capitulo 27

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Ahí se encontraba la dulce pelinegra realmente destrozada en el piso de su habitación. La sangre inundaba sus manos y los moretones decoraban sus bellas y finas piernas.

- Stella - Largo a soltar la pelinegra quien se encontraba en su propia habitación a un lado de la cama.

- Vero - Grite al ver a mi amiga en ese estado.

Por que si. Tuve problemas con Veronica, pero ella fue mi amiga, mi confidente en algún momento de mi pasado. Fue parte de mi vida y no me podría enojar con ella ahora, no si se encontraba en ese estado.

-Lo siento, Stella - Dijo la pelinegra entregándose a la muerte.

- Pero, pero que decís ?! - Solté mientras mis lagrimas inundaban mi rostro y mojaban a la pelinegra que se encontraba en mis brazos.

- No me gusta Jughead, fue Penélope cuídate de ella - Soltó la pelinegra para acomodarse en el piso.

- ¿Como? - Dije sin entender mientras mis ojos apuntaban hacia Veronica.

- Si no hacia que te metan a ti y a Jughead en la cárcel, ella le iba a hacer daño a mi familia - Soltó la pelinegra llorando totalmente arrepentida por las cosas que habia hecho días anteriores.

- De verdad, lo siento - Volvió a hablar pero no la deje seguir hablando por que la empuje a mis brazos.

Un abrazo, una antigua amistad, y una verdad o tal vez muchas. Solo se que ese abrazo ambas lo necesitábamos hacia muchísimo tiempo. Desde hace mucho no la abrazaba de esta forma y ahí me doy cuenta que la amistad que tengo con ella, puede ir y venir siempre con miles de problemas, peleas o cosas que nos distancian, pero en el final. En el final siempre termino con ella. En el final ella era esa persona con la cual me rio al final del día.

[...]

Corriendo con la vista perdida y mis puños cerrados en dirección de la casa mas obscura y misteriosa de todo Riverdale. Nadie se quería acercar a esa casa al final del pueblo, pero yo no soy nadie. Soy Stella y desde que llegue a este estúpido pueblo que tantas cosas lindas me regalo y muchas malas arrastro ahora podría llegar al fin, o tal vez no. Ahí estaba, enfrentando a Penélope Blossom.

Toque la puerta 3 veces pero nunca hubo una respuesta, pero soy Stella Newman y jamás me voy sin ella, así que introduje en la cerradura un clip que mantenía mis cabellos fuera de mi cara, para abrir la casa al final del pueblo.

Seguí por los pasillos pero un ruido me hizo detener cuando vi a la pelirroja hablando con un completo desconocido el cual no visualizaba su rostro. Me quede ahí, intentando escuchar la conversación de ambos, mientras sus cuerpos apuntaban a una fogata y como dije antes soy Stella Newman y siempre algo tiene que salir mal. Mi pie se tropezó con un adorno o mueble si se le puede llamar así de madera que decoraba el salón que lo que genero fue que ahora la atención de la pelirroja este en mi.

- ¿Qué haces aquí? - Dijo la pelirroja al darse cuenta de mi presencia.

- ¿Qué hacían?¿De que hablaban?¿Que quieren de mi? - Grite con lagrimas en los ojos mientras cada recuerdo pasaba por mi mente. Recordando el daño que ella me genero desde la primera vez que habia pisado el pueblo.

El hombre con canas hizo como si yo no estuviera, como si mi presencia no existiese. Nunca volteo se quedo ahí, aparentemente escuchando la conversación a gritos que tenia con la pelirroja.

- ¿Y tu quien eres? - Me anime a soltar, no era fácil y si lo que dijera lo pensaría nunca lo hubiera preguntado, pero nunca pienso antes de hablar. Ya era tarde. Era el, se giro y me dedico una sonrisa falsa. Estaba ahí. Era el.

- ¿Papa? -

The life in riverdale - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora