capitulo 28

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Mis ojos se nublaron, mis manos temblaron y mi cuerpo cayo al suelo, me desmaye. ¿mi padre?¿Penélope?¿juntos?, todas esas preguntas recorrieron mi mente al cabo de un segundo, tras después de encontrarlos juntos hablando mientras ahora me encontraba atada a un árbol.

- ¿Papa? - solté sin poder comprender todavía el hecho de que estaba vivo.

- Hija - Dijo el con una sonrisa como si nada hubiera pasado.

- V-vos estabas muerto - Dije mientras mis labios temblaban y no precisamente por el frio.

- Te contare un pequeño secreto - Soltó mientras se acercaba a mi oído.

- Jamás lo estuve - Susurro en mi oído cosa que genero un escalofrió por todo mi cuerpo.

- Lo fingió, querida - Agrego Penélope quien miraba atentamente.

- No morí solo me oculte, para poder ser quien soy - Dijo mi padre obvio.

- ¿Qué decís? - Dije mientras intentaba zafarme de la soga que impedía que salga corriendo.

- Digo que ahora por fin todos los pecadores de este estúpido pueblo morirán - Dijo largando una carcajada.

- Empezando por Kevin - Dijo Penélope mirándome.

- ¿Kevin?¿Que hizo el? - Largue mientras mis ojos se llenaban de lagrimas.

- El no hizo nada, pero nos vio a mi y a Penélope haciendo cosas malas, hija - Largo mientras se ponía a mi altura.

- No me llames "Hija", no le hagan nada a Kevin, por favor - Solté mientras mis lagrimas inundaban mis mejillas.

- ¿Quién eres?¿En que te convertiste? - Volví a hablar tratando de hacerlo entrar en razón.

- En tu peor pesadilla - Dijo el, mientras sonreía.

Esa sonrisa que duro pocos segundas ya que ahora mi padre tenia una bala enterrada en su frente que fue soltada por la pelirroja. Un grito escapo de mis labios generando dolor en mi garganta y mis lagrimas salían como si se tratara de una gran tormenta la cual parecía no terminar.

Mi padre habia hecho muchas cosas malas toda su vida pero era mi padre. A pesar de todo ese dolor que me causo, el era mi padre y lo habia perdido. Mi ultima conversación con el fue con gritos, lagrimas y amenazas. Genial.

- ¿Por que lo hiciste? - Grite a la pelirroja la cual no mantenía ninguna facción.

- Me puse celosa, tu sabes, yo fui, soy y seré tu peor pesadilla - Dijo ella mientras me miraba con una horrible y falsa sonrisa.

- Era mi padre, idiota - Grite mientras mis mejillas se bañaban con mis lagrimas.

- ¿Te sientes mal después de todo? - Largo incrédula.

- ¿Qué quieres de mi? Hazme lo que quieras, golpéame, mátame, pero ni a mi familia ni a mis amigos los toques - Largue totalmente entregando mi cuerpo, mis sentimientos y mi vida en manos de la vieja pelirroja.

- Tarde muy tarde - Dijo mientras se daba la vuelta a dirección de un hombre, algo alto que recién ahora detecto su presencia. Por lo que llegue a ver, el tipo tenia en su torso una campera de cuero con un símbolo en su espalda bastante conocido por mi. Era una Serpiente.

El cual se dio la vuelta para traer al cabo de unos minutos tres personas que tenían una bolsa en su cabeza, impidiendo saber quienes eran. Los arrodillaron frente a mi, para finalmente sacar la bolsa de sus cabezas lo cual solo genero gritos y llantos de mi parte.

Ellos, mis amigos que habían sido arrastrados a esto por mi culpa. Todo era mi culpa. Ahora solo tenia a mis amigos que podían perder su vida por mi estúpida culpa.

-Chicos - Logre decir mientras trataba de acercarme a ellos con tirones que le daba a la soga.

Lo siento. Lo siento por llegar a este pueblo y generar esto. Lo siento por ser una mala amiga, una mala novia, una mala estudiante, una mala hija, una mala adolescente, una mala persona. Lo siento. Lo siento. Siento vivir.

The life in riverdale - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora