeste. La misma se dio la vuelta mientras se sacaba el gorro y un barbijo que usualmente los enfermeros y médicos usan, pero reconocí demasiado rápido su cabello pelirrojo.

- Sera un placer atenderte, querida - dijo mientras alargaba las palabras.

Y si, les dije me estaba metiendo en un pozo el cual me costaría salir, o simplemente no lo haría. 

The life in riverdale - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora